La reducción de emisiones de efecto invernadero es uno de los grandes retos actuales de nuestras economías y sociedades. Es un desafío que implica a todos los actores, pero especialmente a organizaciones y administraciones, que tienen a su alcance marcar una mayor diferencia positiva que las personas individuales, y la actividad sindical no es una diferencia.
Por ello, Comisiones Obreras de Castilla y León adquirió en 2019 un compromiso de reducción de emisiones a través de su plan de sostenibilidad, que incluía, entre otras medidas, la reducción de la huella ecológica de la actividad sindical y el cálculo y reducción de emisiones de las sedes del sindicato. La huella de carbono es un indicador de la cantidad de emisiones de dióxido de carbono que se generan en un evento, una organización o en el ciclo de vida de un producto. En nuestro caso, hemos contabilizado la cantidad de emisiones de CO2 que emitimos a la atmósfera como consecuencia de la actividad que realizamos en las sedes de Comisiones Obreras. Este indicador, medido anualmente, nos permite hacer una evaluación continua del plan de eficiencia energética, uno de los planes de acción incluidos en el plan de sostenibilidad, pudiendo comparar las emisiones y los consumos que se han realizado cada año. De esta forma se puede identificar fácilmente las fuentes directas e indirectas de emisión de gases de efecto invernadero que necesitan mayor atención si no se cumplen los resultados esperados.
Cómo calcular la huella de carbono
Hay diversas metodologías para realizar el cálculo de la huella de carbono de una organización. En nuestro caso nos decantamos por realizarlo a través de la herramienta voluntaria del Ministerio para la Transición Ecológica, que dispone de una calculadora y guías metodológicas para cumplimentar los documentos necesarios.
En ese plan de sostenibilidad, se incluyó también el compromiso de realizar los trámites necesarios para obtener la certificación del Ministerio para la transición ecológica del Registro, Cálculo y Reducción de la Huella de Carbono de la totalidad de las sedes de CCOO de Castilla y León. Ese registro, creado por el Real Decreto 163/2014 de marzo, permite a organizaciones y empresas calcular sus emisiones de CO2 e incluirlas en un inventariado público, que supone un reconocimiento al esfuerzo y compromiso de las mismas.
Este registro no exige verificación externa de los cálculos de los “alcances 1 y 2” a pymes, asociaciones, fundaciones o cooperativas, lo que permite realizar los trámites con recursos propios. Cuando hablamos de “alcances” estamos haciendo referencia a las categorías de emisiones que establece la metodología de cálculo de huella de carbono: el “alcance 1” son las emisiones directas de los combustibles usados en las calderas, en los vehículos propiedad de la organización o de los gases de refrigeración de los aparatos de aire acondicionado; el “alcance 2” son las emisiones indirectas, como la electricidad que se consume. El “alcance 3” son otras emisiones indirectas, como los viajes de trabajo en medios que no son propiedad de la organización o el transporte de las materias primas.
Este hecho no significa que el proceso esté exento de controles, ya que desde el ministerio pueden requerir (y requieren) documentación específica para verificar que los datos declarados se corresponden con los consumos. Por ello, en el momento de tomar la decisión, valoramos si teníamos la capacidad derealizar el cálculo de los alcances 1 y 2 en colaboración con la secretaría de finanzas que debería facilitarnos la información para obtener los consumos necesarios para hacer el cálculo. Acometer el cálculo de la huella de carbono de las 12 sedes de Comisiones Obreras en Castilla y León nos pareció que podría llevarnos más tiempo y recursos de los que teníamos, así que decidimos realizar el cálculo de 3 sedes como experiencia piloto: Ávila, Burgos y Salamanca.
Cómo obtener el certificado de Huella de Carbono
El sello del ministerio reconoce el compromiso de las organizaciones otorgando tres distintivos distintos: Cálculo, Reducción y Compensación. Para obtener el distintivo de reducción es necesario realizar el cálculo de dos trienios consecutivos, si se demuestra que ha habido una reducción de emisiones en la media obtenida de los dos trienios el ministerio otorga el sello de reducción.
En 2019 registramos por primera vez las emisiones de las tres sedes, pero hicimos también el cálculo de las anualidades de 2017 y 2018, con el objetivo de obtener en 2020 el sello de reducción. En algunas sedes se había comenzado el cambio de las luces por led, y debería reflejarse en los resultados de los consumos.
Para registrar la huella de carbono es necesario acompañar la documentación de un plan de mejora, que en nuestro caso se correspondía con las medidas incluidas en el plan de sostenibilidad. La ejecución del mismo permitiría reducir las emisiones sin mucha dificultad: el cambio de comercializadora de energía a una de origen renovable, la sustitución de vehículos por otros con menores emisiones, la difusión de prácticas de conducción eficiente, sensibilización sobre ahorro energético en climatización o una aplicación de coche compartido para reducir viajes son algunas de las medidas que se han puesto en práctica para conseguir el objetivo de reducir emisiones.
Con el registro del cálculo de la anualidad 2020, pudimos comparar la evolución entre la media de 2017-2019 y 2018-2020 obteniendo una reducción del 8,05% y activando el sello “Reduzco” del ministerio. Este logro se ha mantenido en la anualidad 2021, en el que se ha reconocido la reducción del 5,09%.
Más allá de la reducción de emisiones
Además de conseguir un ahorro de emisiones, el proceso nos ha aportado mucho más. Por ejemplo, medir los consumos de cada caldera nos ha permitido identificar un aumento del consumo significativo en una sede, pudiendo enfocarnos en analizar las posibles causas y definir de forma más concreta el plan de mejora. El mayor logro ha sido el ahorro en el consumo de electricidad. Aunque en el cálculo de la huella de carbono las emisiones se han reducido a cero por cambiar el contrato con una cooperativa que vende electricidad de origen 100% renovable, nuestro objetivo perseguía el ahorro en el consumo, fundamental para la transición energética necesaria. En 2021 se redujo el consumo de electricidad con respecto al año 2017 un 44% en Ávila, 35% en Burgos y 10,5% en Salamanca.
Somos conscientes de la importancia de la implicación del conjunto del sindicato para conseguir los objetivos, así que la comunicación, sensibilización y participación es una parte importante de la implantación de esta herramienta. En CCOO de Castilla y León hemos realizado encuestas, talleres, sesiones informativas, cartelería y envío de correos electrónicos al personal que ejerce su actividad sindical y profesional en las sedes con el objetivo de involucrar a todas las personas en la aplicación efectiva del plan.
Continuamos trabajando en las medidas que nos permitan reducir las emisiones en los próximos años: varias sedes van a mejorar la envolvente térmica de los edificios, en otras se está evaluando la posibilidad de instalar placas fotovoltaicas en las cubiertas y queremos compensar las emisiones a través de contratos con proyectos de captura de emisiones, registrados también a través del ministerio. Aunque los resultados finales son discretos (hemos conseguido una reducción menor de lo esperado), valoramos la experiencia como una buena práctica que se puede replicar en cualquier centro de trabajo. La implicación colectiva es fundamental para poder dar respuesta a la emergencia climática.