Los sindicatos debemos liderar el debate sobre la transición ecológica en los centros de trabajo exigiendo responsabilidad social y respeto al medio ambiente como una seña de identidad de nuestros productos y nuestra forma de producir.
Desde la Secretaría de Medio Ambiente de CCOO hemos lanzado la campaña Impulsa la transición. Hacia la transición ecológica en los centros de trabajo cuyo objetivo es facilitar la difusión y la acción sindical medioambiental en los lugares de trabajo de manera permanente.La crisis climática representa el mayor reto al que se enfrenta la humanidad, posiblemente desde su existencia. Las causas de este problema hay que buscarlas en las consecuencias de un modelo de desarrollo económico basado en el uso masivo del consumo de combustibles fósiles tanto como fuente de energía como de materia prima para su transformación en centenares de miles de productos que están insertados en nuestra forma de vivir y de producir. Van a hacer falta muchos cambios, una transición ecológica que encabezada por la transición energética va afectar a la mayoría de los sectores productivos, todos van a tener que cambiar todos vamos a tener que cambiar. Esta transformación no será posible sin la toma de decisiones, compromisos y políticas definidas desde el dialogo social y los principios que inspiran una transición justa.
Las organizaciones sindicales debemos liderar el debate sobre la transición ecológica en los centros de trabajo exigiendo responsabilidad social y respeto al medio ambiente como una seña de identidad de nuestros productos y nuestra forma de producir. La campaña sindical “Impulsa la transición” está orientada a insertar dentro de nuestra acción sindical cotidiana buenas prácticas medioambientales que favorezcan la implicación de las empresas y las trabajadoras y trabajadores en la reducción de los impactos climáticos y medioambientales de nuestra actividad. Reducir esos impactos, además de ser una responsabilidad con la sociedad, sitúa a nuestras empresas en una senda de competitividad y futuro.
Ya estamos sufriendo las consecuencias de la crisis climática, En el último informe del mes de octubre pasado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), organismo de referencia de Naciones Unidas para esta materia, reclama la adopción de medidas intensas e inminentes para reducir drásticamente el ritmo de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que a este ritmo, el objetivo de evitar el aumento de temperatura a 1,5º a final de siglo se verá desbordado entre el 2030 y 2050. El informe también contiene una descripción detallada de las graves consecuencias del calentamiento donde señala algunas zonas de España entre las más vulnerables a este fenómeno. Nos enfrentamos a una situación que, si no somos capaces de gestionar correctamente, puede acabar con los modos de vida que tenemos actualmente e hipotecar la vida de las próximas generaciones. Porque son conscientes de ese riesgo, las nuevas generaciones están despertando ante este problema y reclaman mayor compromiso y ambición. En el ámbito laboral y productivo no podemos, ni debemos mantenernos al margen.
El tránsito de una economía basada en el consumo masivo de combustibles fósiles a una economía descarbonizada no va a ser un camino fácil, como tampoco lo va a ser adaptar nuestras empresas, industriales o no, a las nuevas formas de producir y trabajar. Comisiones Obreras tiene asumido que el desarrollo sostenible descarbonizado es una ruta sin retorno que hay que gestionar correctamente desde el diálogo social y el diálogo con la sociedad, para lograr entre todos que la transición ecológica sea una realidad positiva y justa. Sin duda, a medio plazo todos los sectores podrán y deberán adaptarse a los nuevos tiempos pero algunos sectores tendrán más dificultades para transformarse, que otros. Para ellos hay que arbitrar políticas que reduzcan los impactos económicos, laborales y sociales, que faciliten su viabilidad.
El concepto de la transición justa no es nuevo. En Comisiones Obreras llevamos muchos años debatiendo esta idea, mucho antes que este concepto apareciera en la Conferencia de Cambio Climático de Cancún en 2010. Conocer que quiere decir transición justa es clave para entender como en nuestra organización se deben abordar las medidas políticas necesarias para situar consensuada y efectivamente la hoja de ruta de las transformaciones que van a ser necesarias en las empresas para afrontar el reto de la transición ecológica.
Este concepto no es nuevo para nosotros, ya en los años 90 hubo sectores que sufrieron duras reconversiones, en algunos casos tras haber sufrido otras en los años 80, como la minería, siderurgia, astilleros y debatíamos no solo cómo proteger a las trabajadoras y trabajadores sino la necesidad de dar alternativas, a las comarcas, a las trabajadoras y trabajadores, y la necesidad de implicarse en buscar soluciones compartidas. En Rio20 se aprobó una resolución sobre la “importancia de una transición justa, que incluyera programas para ayudar a las y los trabajadores adaptarse al mercado laboral” para finalmente incorporar esta resolución a los textos del Acuerdo de Paris en la COP 21 de 2015. También este concepto ha tenido su protagonismo en la última cumbre de Katowice 2018 (Polonia) donde la presidencia polaca, país donde la energía consumida procedente de la quema del carbón representa el 80%, promovió la “Declaración de Solidaridad y Transición Justa de Silesia” que la Comisión Europea y 53 países la suscribieron, entre ellos España. La transición energética y ecológica tiene que ser una transición justa para todas las trabajadoras y trabajadores y la creación de empleo debe ser decente y de calidad. Así mismo, reconocen la importancia de abordarlo a través procesos participativos y representativos de Diálogo Social, involucrando al mundo económico y laboral para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
También en los últimos años la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha mostrado muy activa en la elaboración de informes y resoluciones que derivaron en la aprobación del documento “Directrices de política para una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles para todos”. La OIT hace una contribución muy interesante, aportando reflexiones y orientaciones prácticas para esta transición. Considera este cambio una oportunidad para la creación de empleo, decente y de calidad, recoge nueve áreas de intervención política en las que es necesario actuar al mismo tiempo; políticas macroeconómica y de crecimiento, industriales y sectoriales, relativas a la empresa; desarrollo de competencias, seguridad y salud en el trabajo, protección social, políticas activas de empleo, derechos y diálogo Social y tripartismo. Políticas que deberían adoptar los gobiernos para afrontar esta transición, recomendando adaptarlas a las distintas realidades de sus países.
También en este documento se destaca como eje central para su desarrollo el Diálogo Social, la protección social y la oportunidad para la creación de empleo decente. Con estas directrices como base, se presentó otro informe de OIT España que se centra en la transición energética en España y la aplicación de las Directrices de OIT referidas a la Transición Justa. Este informe denominado “La aplicación de las directrices de OIT sobre la transición justa en el contexto de la transición energética” desgrana las oportunidades y desafíos de la transición energética para el empleo en determinados sectores más afectados como son generación de electricidad, automoción y construcción.
Este documento de OIT España se completó con un estudio donde se recogen las respuestas y conclusiones de una encuesta, en la que tuve la oportunidad de participar por CCOO, que fue realizada a actores clave de distintos ámbitos, responsables de políticas económicas, energéticas, empresariales, dirigentes de organizaciones empresariales y sindicales, empresas, expertos, etc. Mayoritariamente consideran que hay que acelerar el ritmo de los cambios y ven más oportunidades que desafíos; otros, sin embargo, lo ven con más pesimismo.
Cambiar esta situación económica y apostar decididamente por otros sectores para la creación de empleo y riqueza solo tiene un camino que es el de involucrar en las soluciones al conjunto de las personas afectadas, en lograr acuerdos para desarrollar en el medio y largo plazo debiendo incluir una planificación que favorezca el cambio de en los territorios afectados. Pero para ello, como paso previo, es necesario el reconocimiento del fin de esta actividad económica y de la vida que ha llevado consigo.
Pero también hay que resaltar que estas mismas organizaciones sindicales sectoriales que manifiestan su pesimismo en el informe de OIT son las mismas que firmaron en octubre de 2018 el Acuerdo Marco para la Transición Justa de la Minería del Carbón y desarrollo sostenible en las comarcas mineras 2019-2027.Un acuerdo que tuvo que abordarse de manera intensa ya que el plazo de cierre de explotaciones derivado de los compromisos del acuerdo para el cierre de las explotaciones mineras no competitivas terminaba el 31 de Diciembre de 2018. El abordaje de esta situación se ha visto seriamente agravado por el desdén y falta de planificación del gobierno del Partido Popular, que no abordó medidas y soluciones ante un hecho que estaba anunciado desde hace ocho años. Ignoramos qué hubiera pasado si aún mantuvieran el gobierno de España pero es evidente que si no se toman las decisiones comprometidas con la Unión Europea el grado de credibilidad y compromiso de nuestro país quedaría seriamente afectado.
En este contexto de necesidad y para cumplir con los compromisos internacionales y europeos se encuadran la presentación, a principios de año, por parte del Gobierno del Plan Integrado de Energía y Clima, borrador de Ley de Cambio Climático y Transición Energética y la Estrategia Estatal para la Transición Justa. Estamos a la espera de ver cómo quedan estos documentos tras los trámites formales de participación pública, lamentablemente no ha sido un proceso participado con los agentes económicos y sociales a través de un dialogo social en ningún momento se ha mostrado interés por el gobiernos en activar este instrumento. Para Comisiones Obreras sin dialogo social no hay transición justa.
Pero actuar para eliminar o reducir los impactos de la actividad de nuestros sectores y empresas no puede esperar, la crisis climática avanza más deprisa de lo que esperábamos y la pasividad de unos debe ser combatida con la decisión de otros. Hay que implementar medidas de manera urgente que mitiguen los impactos y alineen a las empresas en la senda de la transición ecológica.
Así lo ha entendido también la Confederación Sindical Internacional (CSI) que convoco el 26 de junio el Día Mundial de Acción Medioambiental en los Centros de Trabajo. Nuestro sindicato como miembro de la CSI apoyo esta acción haciendo llegar por escrito a los centros de trabajo, donde está representada nuestra organización, la necesidad de actuar desde el análisis y la participación en la empresa para diagnosticar, acordar y planificar Planes de Actuación Medioambiental.
Esta acción no es nueva para nosotros, llevamos mucho tiempo impulsando el trabajo medioambiental dentro de la acción sindical en la empresa, tanto velando por el respeto de las normas ambientales en la empresa como desde la convicción de que esta acción es beneficiosa para la empresa, para cualquier empresa. Creemos y queremos ser agentes para el impulso hacia otro modelo de producción más sostenible, que sea garantía de estabilidad y de futuro. Y eso se debe hacer desde nuestro campo de actuación natural, que es la empresa y los centros de trabajo.
Muchas de las prácticas de las empresas inciden negativamente en el medioambiente y también en nuestra salud. Pero además estamos convencidos de que aquellas empresas que no se adapten a un comportamiento sostenible van a perder elementos de competitividad, ya que cada vez hay una presión mayor por evitar los impactos de estas sobre el medioambiente. Las organizaciones sindicales debemos ser ejemplos y promover la intervención de nuestras delegadas y delegados en tareas medioambientales como correa de transmisión para llegar a las empresas y a los trabajadores. Hay que sensibilizar, asesorar, formar a las direcciones de las empresas y a las trabajadoras y trabajadores en materias como el consumo y gestión del agua, la generación y gestión de los residuos, la producción y el uso de la energía, las emisiones a la atmósfera, los planes de movilidad al trabajo y las medidas para la adaptación de las empresas y los trabajadores a los efectos de la crisis climática climático.
En ese camino llevamos años, tanto en la formación y preparación de nuestros delegados como en la propuesta, política y en la empresa. Para ser más eficaces en nuestros objetivos y como instrumento técnico en año 1996 se tomó la decisión de crear el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS), fundación autónoma de carácter técnico-sindical promovida por CCOO con el objetivo general de impulsar actividades de progreso social para la mejora de las condiciones de trabajo, la protección del medio ambiente y la promoción de la salud de los trabajadores y trabajadoras en el ámbito del Estado español. Para CCOO, ISTAS es un instrumento fundamental para desarrollar formación, asesoramiento, estudios y propuestas en materia medioambiental. Se han desarrollado decenas de estudios tanto de los impactos de la actividad de empresas en el medio ambiente como para plasmar muchas potencialidades que tiene para la creación de empleo y mejora de las condiciones de vida8. También hemos elaborados muchos documentos prácticos y manuales para orientar medidas de mitigación y adaptación a la crisis climática. Algunos habrá que actualizar pero su orientación dirigida a la acción son más actuales que nunca.
En este contexto y con estas herramientas, desde la Secretaría de Medio Ambiente de CCOO hemos lanzado la campaña Impulsa la transición. Hacia la transición ecológica en los centros de trabajo cuyo objetivo es facilitar la difusión y la acción sindical medioambiental en los lugares de trabajo de manera permanente. Pretendemos sensibilizar e implicar a toda nuestra organización en la necesidad de preparar a todos nuestros delegados y delegadas, independientemente de sectores y tamaño de las empresas, para transmitir la idea de la transición ecológica y para ofrecer herramientas que permitan realizar propuestas para esta transición. Ya estamos desarrollando esta campaña en territorios y federaciones, a través de reuniones y jornadas para trasladar a las empresas. En esta primera fase hemos elaborados cuatro carteles, uno general y tres específicos sobre energía, gestión medioambiental y participación y movilidad. En cada uno de ellos se recogen recomendaciones para trasladar a los centros de trabajo, pudiéndolas adaptar a las distintas actividades y abrir el debate sobre esta transición. Además esta acción sindical debe impulsar una reivindicación clave para asentar este trabajo en la empresa, como es la creación de la figura de los delegados y delegadas medioambientales, delegados y delegadas con capacidades y competencias para intervenir en esta materia.