José Antonio Iglesias Vázquez
En 2011, la Comisión Europea adopto la propuesta "Hoja de ruta hacia una economía baja en carbono y competitiva en 2050", cuyo objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 80 y un 95% para el año 2050. A principios de 2014 se presentaron propuestas sobre objetivos climáticos y de energía cara a 2030, se publicaron las “recomendaciones sobre reindustrialización europea” y se trató sobre la competitividad industrial en el marco de las políticas sobre energía y clima. Estas iniciativas vienen a demostrar que industria, clima y energía van a seguir teniendo una atención creciente en el ámbito europeo. En las propuestas citadas se destaca la importancia de las políticas regionales así como de la investigación e innovación, por ello explicamos las estrategias y acciones que estamos desarrollando en Asturias.
En este contexto la Confederación Europea de Sindicatos (CES) está desarrollando el proyecto “Regiones industriales y Políticas de Cambio Climático, perspectivas sindicales” que se basa en la importancia del papel de las regiones en el diseño y aplicación de las estrategias para impulsar esa transformación.La CES considera que los sindicatos y los trabajadores no pueden quedar ajenos a estos procesos que requieren una transición justa participada y controlada. En el proyecto se trata de visualizar lo que conocemos y pensamos los sindicatos y realizar un ejercicio de intercambio con la industria y los gobiernos locales que nos permita tener una visión amplia de los obstáculos y las oportunidades. Esto se vehiculiza a través de los estudios y talleres regionales que se han realizado en Yorkshire (Reino Unido), Renania del Norte-Westfalia (Alemania), Silesia (Polonia), Amberes (Bélgica), Stara Zagora (Bulgaria), Luleä (Suecia) y Asturias, regiones todas ellas con un enorme parecido en términos de actividad industrial y energética, lo que las hace ser modelo del citado desafío que significa el proceso de descarbonización por lo que es fundamental para el movimiento sindical anticipar esos cambios. Es esa percepción la que mueve a CCOO a aceptar la participación y desarrollo del taller español realizado en colaboración entre la Secretaría Confederal de Salud Laboral y Medio Ambiente, ISTAS y CCOO de Asturias.
Para cada región se parte de un estudio previo a partir de entrevistas con sindicatos, empresarios, autoridades regionales, entidades de investigación y desarrollo. Posteriormente se organiza el taller regional bajo un esquema definido y similar para todos, donde se incorporan además representantes de los sindicatos europeos participantes en el proyecto.
El taller de Asturias se celebró en Oviedo los días 11 y 12 de noviembre de 2015 contando con la participación directa del gobierno regional con la presencia de la Consejería de Industria y la de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, la CES, los sindicatos ACV-CSC de Bélgica, CITUB de Bulgaria, DGB de Alemania, LO de Suecia, UGT y CCOO a nivel confederal, regional y sectorial, la Federación Asturiana de Empresarios y empresas y entidades como ENERNALON, Ecologistas en Acción y SINDEX, consultora encargada del informe previo.
Las conclusiones del taller expuestas por Montserrat Mir, secretaria de Medio Ambiente de la CES, destacaron la falta de recursos económicos y de financiación que condicionan el desarrollo económico de la región y las dificultades de inversión, si bien a nivel global esta circunstancia es planteada demasiadas veces como pretexto para la inacción y el avance en la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías.
Tambien se destacó el papel de la formación en una transición justa, el dialogo social, la constatación de que la voluntariedad en la adopción de medidas es insuficiente para una transición que no puede durar indefinidamente, se resaltó que la negociación colectiva es nuestro campo de trabajo sindical más propio y genuino y que es preciso introducir en ella elementos relacionados con esa transición, que para ser justa y ordenada ha de tener inexorablemente presencia de los trabajadores mediante su representación sindical, así como la necesaria generalización del delegado de medio ambiente dentro de las empresas, como un elemento de seguimiento e interlocución.
De las intervenciones de los sindicatos europeos, resaltar que se mostró extrañeza por las subvenciones al carbón y el convencimiento deque no se deberia cerrar ninguna actividad sin tener previamente un proyecto de reactivación económica. Se manifestaron muchas dudas sobre la capacidad y posibilidad técnica de la captura y almacenamiento de carbono, que , en todo caso, sería coyuntural y transitoria durante el cambio de modelo y la acuciante necesidad de una estrategia energética europea. Tambien se compartió que la voluntad política de avanzar es limitada y se señaló que el sistema de comercio de derechos de emisión funciona como un negocio y un mercado aparte mientras que la deslocalización de empresas responde más a cuestiones que no tienen que ver con las presiones de las políticas climáticas.
Añadiamos desde CCOO que desde el oligopolio eléctrico y la inseguridad jurídica que ha propiciado una fuerte desinversión en renovables, se está obstruyendo el camino hacia un necesario cambio de modelo energético, al cual se añade otro elemento de freno cual es la constatación de que las cuencas mineras aún son muy dependientes del carbón y, consecuentemente, la falta de actividad económica y empleo alternativos sigue generando resistencias asentadas tambien en la escasa sensibilización de todos los agentes en general respecto a la necesidad de ver la dimensión real del cambio climático como algo que es incuestionable, está aquí y ya pasa factura.
Más centrados en Asturias se repasaron las posibilidades de desarrollo de energías renovables, el papel de HUNOSA que, como empresa pública que es, debería ser motor decidido en ese sentido, con biomasa, geotermia y otras actividades. La necesidad también de que se impulsen esas políticas desde las instituciones regionales, las oportunidades de mejorar en eficiencia energética e industrial, aún por desarrollar plenamente, la existencia de organismos y foros de participación que deberían potenciarse para conseguir una mejor coordinación entre todos los agentes y todas las instancias institucionales.
El proyecto de la CES concluirá con un informe final y una Conferencia Sindical en Bruselas que presentará las recomendaciones que alimentarán su acción sobre políticas climáticas, energéticas e industriales.