Milán (Italia, 1.300.000 habitantes) es la primera gran ciudad europea donde se ha implantado con éxito la recogida de residuos puerta a puerta, o mejor dicho una variante que es “portal a portal”.
El sistema consiste en que dos días por semana se efectúa la recogida de la materia orgánica de los residuos en bolsas compostables (biodegradables) que se introducen en un contenedor que hay en cada edificio y otros dos días se recoge la fracción resto en bolsas transparentes en otro contenedor de otro color. Los residuos de plástico, de papel y de vidrio se recogen otros días, una vez por semana.
En 2010 se estaba discutiendo la posibilidad de construir una nueva incineradora pero, en el marco del nuevo plan de residuos para la región de Lombardía, en 2013 se tomó la decisión política de implantar en Milán la recogida selectiva de la materia orgánica y de los demás flujos de residuos. El sistema elegido de “portal a portal” implica una mayor participación de la ciudadanía y un control más estricto de la recogida por los servicios municipales que inspeccionan la correcta separación. Esta separación de residuos en empresas o viviendas no es una opción voluntaria sino una obligación. Las multas a las comunidades de vecinos por incumplirla son bajas, de 50 euros, pero permiten que se desarrolle un compromiso colectivo por mejorar la gestión de la basura.
La tasa de reciclaje ha aumentado hasta el 54% en muy poco tiempo y especialmente en el flujo de materia orgánica. Ha sido fundamental la campaña de comunicación e información que ha desarrollado el ayuntamiento consistente en cartas a cada vecino (en 10 lenguas), carteles para los edificios, folletos, pegatinas, talleres públicos, iniciativas de educación escolar…. Milán pone de manifiesto que el “puerta a puerta”, o “portal a portal”, es viable en grandes ciudades con alta densidad de población. Otras como Madrid han anunciado que lo implantarán en los próximos años.