Antonio Ferrer
El pasado mes de septiembre se publicó la nueva versión de la norma ISO 14.001, el estándar internacional de referencia para la gestión ambiental y que en el Estado español cuenta con cerca de 16.000 empresas certificadas. Las empresas que tienen implantada la versión anterior tienen 3 años para adaptarse a la nueva norma.
Con carácter general se puede manifestar que se introducen cambios respecto del anterior estándar que deberían repercutir en una mejora del comportamiento y rendimiento ambientalde las organizaciones, así como en la comunicación con sus partes interesadas, si bien se ha quedado a mitad de camino en su intento de alinearse con el Reglamento EMAS, el otro instrumento de gestión ambiental de referencia para las organizaciones y mucho más riguroso que el primero.
Entre los cambios derivados de los nuevos requisitos conviene señalar los siguientes:
En este contexto descrito, la representación legal de los trabajadores y trabajadoras (RLT) de aquellas empresas que tengan implementada la norma UNE-EN ISO 14.001 tienen que aprovechar esta coyuntura para participar en el plan de adaptación a los nuevos requisitos y proponer un marco de participación en el sistema de gestión ambiental.
Para ello, la RLT debe de plantear a la empresa fórmulas de participación en el SGA, el acceso a la información ambiental generada por el sistema y los resultados del mismo, en base a lo establecido en el artículo 64.7. c. del Estatuto de los Trabajadores y a la normativa sectorial que les reconoce competencias y facultades en diversas cuestiones relacionadas con distintos requisitos del sistema de gestión ambiental (medio ambiente laboral y prevención de riesgos, cambios relevantes en la organización del trabajo, formación, etc.)
IHOBE ( sociedad pública de gestión ambiental del Gobierno Vasco), acaba de publicar una Guía para la adaptación del sistema de gestión ambiental a la norma UNE-EN ISO 14.001.
Esta institución, de reconocido prestigio en el ámbito de la gestión ambiental y con gran influencia en el empresariado comprometido con el medio ambiente, reconoce en este documento a los trabajadores como parte interesada relevante para el funcionamiento del SGA. En este texto establece que las organizaciones deberían realizar esfuerzos para garantizar su participación constructiva en el SGA. Para dar respuesta a sus necesidades y expectativas plantea las siguientes acciones: