Rogelio Marín
El interés de varias multinacionales por la búsqueda de crudo en el mar Mediterráneo y el permiso del Gobierno central para la realización de los sondeos en las aguas cercanas a Baleares desató la alarma entre los ciudadanos de la comunidad balear y sirvió para unir a toda la sociedad contra unos proyectos que puedan amenazar un ecosistema y una forma de vida, además de una industria que es el “monocultivo de la economía de Baleares.
El rechazo de la ciudadanía se hizo visible, desde que se conoció la noticia, en diversas manifestaciones, que empezaron con la “marea azul” de Febrero del año 2012 en Mallorca que congrego a decenas de miles de personas, la de Ibiza por aquellas fechas en la que incluso estuvo presente el presidente de la comunidad José Ramón Bauza y en la que llego a decir (al gobierno central) “si no hallan las formulas que se las inventen” hasta la “penúltima” del dia 27 de Octubre en la que se volvió a reiterar el rechazo de la sociedad balear a las prospecciones petrolíferas en el mar Mediterráneo, (por cierto, en esta última, tanto en Mallorca como en Ibiza, no acudió ningún representante de las administraciones ni del PP balear).
Aprovechándose de esta rara comunión entre ciudadanía y clase política, el Consell de Govern aseguró que comunicaría a las instituciones europeas su contundente rechazo a que se lleven a cabo estas prospecciones en el entorno marino de Baleares. No obstante no se entiende como el ejecutivo balear no recurrió ante el supremo, cómo sí hizo el de las islas Canarias, la autorización dada por el gobierno central al proyecto de prospección petrolífera en sus aguas antes de anunciar a bombo y platillo que recurrirá a las lejanas instituciones europeas.
También fué chocante que hace apenas seis meses el exministro de Agricultura y Medio Ambiente del PP, él afamado Miguel Arias Cañete, promovía la declaración de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), una de las máximas figuras de protección ambiental en la Unión Europea, para el canal entre Mallorca y Menorca. Por cierto, en esto, el PP balear no apoyó a Cañete, mientras otro ministro, también del PP, Soria, apuesta por las prospecciones con cañonazos de aire comprimido
Además nosotros nos preguntamos por qué el ministro Soria defiende las prospecciones para reducir la dependencia energética del exterior y al mismo tiempo hace una política de parón a las energías renovables, que está haciendo que las empresas que habían conseguido avances y habían colocado a nuestro país a la cabeza de Europa en estas energías, se vayan de él y se ubiquen en otros lugares del mundo. Esto se hace ahora, precisamente, en un momento en que la tendencia general en Europa debería ser la de apostar por un nuevo modelo basado el la potenciación de las energías renovables sobre las energías fósiles.
En fin, de todo este embrollo se extrae un mensaje positivo, las islas Baleares es un único ecosistema que está íntimamente ligado y en el que el mar es nuestro único sustento, no podemos seguir perpetuando el mismo modelo energético, hay que apostar por la conservación del medio marino (los desastres petroleros no entienden ni de hoteles ni de turistas) y lo que hay que mantener es este vínculo entre economía y medio ambiente.
Desde el punto de vista laboral, la creación de puestos de trabajo que se puedan crear son mínimos, incluso si se llegara a encontrar crudo. Sin embargo, los puestos de trabajo que se pueden perder son incalculables. En Baleares el sector servicios representa el 82,8% de la población ocupada, el 20,5% directos y el 21,8 indirectos dependientes del turismo y de una población ocupada de 381.242 trabajadores/as (datos observatorio balear 2013).
En febrero de este año el Consejo Confederal de Comisiones Obreras de las Islas Baleares aprobó una resolución en la que mostrábamos al Govern Balear nuestra preocupación por la repercusión que esto podría tener en la principal industria que tiene nuestra comunidad que es el turismo, preocupación que también están manifestando diversas federaciones de turismo de países europeos (Austria, Suiza, Holanda y Alemania) pidiendo que no se autoricen estos sondeos, por las repercusiones que esto podía tener en el empleo y porque el posible beneficio que pudiera generar repercutiría muy poco en la economía balear e iría a parar a las multinacionales petroleras.
Pero lo más grave, y así lo manifestaba la resolución, era el daño irreparable que se iba a hacer al ecosistema de las Islas (sobre esto hay un Informe de ISTAS del mayo de 2012 que analiza los impactos que podrían tener en el ecosistema las prospecciones petrolíferas en el mar), por lo que pedíamos y seguimos solicitando una declaración de Impacto Ambiental Negativa para la exploración de todos los pozos licitados en las aguas españolas.
Rogelio Marín es Secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de la CS de CCOO de Les Illes