Celebramos el X Congreso de CCOO y es una ocasión perfecta para hacer un balance, no sólo de las estrategias del sindicato, también de las herramientas de que dispone. Sin duda, una de las más relevantes a nivel técnico es el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS). Desde su nacimiento, en 1996, el Instituto (hablaremos aquí sólo de una de las dos patas, la ambiental) ha tratado de servir de apoyo sindical en cuestiones medioambientales en el ámbito técnico y formativo. No hay otros institutos equivalentes en ningún sindicato del mundo y en esto, como en otros frentes, CCOO ha demostrado su capacidad de dar respuesta a nuevos retos.
Bajo la dirección confederal, ISTAS ha trabajado siempre con la perspectiva de que la protección del medio ambiente en el mundo de la empresa es la base para la mejora de las condiciones de trabajo y asegura la sostenibilidad del empleo, de que la economía será verde o no será y de que el tránsito hacia otro modelo productivo requiere que nadie se quede en el camino. Para Comisiones Obreras, ISTAS ha sido y es un instrumento más de elaboración de conocimientos y herramientas para la acción sindical.
Ocho años atrás, la entonces Secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente organizó un seminario para debatir sobre cambio climático con algunos cuadros del sindicato. La Secretaría contó a nivel técnico con la colaboración de ISTAS y de expertos procedentes del mundo académico. Como es lógico en un sindicato vivo como CCOO, algunos compartieron nuestra preocupación y otros se mostraron más reticentes. En cualquier caso, se sentaron entonces las bases de lo que iba a ser la lucha sindical contra el cambio climático, con actuaciones hacia dentro y hacia fuera.
Comenzamos a publicar los primeros informes sobre las emisiones de gases de efecto invernadero que se hacían en España (con datos que se adelantaban a los que tiempo después daba el Ministerio de Medio Ambiente). Intentamos formar a nuestros responsables para que actuasen en las empresas y al mismo tiempo, junto a otros sindicatos, participamos en los foros internacionales donde se decidían las políticas climáticas, con la convicción de que iban a tener un impacto determinante en los trabajadores. El muro que parecía infranqueable entre el sindicalismo y el medio ambiente se ha abierto y la lucha contra el calentamiento global forma parte ya del discurso de la Confederación Sindical Internacional, un cambio en el que modestamente ha participado la Secretaría de Medio Ambiente de CCOO, con el apoyo de ISTAS.
Durante los últimos años, en colaboración con la Secretaría Confederal de Medio Ambiente, ISTAS elaboró informes técnicos que contribuyeron al debate energético que CCOO comprometió en su IX Congreso, en la línea de promover un acuerdo confederal basado en el ahorro y la eficiencia energética, la descarbonización de la economía –imprescindible para mantener la competitividad de la economía española y el futuro de nuestras empresas– y la transición justa hacia el nuevo modelo productivo.
Desde 2007 contamos en Europa con una norma de control de sustancias químicas, REACH, pionera en el mundo, a pesar de que a los sindicatos nos hubiera gustado que fuera más ambiciosa y de que ahora no se está aplicando como debiera. Los sindicatos sabemos lo importante que es conseguir el reconocimiento de los derechos, también los que tienen que ver con nuestras salud en el trabajo o el medio ambiente, y disponer de una norma como REACH ha sido un paso de gigante. Para conseguirla, junto a otras organizaciones, hemos tenido que batallar a nivel técnico y político contra importantes grupos de presión. Queremos pensar que la labor combinada entre Fiteqa e ISTAS ha tenido algo que ver en este logro.
Durante muchos años hemos luchado por el reconocimiento de derechos de participación de los trabajadores y de sus representantes en materia ambiental. Hemos colaborado con las federaciones que han conseguido la creación de la figura del delegado de Medio Ambiente en los convenios colectivos. Nuestro objetivo ha sido lograr el reconocimiento de esta figura en el Estatuto de los Trabajadores, aunque aún no hemos podido alcanzarlo. En colaboración con las federaciones y territorios de CCOO hemos formado y asesorado a muchos delegados para que pudieran participar en la mejora ambiental de sus centros de trabajo y valerse de la protección del medio ambiente como herramienta de acción sindical.
A través del Centro de Referencia en Movilidad hemos tratado de promover una nueva forma de desplazarse al trabajo, más sostenible, segura, saludable y equitativa. Para lograrlo hemos asesorado a la estructura sindical, formado a los delegados sindicales y generado los recursos y las herramientas necesarias para cambiar el modelo de movilidad, que hoy se basa en un uso excesivo e ineficiente del vehículo privado.
No es este el momento de enumerar todas las áreas relacionadas con el medio ambiente y la economía en las que ISTAS ha aportado su granito de arena, al menos a nivel técnico. Basta consultar nuestra memoria de actividades. Pero vale la pena recordar que hoy somos una referencia internacional en ecosindicalismo, tanto a nivel teórico como práctico. Que hemos sido pioneros a la hora de elaborar estudios en torno al potencial del empleo verde, desde las energías renovables, la gestión de los residuos, la rehabilitación energética o la movilidad sostenible. Y, dicho sea de paso, lo hemos hecho antes que algunas consultoras que ahora se valen de este conocimiento para venderlo a la Administración y a los propios sindicatos, pero sin considerar en su análisis los aspectos cualitativos del empleo que se genera ni las reivindicaciones en favor de su dignidad.
En un artículo del economista José Manuel Naredo (recogido más tarde en el libro La burbuja inmobiliario-financiera en la coyuntura económica reciente) nos prevenía: “Hay que advertir que el gran componente especulativo que apoyó en el origen a la recuperación económica actual, puede también socavar su futuro. Ya que la simple revalorización de activos reales o financieros preexistentes no trae la riqueza de un país”. Son palabras escritas en 1988. Repetimos: 1988. ¿Cuánto sufrimiento podríamos haber evitado?
Ahora que por fin se empiezan a reconocer los efectos tan perversos y dolorosos de la burbuja inmobiliaria en España –los desahucios, la corrupción o las playas alicatadas serían sólo algunos de ellos–, no podemos dejar pasar la oportunidad de cambiar las reglas del juego, de transformar nuestro modelo productivo y de consumo para adaptarnos a los límites del planeta. Es el momento de hacer caso a voces que, como las de Naredo, nos advierten de que abandonar el medio ambiente es abandonarnos a nosotros mismos, cerrar el futuro a nuestros hijos. El movimiento sindical tiene que estar ahí para impedirlo y, sin duda, CCOO tiene en ISTAS una de las herramientas necesarias para hacerlo.