El que una mujer esté al frente de la CSI es un signo de los nuevos tiempos, de los nuevos retos a los que se enfrentan los trabajadores del mundo. Elegida secretaria general en 2010, Sharan Burrow (Nueva Gales del Sur, 1954) ha situado el medio ambiente y la economía verde en uno de los ejes de la agenda del movimiento sindical.
La crisis de la zona euro ha relegado las cuestiones ambientales. Pero la economía verde, como defienden la CSI y la OIT, podría ser la solución a la crisis. ¿Por qué los Estados se resisten al cambio del modelo productivo?
La troika ha empujado a los gobiernos de la eurozona a implantar una política de austeridad destructiva y cruel, que ya ha causado un daño económico terrible en muchos países europeos y que alejan cada vez más la recuperación económica.
La transformación de nuestras economías y la creación de empleo en los sectores que protegen el medio ambiente sólo será posible si los gobiernos aceptan que necesitamos inversión y no más austeridad. Los gobiernos no han mostrado el valor necesario para enfrentarse a los dictados de los intereses financieros, los mismos que originaron la crisis.
En este contexto, es prioriatrio que presionemos a los gobiernos, que les demostremos que hacer más “verde” nuestra economía no sólo es necesario para el planeta, sino una alternativa seria para salir de la crisis. Es imprescindible también regular y controlar el sistema financiero para que los ricos no sean cada vez más ricos a costa del resto de la humanidad. Cien multimillonarios ganaron más de 240.000 millones de dólares extra en 2012, mientras se destruye el empleo, se paraliza la demanda y se agrava la crisis ambiental.
Aunque hay un camino andado, en los sindicatos también hay muchas resistencias para incorporar el medio ambiente a su discurso tradicional. En este sentido, ¿cuál es la situación hoy en día?
Los sindicatos han avanzado mucho a la hora de comprender la relación entre la protección del medio ambiente y la justicia y el progreso social. La idea de que no habrá empleos en un planeta muerto ha calado en el movimiento sindical. Dicho esto, aún queda mucho por hacer. Esta idea debe traducirse ahora en hechos y medidas concretas que avalen al movimiento obrero como una fuerza indispensable de cambio en el siglo XXI, lo que sólo será posible si incorporamos la justicia ambiental a nuestras demandas.
Tenemos que dejar de ver a las políticas ambientales como un lastre y adoptar un enfoque positivo. Hay que ecologizar la economía y los sindicatos debemos estar en el corazón de ese cambio para asegurarnos que los trabajadores no serán quienes paguen la transformación. Un movimiento unido, con una sola voz, formado y con ideas y propuestas, éste debe ser nuestro objetivo, pero no lo conseguiremos si no incorporamos el medio ambiente a nuestro discurso y nuestra práctica sindical.
El cambio climático es uno de los principales riesgos que afronta la humanidad. ¿Qué puede hacer el movimiento obrero para combatirlo?
Los sindicatos tienen un papel clave en la transformación del modelo productivo, en el tránsito hacia una economía baja en carbono y de creación de empleo verde. Somos la garantía de que los sectores y los trabajadores más vulnerables reciban la protección social y la formación necesarias, de que nadie se quede atrás. En esencia, ésta es la idea de transición justa, la que asumimos todas las organizaciones sindicales del mundo y que se ha convertido en una de nuestras señas de identidad. Sin una sola voz no podremos dar la batalla.
Sólo algunos países reconocen los derechos ambientales de los trabajadores. ¿Ampliar este derecho es uno de los retos para los próximos años?
La traducción de la agenda verde en una agenda de derechos tiene una importancia crucial, a pesar de que el proceso está siendo lento. Tenemos que demostrar a los trabajadores que la protección del medio ambiente no es sólo una responsabilidad, también es un derecho. Los derechos ambientales, con lo que suponen de acceso a la información, pueden servir para actuar en las empresas y una nueva vía de acción sindical en la empresa. Será uno de los temas de debate en la OIT este año y espero que podemos hacer algún avance.