Vitoria-Gasteiz es la European Green Capital. Motivo de orgullo para la ciudadanía de Gasteiz, ya que esta distinción ha sido lograda tras años de apuesta por la sostenibilidad económica, social y medioambiental. Esta importante designación supone un reconocimiento a lo que se había hecho hasta ese momento y debe servir para avanzar en aspectos pendientes que hay que afrontar para ser de verdad un ciudad verde por fuera y verde por dentro.
Partimos de una buena planificación urbanística desde el inicio de la vida democrática del Ayuntamiento, acompañada de decisiones políticas que contribuyeron a esas apuestas de sostenibilidad y de desarrollo social tanto en la ciudad como fuera de ella, siendo la primera capital en dedicar el 0,7% al desarrollo en países necesitados de solidaridad y llegando a alcanzar el 1% en esta materia.
Se implantaron, también, programas pioneros de atención a las personas con dificultades en nuestra ciudad. La creación de infraestructuras culturales, deportivas y de convivencia ha sido otro factor del avance de la ciudad con la construcción de los centros cívicos en los distintos barrios de la ciudad. Pero lo que más ha contribuido a la denominación de Vitoria como European Green Capital han sido sus políticas medioambientales:
Green Capital, oportunidad perdida
Pero hay que mejorar en sostenibilidad, quedan muchas cosas por hacer y se han cometido errores que han podido poner en riesgo el título de Green Capital, como por ejemplo el consumo de suelo disponible. Éste ha sido desproporcionado si lo comparamos con el aumento de la población. Se han construido barrios nuevos de baja densidad de población, que hace que sean menos sostenibles social y medioambientalmente y hay que abordarlo en el nuevo plan de ordenación urbana.
Vitoria-Gasteiz es una ciudad verde por fuera, pero creo que el año de la capitalidad se está haciendo poco por cumplir con el eslogan verde por fuera, verde por dentro. Se han perdido muchas oportunidades; no se ha conseguido diseñar un programa para fomentar la participación directa de la ciudadanía en la Green Capital, no se ha profundizado en la necesidad de ser sostenibles a través del consumo consciente y responsable. Tampoco se ha abordado la soberanía alimentaria, hay que cuestionar y proponer alternativas al modelo de crecimiento, volver a recuperar nuestro título de ciudad libre de transgénicos…El año se está pasando sin que veamos lo que va a suponer para la ciudad.
Las prioridades del equipo municipal han estado más centradas en vender la ciudad hacia fuera, que no está mal, alguna repercusión ha tenido en el turismo, y eso es positivo, pero otras medidas posibles se han quedado en el cajón, esperemos que no para siempre.
Para mejorar en sostenibilidad es necesario rehabilitar los barrios construidos en las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado, son viviendas antiguas que necesitan afrontar problemas de accesibilidad, eficiencia energética etc., hubiera supuesto la creación de empleo en un sector necesitado como es el de la construcción.
Un problema importante que tenemos es el de la central nuclear de Garoña, hay que cerrarla ya, y parece próximo, gracias, entre otras cosas, a los años de movilizaciones de la plataforma Araba sin Garoña, de la que CCOO forma parte. Lamentablemente, como consecuencia de las apuestas políticas por su mantenimiento, vamos a llegar a su clausura sin que se hayan buscado alternativas para el empleo que se va a destruir en la zona, reivindicación constante de CCOO.
También una ciudad verde ha de tener un posicionamiento claro para negar la licencia de actividad para el sondeo de gas no convencional por el método del fracking.
El proyecto más relevante que se va a hacer como consecuencia de la Green Capital es remodelar una calle central de Vitoria iniciando con ello lo que quieren llamar el anillo verde interior. Yo creo que tal y como está diseñado obedece más a la impronta faraónica que todo alcalde quiere dejar, pero antes de entrar en esas obras, sería necesario pensar si esos proyectos no van en detrimento de las zonas verdes que ya tenemos.
También tenemos grandes amenazas a la sostenibilidad en las políticas restrictivas del PP, este año, sin debate presupuestario el Alcalde ha eliminado, en la práctica, las ayudas al desarrollo y contra la exclusión social, aparte de otros recortes y su pretensión de privatizar AMVISA, la empresa municipal que gestiona el agua en la ciudad, ello puede constituir el primer paso en el abandono de las políticas verdes a favor del gris negro de trasformar lo público en negocio. Green Capital, oportunidad perdida.