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Este número sale a la luz una vez concluida la Conferencia de Río+20 y después de celebrada la II Asamblea Sindical Mundial Trabajo y Medio Ambiente.
Hace unas semanas intervine en la Comisión de Cambio Climático del Congreso de los Diputados, donde expuse a los diputados la impresión de CCOO sobre la Cumbre de la Tierra. En pocas palabras, diré que la decepción sólo se ve mitigada por las pocas expectativas que sobre ella habíamos depositado. Volvieron a ponerse de manifiesto las dificultades para que el sistema de Naciones Unidas funcione si no hay ambición y generosidad. La alternativa ha sido que el país anfitrión, Brasil, haya elaborado un documento de mínimo común que no pasa de ser una lista de consejos sin ningún compromiso ni operatividad, ¿para eso hacia falta reunir a un centenar de jefes de gobierno?
El fracaso de Río+20, junto a los pocos resultados de las sucesivas conferencias climáticas, demuestra que la agenda de la sostenibilidad está postergada en el momento en que más evidente se hace que la salida de la crisis se encuentra ahí. Por lo que se refiere a España, el mismo Gobierno que en el marco de la delegación de la Unión Europea, lamenta el rechazo a la economía verde no hace nada –al contrario- para impulsarla en el propio país.
En la Asamblea, el sindicalismo internacional ha actualizado sus propuestas y define su visión sobre los empleos y la economía verde, fijando las propuestas de desarrollo limpio e inclusivo consolidando propuestas anteriores y avanzando en ambición por lo que se refiere a los objetivos ambientales, pero sobre todo, ligando estos a objetivos sobre la calidad del empleo y de los derechos de ciudadanía, especialmente en protección social y con propuestas para la gente joven y contra la discriminación de las mujeres. Pretendíamos llevar estas propuestas a la negociación, así lo hicimos, pero no se han recogido más que en forma de declaraciones sin efecto real.
El dossier de este número aborda el Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos. No es la primera vez, ni será la última en que tratamos la cuestión energética, fundamental en el cambio a la sostenibilidad. Sin embargo es difícil imaginar un momento más decepcionante por lo que se refiere a las políticas públicas al respecto, nuestras expectativas en renovables retroceden y amenazan con extinguir un prometedor sector industrial, parece como si el Gobierno se pegara permanentemente a los intereses de las grandes empresas y seguimos teniendo un grave problema en la configuración de la tarifa eléctrica y la gestión del déficit de tarifa. Y esto ocurre mientas se agudiza la crisis financiera –la intervención es ya una hipótesis cotidiana- y con ella la económica y de empleo.
El Gobierno ignora las propuestas que darían una salida a la crisis con generación de empleo y cambio de modelo productivo. La OIT nos dice que debe hacerse con dialogo social, apoyo a los nuevos sectores y al cambio hacia la sostenibilidad y mejorando la calidad del empleo. Pues aquí se rompe con los tres conceptos. Conforme pasan los meses se hace evidente que las políticas ambientales se degradan o posponen desde el propio ministerio responsable. Sin embargo, el cambio inevitable se impondrá y Daphnia estará para contarlo.
Llorenç Serrano
Secretario confederal de Medio Ambietne de CCOO. Sígueme en twitter