La Asamblea General de la ONU proclamó 2011 como el Año Internacional de la Química para concienciar al público sobre las contribuciones de esa ciencia al bienestar de la humanidad, coincidiendo con el centenario del Premio Nobel otorgado a Marie Curie por sus aportes a la química. La efeméride no recuerda, sin embargo, que la doctora Curie murió (al igual que su marido) a causa de su exposición a sustancias químicas radiactivas: el polonio y el radio.
Bajo el lema Química: nuestra vida, nuestro futuro, la industria pretende limpiar su imagen vulnerada por los innumerables daños a la salud y al medio ambiente que la química tradicional de síntesis está causando.
Los objetivos de esta conmemoración no incluyen alcanzar la verdadera química de la vida y el futuro; la química verde, que pretende diseñar la síntesis de sustancias químicas dirigida a la compatibilidad con los ciclos biológicos, de manera que no sean dañinas para la salud y el medio ambiente.
El Año Internacional de la Química sería una buena oportunidad para cambiar el enfoque de la química hacia la innovación y desarrollo, que pronto nos ayudarán a vivir una vida mejor y a crear un mundo más sostenible.