Europa necesita una directiva de movilidad sostenible

Manel Ferri. Responsable del Departemento Confederal de Movilidad Sostenible de CCOO.

Los efectos del actual modelo de movilidad al trabajo -basado en el uso del automóvil- tienen una dimensión europea. Así lo entienden Comisiones Obreras y otros tres sindicatos -Vlaams ABVV de Bélgica, CGIL de Italia y ACE de Alemania-, que durante dos años han analizado la situación de la movilidad al trabajo en estos cuatro países para proponer alternativas más sostenibles y beneficiosas para la salud de los trabajadores, el medio ambiente y la economía.

En el marco del proyecto E-Cosmos (European Commuters for Sustainable Mobility Strategies) se ha realizado un estudio comparativo de los problemas de movilidad de los trabajadores en Bélgica, Alemania, Italia y España y se ha llegado a un diagnóstico claro: los problemas no son tan diferentes en cada país y estamos ante un problema de dimensión europea.

En Italia se desplazan al trabajo en coche privado el 83% de los trabajadores, en España el 63%, en Alemania el 65% y en Bélgica el 68%. El uso del transporte público en estos cuatro países se sitúa entre el 13% de España y Bélgica y el 11% de Italia. España destaca en positivo porque un 18,5% se desplaza a pie al trabajo, frente al 8% de Alemania y al 2% de Bélgica, pero su uso de la bicicleta es muy inferior. En Bélgica un 12% se desplaza en bicicleta al trabajo, el 10% lo hace en Alemania y en España sólo el 1,5%. El uso de un coche compartido (carpooling) destinado al desplazamiento colectivo de varios empleados es inexistente en los cuatro países.

La mayoría de trabajadores europeos, pues, opta por el coche para ir a trabajar, un modelo que tiene graves consecuencias. En Europa mueren al año unas 350.000 personas (16.000 en España), por causas atribuibles a la contaminación atmosférica generada por el transporte rodado. La contaminación en las ciudades tiene además otros efectos sobre la salud, sobre todo los ligados a las vías respiratorias y alergias.

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Por otro lado, el uso del coche genera desigualdades sociales y devalúa la competitividad de nuestra economía. El transporte consume alrededor del 43% de la energía primaria en los países industrializados. En España, la dependencia energética supera el 80%.

Para atajar esta situación es imprescindible que se apruebe una directiva europea de movilidad sostenible que sirva de marco de referencia regulatorio para los Estados miembros. Para desplazarnos con rapidez, calidad y seguridad al trabajo no necesitamos más vehículos privados en nuestras calles y carreteras, sino alternativas sostenibles de movilidad.

CCOO ha pedido a los partidos políticos que concurren a las elecciones del 20 de noviembre que incorporen en sus programas la movilidad sostenible y las recomendaciones del proyecto E-Cosmos. La movilidad sostenible no sólo es beneficiosa para el medio ambiente y la salud, sino que también genera puestos de trabajo. Con las políticas adecuadas, podría generar hasta 450.000 empleos en 2020, y España podría ahorrar hasta un 13% de su factura energética.

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Aparte de la aprobación de una directiva europea de movilidad, los sindicatos europeos participantes en la iniciativa E-Cosmos recomiendan a los gobiernos que adopten una fiscalidad favorable a la movilidad sostenible, la planificación y ordenación del territorio y la gestión de la movilidad, entre otras medidas. El proyecto E-Cosmos ha recibido financiación de la Unión Europea.

 

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