Hoy no va de crítica de un libro. Simplemente informo de lecturas. Lecturas inquietantes. Militantes. Sociales. Ecologistas. Se pueden compartir o no los diagnósticos del autor, Ramón Fernández Durán (1947-2011), o los pronósticos o, incluso, las propuestas.
Pero son lecturas necesarias. Hablan de problemas reales de nuestro tiempo y de nuestra gente. Desde un punto de vista inteligente frente a la mediocridad del pensamiento único hegemónico, del que Ramón se declaró antagonista. Un punto de vista comprometido con una sociedad de mujeres y hombres libres e iguales.
Lecturas que hacen pensar.
La explosión del desorden. La metrópoli como espacio de la crisis global (1993), El tsunami urbanizador español y mundial (2006), El crepúsculo de la era trágica del petróleo (2008) o La quiebra del capitalismo global: 2000-2030 (2011).
Ramón fue un activista. Ecologista, pacifista y austero. Ingeniero de profesión, fue constructor de caminos para el movimiento social. Estableció puentes. Defendió sus ideas tozudamente pero siempre en diálogo continuo a varias bandas. Solidario con los explotados y oprimidos. Defensor de las buenas causas. Ingenioso para encontrar nuevas formas de acción, agitación y propaganda. Pionero: "El coche devora la ciudad". Compañero: "OTAN no, bases fuera", "Mili no". Amigo de sus amigos. Quiso cambiar el mundo. Quiso cambiar la vida.
P.D. Personal para RFD. Ramón, amigo, aquí en estos días, nada nuevo. Ya sabes, la irracionalidad se enseñorea. Mala noticia para ti que durante toda la vida buscaste apasionadamente la racionalidad. La era del Antropoceno sigue su curso suicida. Ya sabes, no hay mayor ciego que el vidente que mira hacia otro lado. Ni mayor sordo que el que se tapa los oídos. Habrá que cambiar de rumbo para no naufragar. Algunos miles de jóvenes ya han empezado en las plazas de todo el país. Algo es algo.