Ingeniero industrial especializado en Técnicas Energéticas, profesor y presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (Anese), Teodorino López se queja de que el ahorro y la eficiencia energética sigan siendo grandes desconocidas. “El molino de las energías renovables está en todas partes, pero: ¿cuál es la imagen de la eficiencia?”, se pregunta.
¿Podría explicarnos qué son y qué finalidad tienen las empresas de servicios energéticos?
Contamos con una definición oficial, la de la directiva 2006/32, que dice que son aquellas empresas que llevan a cabo labores de gestión energética y mejora de la eficiencia energética en las instalaciones, en los edificios. El cobro de los servicios prestados se obtendrá, en parte o totalmente, de los ahorros obtenidos mediante la mejora de la eficiencia y de los consumos energéticos, sin menoscabo de otras prestaciones.
La contratación, ¿puede hacerla cualquiera?
Podría hacerla cualquiera, pero de momento aún estamos lejos de esa situación. En general no la están contratando los particulares, ni las comunidades de vecinos, la microeficiencia energética no ha llegado aún hasta ese nivel. Más bien son las administraciones las que se han postulado como abanderadas, con el Plan 2000 ESE (que afecta a 1.000 edificios de la Administración central, 500 de las comunidades autónomas y otros 500 de ayuntamientos). La contratación por parte del mundo empresarial aún es muy incipiente, casi puntual, y está muy ralentizado. De ahí a llegar a las comunidades de propietarios queda mucho por hacer.
Las empresas de servicios energéticos son bastante recientes, ¿no?
Sí, aunque el concepto es antiguo. El auge, el boom, viene propiciado por la directiva 20/20/20, que busca un aumento de la eficiencia energética en Europa de un 20% para 2020. Está muy relacionada con la carestía de los productos energéticos y, por qué no, también por una mayor sensibilidad social. Las energías renovables están muy bien, son necesarias, pero por utilizar un símil, antes de usar un buen limpiador convendría no ensuciar tanto. Es decir, benditas sean las renovables, pero igual deberíamos consumir menos energía.
Ya que menciona la directiva 20/20/20. ¿Cree que España va a cumplir el objetivo de ahorro del 20% en 2020?
Aún no contamos con datos. Con las renovables, por ejemplo, se puede saber con bastante precisión cuánto van a producir, pero en eficiencia energética no tenemos datos públicos que nos indiquen cómo estamos en términos de eficiencia energética por los organismos competentes. El dato de eficiencia no está claro, no está oficializado. ¿Vamos a cumplir? ¿Dónde están las medidas? ¿Por dónde vamos a ir? No está claro ni siquiera entre los profesionales del sector.
¿Cuáles son los puntos débiles del sistema energético español?
El concepto básico del ahorro y la eficiencia es satisfacer las mismas necesidades consumiendo menos. La eficiencia energética es un concepto que no es tan fácil de trasladar a la sociedad. El molino de las energías renovables está en todas partes, pero: ¿cuál es la imagen de la eficiencia? No es tan claro, hasta el punto de que su imagen se confunde con las renovables. El concepto básico es satisfacer las mismas necesidades, mantener el confort, consumiendo menos. La primera deficiencia del sistema energético es el desconocimiento de lo que es la eficiencia. En términos económicos, ¿es rentable hacerlo? No hay sensibilidad y sin ella no es posible hacer nada. Segundo, las cosas se hacen en el mundo empresarial por negocio. Es rentable en función de lo que te ahorres y de los costes de inversión. A día de hoy empieza a ser rentable. Y tercero, de qué forma podemos presionar para fomentar la eficiencia: bien a través de la fiscalidad, con un gravamen a los sectores difusos... La idea de que lo que hacíamos antes lo vamos a hacer ahora con renovables hay que desterrarla. Debemos conocer los ratios de consumo, a los que ni siquiera tenemos acceso los profesionales.
De modo que la fiscalidad podría ser una de las herramientas para fomentar el ahorro y la eficiencia energética.
La fiscalidad no está armonizada en la UE, aunque parece que los impuestos medioambientales están al caer. La sociedad no soporta tan fácilmente los impuestos directos u otros, pero hay un margen para los ambientales. En España se consume la energía que se quiera. No hay ningún impuesto que grave las emisiones de CO2, por ejemplo. En una fábrica, sí nos preguntarían.
¿Qué opinión le merecen los programas Solcasa, Biomcasa y Geotcasa que ha aprobado el Gobierno para impulsar el ahorro y la eficiencia?
Son programas dignos de elogio. La sociedad está muy focalizada con las renovables como fuentes de producción de electricidad, pero no toda la industria es igual. Además, la demanda final de energía es de calor. La energía térmica, ¿quién la produce? La solar térmica de baja temperatura, la biomasa... España es el segundo país europeo en recurso de biomasa y estamos a la cola en su aprovechamiento. Hay mucho potencial para desarrollar las energías renovables térmicas. Los programas que mencionáis están bien, pero tienen poco gas. Para las renovables térmicas apenas se pone un euro. Que conste que no hablo de primas, no son necesarias para el desarrollo de la biomasa. De hecho, los programas citados no contemplan primas, sino financiación. El problema es que ésta es muy escasa, de apenas cinco millones de euros que no da ni para hacer una caldera. Y eso a pesar del potencial que tiene, también en términos de empleo.
¿Cómo es la situación española respecto a la europea?
En general la eficiencia está despertando ahora. Quizás sea Alemania la más avanzada. Europa se pondrá las pilas gracias a la directiva. En Estados Unidos, que yo sepa, sólo la Administración ha hecho algo. En otros países, ni siquiera hay conciencia del tema.
¿Qué opina del plan de activación europeo 2011-2020?
El problema es que el plan contempla que la Administración otorgará los contratos pero sin que se mencione a las empresas de servicios energéticos. Tenemos nuestras dudas sobre cómo se va a hacer la contratación. Hasta ahora premia la solvencia económica, pero no las posibilidades de ahorro. Lo que está ocurriendo es que los proyectos se los dan a grandes empresas. El plan está concebido para que se lo den a las grandes constructoras, que tienen el mayor balance económico, lo que no deja de ser un error de bulto.
¿Tienen datos de cuánto empleo podrían generar las empresas de servicios energéticos?
Hay dos estudios, que como todas las investigaciones que se inician adolecen de algunas insuficiencias, pero que sirven como punto de partida. Con una reducción del 20 ó 30% del consumo energético se podría generar tanto o más empleo que en las renovables.
Las medidas de ahorro que ha implantado el Gobierno, como la reducción de velocidad, ¿sirven para algo?
Sin duda, la reducción de la velocidad está bien, pero no ha sido la única medida aprobada. Una de las más importantes, a nuestro parecer, ha sido el apoyo a las empresas de servicios energéticos mediante líneas de financiación. Hay que acabar con nuestra dependencia energética