Extremadura es una región rural. Según el Programa de Desarrollo Rural Sostenible, 2011- 2015 (PDRS) surgido de la Ley 45/2007, el 88 % de su superficie regional (36.500 km2 sobre 41.500 km2) y el 62 % de la población (650.000 habitantes sobre 1.050.000 hab.) son rurales. Con estas consideraciones, sólo siete poblaciones no son consideradas entorno rural, cinco en Badajoz y dos en Cáceres. El dato del porcentaje de habitantes es muy significativo, ya que a nivel nacional la población rural representa el 18 %.
En el medio rural extremeño se concentra un importante número de empresas señeras de la región, no sólo del sector agroalimentario, también del metal, químicas energético. Para CCOO, lo rural es un espacio de acción sindical y sociopolítico de primer orden. Un porcentaje importante de personas viven y trabajan fuera de zonas urbanas.
Para aplicar el PDRS, se ha dividido a Extremadura en doce zonas. Cada una de ellas incluye dos o tres mancomunidades de municipios, organizaciones territoriales de gestión de algunos servicios básicos como recogida y tratamiento de residuos, parque de maquinaria, algunos programas de formación y servicios culturales. El modelo de mancomunidad supone un paso hacia una racionalidad en la utilización de recursos públicos locales.
Como modelo de gobernanza para el desarrollo local del territorio nos encontramos con los grupos de acción local (GAL), constituidos por agentes públicos y privados, corresponsables de trazar y ejecutar una estrategia de desarrollo territorial en el entorno donde trabajan. Es conocido el sistema, enfoque Leader, desde hace años. El mayor problema de los GAL es el de gestionar casi exclusivamente los fondos procedentes del Feader (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural) con una visión parcial de lo que el fondo financia y olvidando, o por lo menos no incorporando a la estrategia, respuestas al conjunto de problemas que atañen a la comarca donde trabajan. En cualquier caso, es destacable la labor de los veinticuatro grupos que operan en la región con una cobertura casi al cien por cien de todo el espacio rural.
Hasta ahora, CCOO ha estado prácticamente ausente del Leader. Quizás haya una visión demasiado sectorial de lo rural. En estos momentos, nuestra incorporación a los grupos se plantea como una actividad sindical estratégica. Lo decíamos antes: una parte importante de la población trabajadora vive en los pueblos y, por tanto, las estrategias de desarrollo rural están vinculadas directamente al bienestar de un porcentaje amplio de trabajadores de todos los sectores.
Pactos territoriales de empleo
Estos pactos son la aplicación territorial de las políticas activas de empleo de la Junta de Extremadura, utilizando la mancomunidad como modelo territorial preferente. Es evidente que para nosotros hay una relación directa entre acciones de empleo, orientación y formación profesional que se aplican en los pactos con las medidas de desarrollo territorial planteadas desde Leader y el PDRS.
Y para la construcción de todo el entramado de la vida social y económica junto con una visión claramente tendente a la sostenibilidad del medio rural necesitamos tener presentes tres elementos clave: el diseño de una estrategia política regional y comarcal, la elaboración y puesta en marcha de un modelo de gobernanza (y participación) regional y comarcal y el proyecto de un sistema-proceso de evaluación continua, también a nivel regional y comarcal.
Sobre estrategia regional hemos trazado unas ideas (para desarrollar) en un cuaderno de información sindical de CCOO de Extremadura (Ver: www.extremadura.ccoo.es cuaderno nº 12: Políticas públicas, participación y cooperación. Reflexiones para una estrategia de desarrollo rural. El decálogo de CC.OO. de Extremadura). La estrategia debería ligar los elementos normativos vigentes: el Programa de Desarrollo Rural Sostenible, el modelo de gobernanza surgido del Leader, la ordenación y explotación de los recursos naturales y, por último, como una cuestión transversal, la igualdad de mujeres y hombres, dentro de un plan para favorecer la igualdad en el medio rural.
En cuanto a estrategias comarcales, entendemos que lo más parecido son los programas de desarrollo definidos por los diversos grupos de acción local para concurrir a las convocatorias del Feader. Habrá que completarlo con los objetivos y medidas derivados de los planes de zona del PDRS.
Conseguir que cada territorio, comarca o zona tenga una única estrategia debe ser la prioridad. No creemos que se deba trabajar a expensas de lo que los distintos programas plantean. Éstos no deben pautar la estrategia, son herramientas para su desarrollo. El medio, no el fin. Y por otra parte, se encuentran los plenos y juntas directivas de los GAL, responsables del enfoque Leader en los territorios rurales con programas de desarrollo del Feader.
Dos reflexiones sobre la participación
Los mencionados órganos regionales (comité y consejo) y los comités territoriales de zona, sólo son de aplicación para el PDRS y por exigencia de la ley. La participación en el desarrollo de nuestras zonas rurales no se puede parcelar. No se puede hablar de las medidas del PDRS sin tener en cuenta la globalidad de necesidades y potencialidades del territorio. No puede haber un órgano de participación por programa. En esta línea reclamamos una mayor altura de miras a la Administración regional. Otra cuestión es la dependencia y coordinación de todo el desarrollo rural de una consejería sectorial como es la de Agricultura (con apellido de Desarrollo Rural). Como sucede en otras comunidades autónomas, la dependencia orgánica y funcional de una vicepresidencia o de la propia Consejería de Presidencia sería más operativa, la mejor opción para el 62,5 % de las personas que viven en Extremadura y que están incluidos en el medio rural.
Y en cuanto al modelo de gobernanza, el enfoque Leder de participación y corresponsabilidad en la toma de decisiones es el sistema más idóneo. Evidentemente, hay cosas que cambiar, luces y sombras. Por ejemplo, la excesiva dependencia de los poderes públicos locales y de la financiación de proyectos como objetivo casi únicos.
CCOO de Extremadura participa con mayor o menor intensidad en los 12 comités territoriales de zona, en el Consejo Regional y en dos de los 24 GAL. Queda mucho camino por recorrer.
Sobre el tercer elemento, la evaluación, en el contexto de un modelo de diálogo social ampliado a otro político dentro de la Asamblea de Extremadura, (Pacto Social y Político de reformas por Extremadura), planteamos desde el sindicato la necesidad de crear un observatorio del medio rural como instrumento para el análisis, la planificación y la evaluación de todas las políticas, programas y actuaciones que se pongan en marcha en el territorio rural.
Nuestro planteamiento de creación de dicho observatorio fue recogido en el texto final del pacto y en estos momentos, después de que desde el sindicato hayamos elaborado un borrador del diseño, estamos a la espera de que la Administración regional ponga en marcha el instrumento. Su compromiso es que se ponga en marcha en esta legislatura. Evidentemente, esperamos que sea un instrumento participado por los agentes sociales.
A nivel comarcal, el PDRS recoge la evaluación como una parte del trabajo del comité territorial de zona: "el resultado del seguimiento cuantitativo de ejecución anual de las actuaciones para cada zona rural será informado en sus aspectos cualitativos por el órgano de información, coordinación y participación de cada zona".
Es preciso que la evaluación se entienda como cultura y como proceso, en el sentido de no concebirlo como un paso más, como una acción dentro de un programa, generalmente obligatoria para dar cuenta de resultados cuantitativos y económicos y, por tanto, como un elemento fiscalizador de los fondos puestos a disposición de la consecución de unos objetivos concretos. Tiene que ser entendida como un proceso continuo de mejora del conjunto de la estrategia y sus distintas partes de aplicación. Ese es el reto.
Cinco líneas de actuación
La tarea de Comisiones Obreras en todos los niveles territoriales creemos que debe girar alrededor de cinco ideas:
Es deseable que la Ley 45/2007 de Desarrollo Rural Sostenible pase de ser una oportunidad a convertirse en la política de desarrollo rural del Estado y las comunidades autónomas; que sea el ideario social y político de consenso; que defina que desarrollo rural queremos, como lo construimos y como lo financiamos; que suponga bienestar para todas las personas que viven el medio y, por supuesto, que sirva para un cambio de modelo productivo, con la perspectiva de la transición justa. Y para ello, es necesario que los sistemas -procesos de gobernanza-, participación y evaluación sean reales y eficientes
Concha Gómez Mogío
Secretaría de Medio Ambiente y Salud Laboral de CCOO de Extremadura
Ramón Barco Alcón
Secretaría Técnica de CCOO de Extremadura