Trabajador del Servicio de Saneamiento Urbano de Alcobendas, Rafael López, (Algete, Madrid, 1952) milita en CCOO desde los 14 años y ha pasado por varias responsabilidades del sindicato.
En la actualidad es el secretario de Política Sindical y Sectorial de la Federación Estatal de Actividades Diversas de CCOO y responsable estatal del Sector de Saneamiento Urbano. López alerta de que la crisis pasa ya factura al empleo del sector del saneamiento urbano. Un daño que puede agravarse por el endeudamiento de las comunidades autónomas y los ayuntamientos y que ha provocado conflictos laborales por el cobro de los salarios de los trabajadores.
¿Se ha cuantificado el empleo destruido desde que comenzó la crisis?
No tenemos cifras exactas, estamos recabando estos datos, pero las plantillas de limpieza y recogida de basuras se están quedando bajo mínimos, en lo imprescindible. En Madrid, por ejemplo, se pueden haber perdido unos 1000 empleos en el sector del saneamiento urbano y servicios. De momento no han tocado el empleo fijo, sólo el eventual, sustituciones en vacaciones y bajas por incapacidad temporal y campañas extrodinarias. Hay que tener en cuenta que los servicios de saneamiento urbano, jardinería y gran parte de la limpieza de edificios municipales están en manos de las cuatro grandes constructoras -FCC, acir-Vallehermoso, ACS y Ferrovial- de nuestro país, que operan en el los sectores de medio ambiente através de de sus empresas de servicios.
Como los ayuntamientos no tienen liquidez, difieren el pago a las empresas con demoras de hasta más de un año, y crean desequilibrios económicos, lo que ha convertido a esas empresas de prestatarios de servicios en prestatarios de capital.
Además, se van a retrasar los planes que había de construcción de plantas de reciclaje y tratamiento de residuos por las comunidades autónomas y algunos ayuntamientos. Este empleo verde que en teoría se iba a crear ya no se creará. Con la crisis actual, la atención al medio ambiente se va a relegar aún más.
¿Y qué ocurre en las empresas que se dedican a la recogida de envases, vidrio, papel y cartón?
En los últimos años han creado mucho empleo pero de baja calidad, porque el trabajo lo hacen las subcontratas, incluso autónomos. Este tipo de empresas contratan estos servicios con los ayuntamientos y se encargan de la recogida, el almacenamiento y la comercialización posterior de estas materias primas. Al oscilar a la baja los precios para la reutilización de estos residuos, en muchos casos no sale rentable, por lo que la viabilidad de estos subsectores de saneamiento urbano puede estar en entredicho en una situación de crisis como la actual. Ya se han efectuado algunos expedientes de regulación de empelo en este tipo de empresas.
En este contexto, ¿tiene algo que ver que el saneamiento urbano esté en manos de la iniciativa privada?
Mucho. El medio ambiente no puede estar totalmente en manos de la iniciativa privada, tampoco la gestión de residuos. Las empresas que los gestionan, como es lógico, quieren sacar beneficios del dinero que invierten en estos sectores. Con la crisis y el retraso de los pagos de las administraciones públicas, al tener que financiar por largos periodos de tiempo, estas actividades ya que no son rentables. La basura ha sido un negocio hasta ahora porque el 80% es mano de obra, que daba una facturación económica muy grande a estos grupos empresariales.
El negocio de la basura, ¿se presta a la corrupción?
Sí, porque hay mucha competencia entre los grupos empresariales y hay intermediarios que se dedican a eso, al ser la Administración la que adjudica el servicio. Lo que ha salido a la luz pública es sólo la punta del iceberg. Tú puedes concursar a la concesión de una contrata de una administración autonómica o local y cumplir las condiciones técnicas de una manera perfecta, respetar el convenio colectivo y los derechos de los trabajadores/as, hacer una buena oferta económica, y no llevarte la contrata. ¿Por qué? Porque los pliegos de condiciones a veces se preparan para dárselo a una empresa y en el baremo técnico influyen mucho los criterios políticos, "lo más limpio de este negocio es la basura."
¿Debería volver el saneamiento urbano al sector público?
Sería lo ideal, pero hoy es utópico que todo el tratamiento de los residuos volviese al sector público. Al menos, la Administración debería tener más control del cumplimiento de la gestión integral de los residuos, así como de las condiciones socio-laborales de los trabajadores que prestan sus servicios a las empresas a las que se les han adjudicado la gestión de los residuos. También debería haber una unificación en relación calidad de servicio y precio del trabajo.
En los vertederos, ¿las empresas cumplen a la hora de separar los residuos?
Es muy difícil separar los residuos si esta tarea no se hace en origen, porque aunque la tecnología ha avanzado mucho, la separación una vez que se ha efectuado la recogida de residuos y están en el vertedero es muy costosa.
Para que la separación se haga en origen, habría que cambiar los sistemas de recogida de residuos, adecuándolos al urbanismo de las ciudades, efectuando campañas de concienciación a los ciudadanos que promuevan una recogida selectiva, separando cada materia, y que no llegara todo mezclado al vertedero. Esto conlleva una fuerte inversión por parte de las administraciones públicas. En Europa y en concreto en España, después de la Segunda Guerra Mundial se reciclaba todo porque no había materias primas o eran muy caras. Hoy los residuos casi no tienen valor.
¿Cómo se tratan los residuos en los polígonos?
Es un auténtico desastre, se mezcla todo, el cartón, el vidrio, los residuos tóxicos, etc. No se cumpe la legislación. Ahora son los ayuntamientos los encargados de la recogida de estos residuos porque se consideran asimilables a urbanos. La ley prevé que las empresas tengan que contratar operadores para el tratamiento de los residuos industriales y esto no se cumple. Si fuera así, se podría generar bastante empleo.
Javier Morales Ortiz