En 1969 la ciudad de Friburgo (Alemania) decidió poner en práctica una política de transporte urbano que permitiera asegurar un buen nivel de movilidad y que no comprometiera el crecimiento urbano, la naturaleza y el medio ambiente.
En las políticas de tráfico y transporte de Friburgo, un referente en toda Alemania, priman los modos de moverse más sostenibles (a pie, bicicleta y transporte público) por lo que ha sido galardonada con el Premio Europeo al Transporte Público Local.
El principal objetivo de las políticas de movilidad de Friburgo es evitar el tráfico innecesario. Lo han conseguido diseñando una ciudad compacta que pueda ser atravesada con rapidez y que incluye potentes núcleos de servicios para el vecindario de los barrios. El desarrollo urbano se organiza en torno a las principales arterias por donde circula el transporte público, dando prioridad al desarrollo centralizado sobre el crecimiento periférico desordenado.
Todas las grandes decisiones que se han tomado sobre desarrollo urbano se han guiado por el principio de evitar y prevenir el tráfico. Así, tanto los dos nuevos distritos de Rieselfeld y Vauban como las dependencias del interior de la Ciudad Universitaria, son fácilmente accesibles en transporte público. Se ha dado absoluta prioridad a cubrir las necesidades y servicios esenciales de los barrios para que la gente se abastezca de los productos de primera necesidad en los mercados y centros comerciales situados dentro de la trama urbana, y no en grandes parcelas segregadas en las afueras, destinadas a hipermercados.
La decisión estratégica de evitar el tráfico se complementa con el fortalecimiento de aquellas medidas sobre el tráfico que sean compatibles con el medio ambiente urbano. Los tráficos peatonal, ciclista y el transporte público local son los que más se han beneficiado de la continua ampliación de infraestructuras apropiadas a lo largo de las tres últimas décadas. De aquí que nos encontremos con que las bicicletas y las bici-taxis, frecuentemente utilizadas por los turistas, forman parte de la imagen de la ciudad.
El tercer objetivo de la política de transporte es hacer que la gestión del tráfico rodado motorizado se haga de forma compatible con una ciudad cómoda y habitable. Hay una gestión del espacio de aparcamiento de forma continuada en numerosos puntos, con un sistema de incentivos fiscales y tarifas, aparcamientos disuasorios en edificios de varias plantas y sistemas de aparcamiento guiado, que permiten aliviar el tráfico motorizado de las áreas residenciales próximas al centro y la búsqueda de espacio de aparcamientos de rotación. La red de carreteras está siendo implementada en orden a eliminar cuellos de botella y áreas residenciales dispersas.
Éxito de la política de transporte
Entre 1982 y 1999, la contribución de la bicicleta al volumen de tráfico de la ciudad se incrementó del 15% al 28%. A la vez, el transporte público se incrementó del 11% al 18%, mientras que los trayectos recorridos por los vehículos motorizados descendieron del 38% al 30%, En comparación con las otras grandes ciudades alemanas, hoy día Friburgo posee la menor densidad de vehículos motorizados en circulación, con 423 por cada 1.000 habitantes.
Elementos clave de la política de tráfico y transporte
Desde que se establece la primera zona peatonal en 1973, el tráfico y transporte de Friburgo se ha distinguido por un sutil pero continuo desarrollo coordinado de los siguientes elementos:
Al añadir nuevos itinerarios, frecuencias y comodidad de viaje, la red de tranvías se ha convertido en el sistema de transporte urbano ferroviario que conecta casi todos los principales distritos de la ciudad. El 65% de la población vive en el área de influencia de una parada de tranvía.
El núcleo de cercanías de la región de Breisgau, que fue diseñado de acuerdo con los municipios vecinos a Friburgo, permite buenas y rápidas conexiones por ferrocarril entre la ciudad y la región. En la estación central de Friburgo hay conexión con la red de transporte estatal por ferrocarril.
En 1970, Friburgo apenas contaba con carriles-bici. Hoy día cuenta con una red de carriles de 500 kilómetros y se han mejorado notablemente las oportunidades para moverse en bicicleta: 9.000 plazas de aparcamiento, enlaces con la red de transporte público (Bike & Ride), un mapa urbano para bicicletas, etc.
Amplias zonas del centro de la ciudad se han ido peatonalizando y han sido completamente reconstruidas para tal fin. La adaptación del espacio urbano continuará en los años venideros.
Peatones y ciclistas se benefician también de las medidas expansivas de calmado de tráfico adoptadas en áreas residenciales. De hecho, el 90% de los residentes viven en zonas con limitación de velocidad para vehículos, las conocidas como zonas 30.