Los planes insostenibles de la Diputación de Gipuzkoa para construir dos incineradoras de residuos urbanos, una en Irún y otra en Urnieta, fueron ampliamente contestados por la ciudadanía.
Retirado el proyecto de la primera, y tras cambiarse varias veces la ubicación de la segunda, se apuesta finalmente por construirla en Usurbil, con un coste de 400 millones de euros, decisión que no ha logrado desactivar la respuesta.
Las alianzas producidas tras las elecciones municipales de 2007, posibilitó que la Mancomunidad de San Marcos (donde está incluida Donostia) fuera gestionada por sectores contrarios al modelo de la incineración, impulsando proyectos de recogida puerta a puerta (PaP) que hacen innecesaria la incineradora.
El de Usurbil, con más de un año en marcha, fue ratificado mediante consulta popular, con una participación del 70,23% de ciudadanos mayores de 16 años. El 56,23% votó favorablemente la experiencia de puerta a puerta, el 42,95% por el quinto contenedor (recogida voluntaria de orgánica) y, el 0,76% por continuar como hasta ahora con los 4 contenedores. Recoger de forma selectiva la materia orgánica es fundamental, mientras el puerta a puerta trata el 100% de la materia, el autocompostaje y el quinto contenedor, por su carácter voluntario, no lograr tratar mas del 15 o el 20%. Así, Usurbil, ha pasado de reciclar el 28% a entre un 80% y un 97% de pureza de la materia orgánica.
Tras Usurbil, Hernani y Oyarzun han implantado el sistema PaP, con la oposición de PNV, PSOE, PP y H1, que con mucha demagogia han defendido la voluntariedad ciudadana en la gestión de las basuras o la implantación del quinto contenedor, ocultando su apuesta por el caro negocio de la incineración.
¿Deben obligar los Ayuntamientos a separar los residuos de forma que se puedan reciclar? Ese es el debate. Si reciclamos solo el 35%, es inevitable la incineradora que nadie quiere, o el vertedero con sus peligrosos residuos. Separar para reciclar, debe ser tan obligatorio, como circular en automóvil con cinturón de seguridad o la obligación de recoger las cacas de los perros mascotas. Las emisiones y dioxinas nos van afectar a todos y no podemos seguir generando montañas de basura. La recogida selectiva y su posterior reciclaje, junto a planes de reducción en origen son tareas urgentes e ineludibles.
Algunas razones para implantar el PaP:
Pacto de Usurbil
El pasado 12 de marzo, 17 fuerzas políticas, sindicales (CCOO entre ellas), ecologistas y ciudadanas, junto al Ayuntamiento de Usurbil, firmámos el Pacto de Usurbil, que apuesta resumidamente por: anteponer la salud de la ciudadanía en la gestión de residuos, sin menospreciar el medio ambiente, la economía y los puestos de trabajo. Se trata de un claro compromiso por superar los vertederos, excluyendo el sistema de incineración, y apostar por implantar en toda Gipuzkoa "cero residuos" con infraestructuras de compostaje, mediante el sistema puerta a puerta, por ser el más eficaz, ya que posibilita recoger selectivamente el 85% de los residuos, con una calidad del compost inmejorable. Este sistema podría crear 477 nuevos puestos de trabajo en el territorio. Las fuerzas firmantes del pacto, solicitan a la Diputación de Gipuzkoa que aplique una moratoria de seis años para la incineradora de Zubieta (Usurbil), aprovechando esta oportunidad para mantener Gipuzkoa en el camino de la innovación y el liderazgo social.
El debate sobre los modelos de gestión de los residuos está a la orden del día, el del PaP en el de nuevos ayuntamientos. La ruptura del PSOE, de sus pactos de Gobierno como en Lasarte- Oria, no van en la dirección de la iniciativa de la izquierda ecologista y nuevas localidades se sumarán, especialmente tras las elecciones del 2011.
La Diputación avanza en sus planes de construir una costosa infraestructura de incineración en Usurbil, la coordinadora antiincineración convoca una manifestación para el 13 de junio, a la que probablemente se sumarán las fuerzas del Pacto de Usurbil, con la implicación de los Ayuntamientos que gestionan el puerta a puerta.