Licenciada en derecho y técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales, Isabel Navarro (Albacete, 1976) inició su andadura sindical en 1998, en la Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT de su ciudad natal. Una responsabilidad que le permitió acercarse a las cuestiones medioambientales y ser hoy la secretaria de Cambio Climático y Medio Ambiente de este sindicato
¿Por qué un sindicalista ha de interesarse por el medio ambiente?
Todas las actividades humanas tienen repercusión sobre el medio ambiente y, por supuesto, también las actividades laborales. El medio ambiente es un derecho y un deber de todos los trabajadores y ciudadanos. Protegerlo es una garantía de bienestar y salud social. Tenemos que ser conscientes de que los recursos naturales no son inagotables y tenemos que trabajar para establecer una adecuada relación ante los procesos productivos, económicos, sociales y laborales con un desarrollo que no perjudique al entorno natural. No podemos olvidar que los trabajadores somos, en muchos casos, los primeros perjudicados por los efectos negativos de los procesos productivos, que afectan a las condiciones de seguridad y salud del puesto de trabajo y al medio ambiente.
¿Por qué hay trabajadores que aún piensan que la defensa del medio ambiente es enemiga de la creación de empleo y no lo ven como una oportunidad?
Creo que cada vez hay menos trabajadores que piensan así. Muchos de ellos ya se dan cuenta que cuidar el medio ambiente no significa perder el empleo, sino todo lo contrario. Tenemos que luchar para que el cambio hacia un modelo productivo más bajo en carbono se convierta en una oportunidad de transformar los empleos existentes y crear nuevos de calidad a través de un proceso de transición justa.
Después del fracaso de la Cumbre del Clima, ¿qué podemos esperar? ¿Qué posición y qué estrategia deben tener los sindicatos a partir de ahora?
Somos conscientes de que en Copenhague no se han cumplido nuestras expectativas, pero no podemos caer en el desánimo. En estos meses España tiene la presidencia de la Unión Europea y los sindicatos exigiremos que el desafío climático sea una prioridad, que se recuperen y que se hagan cumplir los ambiciosos objetivos que tuvo la Unión Europea en la lucha contra el calentamiento global. Pedimos que se construya una economía europea verde y una transición social justa como base del cambio del modelo productivo.
La nueva ley de economía sostenible que prepara el Gobierno, ¿servirá para cambiar el modelo productivo en nuestro país?
Es un reto importante. La ley de economía sostenible puede ser una oportunidad para cambiar el modelo productivo actual a través de una apuesta estratégica decidida. Desde UGT creemos que hay que impulsar y modernizar el sector industrial como la base en la que se sustente el nuevo modelo económico. Esta ley no puede ser un conjunto de medidas aisladas, tiene que ser un plan global capaz de reactivar el conjunto de la economía, superar las deficiencias de nuestro tejido productivo y, también, reforzar las políticas sociales y ambientales para garantizar la protección a los colectivos más desfavorecidos. Lo fundamental es que se definan claramente los objetivos y se diseñen estrategias concretas para establecer un marco de apoyo, revitalizar la economía, generar empleo de calidad y sentar las bases de un nuevo modelo económico sostenible. Debe garantizar el respeto ambiental y el uso racional de los recursos naturales de forma que permita satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras.
Javier Morales Ortiz