El movimiento de tierras, vaciado o la cimentación son algunas de las fases de una obra que se han tenido que realizar históricamente en aquellos meses del año en que la climatología lo permitía: bien por la ausencia de lluvias o la congelación del terreno o porque se pudieran ejecutar sin incremento de la dificultad y peligro para los trabajadores que las acometían.
A su vez, y consecuencia lógica de ello, los mismos operarios han tenido que adaptar su labor y equipamientos a las épocas del año en que los trabajos a cielo abierto se convertían en un plus diario en su cometido.
La negociación y el trabajo sindical han seguido el mismo recorrido. Los convenios colectivos -ya sean provinciales o de ámbito estatal- del sector también han reflejado estas circunstancias. Un ejemplo de ello es que en el actual convenio general del sector de la construcción -que da cobijo a 1.900.000 trabajadores aproximadamente, según la EPA del segundo trimestre de 2009- en su artículo 176 marca pautas de protección de los trabajadores contra las inclemencias atmosféricas que puedan comprometer su seguridad y salud dejando claro que éstos podrán proponer el cambio de horarios.
A esto hemos de añadir más medidas, como el uso de cremas solares, tan necesarias para aquellos que están sometidos a la radiación solar en su tajo; o ya de un modo más genérico, la implantación de la jornada continua de verano a pie de obra en aquellas comunidades autónomas donde los efectos del calor son más intensos.
Siguiendo esta línea, desde la Federación Estatal de Construcción Madera y Afines de CCOO promovimos una campaña el pasado verano con el fin de hacernos eco entre empresas, trabajadores y la Administración, de una contingencia que ha quedado siempre solapada y que es causa de una buena parte de los accidentes mortales, de forma directa o indirecta, que se producen en ese tiempo: los golpes de calor.
Los factores que han influido en la gestación y creación de esta campaña han sido varios. En primer lugar, el Modelo ECMWF del Centro Europeo de Pronóstico nos hizo ver que, según que la temperatura del aire, durante el estío de 2009 superaría los valores normales en todo el área mediterránea y el centrosur de la Península, especialmente en el este de la meseta sur y el interior de la Comunidad Valenciana. Asimismo, la precipitación que se preveía era similar a la "normal" para esa época del año, aunque tendiendo a seco en las costas del norte y del sur, así como en Extremadura y la Meseta sur.
Además, examinando las estadísticas que la Administración pone a disposición de todos en la web del Ministerio de Trabajo, pudimos ver que ni en éstas ni tan siquiera en el parte de accidente de trabajo oficial se contemplaba el golpe de calor como accidente laboral.
De ahí que decidiéramos llevar a cabo una campaña de choque en la que ideamos un kit con un chaleco con un termómetro adherido, sobres de sales minerales y una cantimplora, acompañado de un díptico en el que se explicaban síntomas del golpe de calor, medidas preventivas y recomendaciones.
El objetivo era hacer llegar a los trabajadores medidas de prevención indispensables para evitar este riesgo; a las empresas queríamos convencerlas de que era un riesgo conocido y reconocible, que debía ser previsto en los planes de seguridad de sus obras; y, a la Administración, hacerles ver la necesidad de incorporarlo a las estadísticas oficiales y que se reconociera como lo que es, un auténtico accidente laboral.
Después de una serie de presentaciones en todas las comunidades autónomas. donde hay mayor incidencia del calor, la acogida por parte de los trabajadores, medios de comunicación y las empresas ha sido más que satisfactoria.
En la actualidad estamos estudiando nuevos materiales, ligados con el deporte, para la confección de los chalecos, y ligar directamente la campaña del golpe de calor con la previsión de enfermedades derivadas de la radiación solar. Seguimos trabajando para que esa interconexión entre el proceso constructivo, el medio ambiente y la protección de los trabajadores sea todo uno.
Santiago Cubero
Secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de Fecoma-CCOO