Michael Peck trabaja como consultor en Estados Unidos para una empresa española de energía renovable. Estuvo recientemente en Madrid, en la jornada sobre economía verde organizada por CCOO para dar a conocer la Apollo Alliance y la Blue Green Alliance, dos movimientos que en Estados Unidos promueven un cambio de modelo energético en el país más contaminante del mundo y más reacio a cambiar su forma de vida.
“Queremos que nuestros productos se fabriquen en Estados Unidos y no en China. Pero eso sólo será posible si apostamos por la economía verde porque no podemos competir en costes salariales”¿Qué resultados han obtenido hasta el momento la Apollo Alliance y la Blue Green Alliance?
La Apollo Alliance se fundó en 2001, después del 11 de septiembre. Se creó para dar un mensaje de esperanza, que era necesario transformar el país y buscar la independencia energética. Es un think tank que combina la acción social y la política y en el que intervienen sindicatos, empresas, científicos, el mundo académico o los activistas medioambientales. Tratamos de crear un consenso nacional sobre la economía verde en Estados Unidos. En su momento, concebimos un plan de diez puntos para transformar la política energética, que asumió Barack Obama cuando se presentó como candidato a la presidencia del país. Ése fue el primer logro. Ahora, Apollo Alliance se está centrando en intentar convencer a los norteamericanos de la necesidad de que el país tome la senda de la economía verde.
Queremos potenciar el sector productivo, queremos que nuestros productos se fabriquen en Estados Unidos y no en China. Pero eso sólo será posible si apostamos por la economía verde porque no podemos competir en costes salariales. No podemos convertirnos en una industria pasiva, tenemos que re-aprender a fabricar. Y tenemos claro que los trabajadores deben ser el primer objetivo a proteger en el tránsito hacia la economía verde. En la otra plataforma, la Blue Green Alliance, (blue por el trabajo y green por el medio ambiente), se dan cita las ONG ambientalistas y los sindicatos involucrados en la economía verde, liderados por los Steel Workers, el sindicato más implicado en este sentido. La Blue Green Alliance cuenta con ocho millones de miembros y su principal objetivo es que de Copenhague surja un acuerdo que fomente los empleos verdes. Estaríamos hablando de una nueva revolución industrial, social y económica.
¿A qué se debe la resistencia que hay en Estados Unidos hacia la economía verde?
El principal obstáculo es la falta de comunicación, de información. Cuando la gente carece de datos y está mal informada, tiene miedo, y cuando tiene miedo reacciona mal. Ha pasado así siempre. Lo primero que tenemos que hacer, no sólo en Estados Unidos, también en España, es explicar a los trabajadores en qué consiste la economía verde, comunicar bien las ideas, que sepan que será la única forma de garantizar sus puestos de trabajo y el bienestar de sus hijos. Por otro lado, también es cierto que hay gente que no quiere cambiar, que piensa que el cambio climático no existe, o que tiene otros intereses. Pero el debate público sobre el cambio climático ya está acabado, ya nos lo han dicho los científicos. Ahora debemos esforzarnos en saber cómo afrontar este gran reto y, en este sentido, la economía verde debe ser un trampolín. También es necesario crear nuevas reglas, nuevos modos de comportamiento y disminuir las desigualdades sociales.
Por extraño que parezca, alguna de estas resistencias viene de España, como el informe elaborado por el profesor Gabriel Calzada para la Universidad Rey Juan Carlos. Este profesor afirma que en España las energías limpias no sólo no han generado empleos sino que lo han destruido.
Es sorprendente y triste. El informe que citas está pagado por la petrolera Exon Mobile. Han intentado manipular el sistema y vender algo que no es verdad. La metodología del informe no es válida y hay mucha gente que lo ha demostrado, como el Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL) del Departamento de Energía de EEUU. NREL ha probado que el informe Calzada no tiene validez. Sólo quiere dañar la imagen de España, que lidera este sector, que es campeona mundial y que está creando riqueza.
La Apollo Alliance planteaba que con una inversión de 500.000 millones de dólares se podrían crear 1,3 millones de empleos en Estados Unidos
Lo llamativo es que el Gobierno ya ha puesto sobre la mesa más dinero para promocionar la economía verde. Cuando se elaboró, el plan Apollo era audaz, pero finalmente la Administración Obama está haciendo mucho más
¿Cómo evalúas la política del presidente Obama en relación al clima?
Creo que tenemos muchos procesos que tienen que unirse antes de Copenhague. Tanto la Cámara Baja como la Alta deben aprobar algunas normas previas. Desde la época de Kennedy, no había vuelto a involucrarme en la Adminstración que tenemos. Obama nos ha dado esperanza, algo muy importante para los seres humanos, la moneda del país.
Sin embargo, a Estados Unidos se le sigue considerando uno de los lastres para conseguir un acuerdo ambicioso en Copenhague
El viejo dilema entre trabajo bueno o un ambiente bueno no puede seguir manteniéndose. Ahora debemos apostar por ambas cosas y es algo que debe salir de Copenhague. En Estados Unidos muchas empresas miran hacia Europa, creen que están ganando competitividad porque son más eficientes energéticamente. En este sentido, creo que la unión transatlántica entre Estados Unidos y España y entre CCOO y la Blue Green Alliance y la Apollo Alliance va a ser beneficiosa. Siempre hemos hablado de la colaboración de los gobiernos y de las empresas, ahora es el momento de los sindicatos, de los trabajadores.
Javier Morales Ortiz