Durante dos años, desde el 1 de noviembre de 2006 hasta el 31 de octubre de 2008, ha estado en vigor el proyecto Gesmopoli (gestión de la movilidad de los polígonos). Se trata de un proyecto pionero que se ha convertido en un referente entre las experiencias que tratan de fomentar la movilidad sostenible al lugar de trabajo.
La singularidad de Gesmopoli reside en su composición. Lo integran cinco socios: la Diputación de Barcelona, que ha liderado el proyecto; el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña; la Federación de Sociedades Anónimas Laborales; y los sindicatos UGT y CCOO, que han diseñado conjuntamente la planificación de las diversas fases de implantación del proyecto, así como su seguimiento y control. El proyecto ha tenido el apoyo de la Unión Europea.
Cada uno de los socios se ha responsabilizado de la ejecución de Gesmopoli en cada uno de los seis polígonos de actividad productiva escogidos para el proyecto. Los polígonos se han seleccionado procurando que fueran representativos de la gran diversidad de problemas que hay en cuestiones de movilidad. Se trataba de contrastar una metodología de trabajo común en seis realidades distintas y de analizar los resultados obtenidos fijándose sobre todo en cómo resolver y aprovechar las dificultades y oportunidades que se fueran presentando en el devenir del proceso. El objetivo final del proyecto Gesmopoli era adquirir un conocimiento y una experiencia que sirviera para elaborar una metodología global útil para aplicarla en otros polígonos, cada uno con sus propias particularidades. Es decir, pasar de la teoría general a la práctica individual y así obtener unos procedimientos y unas herramientas, en definitiva, unas pautas de actuación, útiles para intervenir en el complejo y problemático campo de la movilidad generada por motivos laborales.
Gesmopoli ha hecho hincapié en las tareas de planificación de la movilidad, de negociación entre los agentes del polígono, de gestión y de actuación sobre el territorio, así como de comunicación y difusión de los objetivos del proyecto. Para ello se ha dotado de tres herramientas básicas: creación de las mesas de movilidad, espacios de participación y concertación de los diversos agentes del polígono (administración local, autoridad regional de la movilidad, operadores de transporte, empresarios y sindicatos). Elaboración de los planes de movilidad de cada polígono, planes que incluyen la diagnosis de la movilidad, las propuestas de actuación y los indicadores de seguimiento.
Durante el último tramo de Gesmopoli los polígonos se han dotado de un gestor de movilidad, entre cuyas principales tareas se encuentran la gestión, control y seguimiento de la movilidad, así como dinamizar el plan de movilidad, negociando y coordinando los diferentes agentes del polígono con el objetivo de que se lleven a cabo las medidas propuestas en el plan. Además, los gestores han realizado acciones divulgativas, informativas y de asesoramiento, principalmente entre los empresarios y los trabajadores y trabajadoras.
Una vez superado el período de implantación del proyecto Gesmopoli, los resultados obtenidos otorgan validez al método empleado y garantizan que se puedan extrapolar a otros polígonos. Igualmente, permiten afirmar, sin reservas, que Gesmopoli ha servido de palanca de arranque para promover la movilidad sostenible y segura en cada uno de los polígonos en los cuales se ha intervenido. Ahora, lo imprescindible es que haya continuidad del proceso iniciado y que las medidas programadas en el plan de movilidad se ejecuten para que el cambio modal sea una realidad y no se quede solo en una declaración de buenas intenciones.
Albert Vilallonga
Tècnico de Movilidad Centro de Referencia en Movilidad ISTAS – CCOO
Más información:
www.gesmopoli.net
www.mobilitatelpla.cat