EL 1 de junio de 2007, entró en vigor en los 27 Estados miembros de la UE y en el Espacio Económico Europeo (EEE) el reglamento REACH de Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas. La norma situó a Europa en la vanguardia mundial del desarrollo sostenible, con un gran potencial de impacto en la protección del medio ambiente y la salud.
El proceso de autorización de REACH despertó grandes esperanzas, pues la norma introduce el principio de precaución y establece un marco para la sustitución de las sustancias más peligrosas, lo que incidirá en una mayor competitividad de la industria.
Pero de las más de 100.000 sustancias químicas que se comercializan en Europa, no todas tienen el mismo grado de peligrosidad. La norma REACH contempla que, antes de que finalice 2009, el anexo XIV deberá recoger la lista de sustancias más preocupantes sujetas a autorización. Los fabricantes, importadores o usuarios intermedios no comercializarán ni utilizarán las sustancias incluidas en dicho anexo sin previa autorización.
La Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) publicó en octubre de 2008 una primera propuesta de candidatas de sustancias altamente preocupantes (SVHC), que debería autorizar la Comisión Europea para ser incluida en el Anexo XIV. Pero de las más de mil sustancias que podrían incluirse según los criterios del Reglamento REACH, la lista de la ECHA sólo recoge quince. Y de ellas, sólo ha priorizado siete.
Como es obvio, esta primera propuesta ha decepcionado a las ONG y a los sindicatos europeos, pues la consideran excesivamente pobre. Para empeorar aún más la situación y dilatar el proceso, la fecha límite propuesta por la agencia para utilizar o comercializar una sustancia sin autorización es de 42 a 48 meses. Esto implica que durante cuatro años a partir de la aprobación de la lista definitiva de sustancias sujetas a autorización, los trabajadores, y ciudadanos en general y el medio ambiente seguirán expuestos a los daños que ocasionan dichas sustancias.
A este ritmo, la agencia necesitaría 200 años para lograr los objetivos del REACH, de protección de la salud humana y el medio ambiente y eliminar del mercado europeo las sustancias más peligrosas.
Los sindicatos y otras organizaciones de defensa del medio ambiente y de la salud trabajan en listados alternativos de sustancias altamente preocupantes. ISTAS ha colaborado con la organización sueca ChemSec y otras ONG de toda Europa en la elaboración de la SIN List (Substitute It Now!), una lista de casi 300 sustancias químicas de elevada peligrosidad. Además, ISTAS, por encargo de la Confederación Europea de Sindicatos, confecciona un listado de sustancias prioritarias basado en sus propiedades intrínsecas y destacando las sustancias relacionadas con enfermedades profesionales.
Tatiana Santos Otero
Área de Riesgo Químico de ISTAS
tsantos@istas.ccoo.es