A histórica Conferencia de las Partes de Bali establecía en 2007 la Hoja de Ruta que deberían seguir las negociaciones internacionales en los próximos dos años con el objetivo de asegurar un nuevo acuerdo que sustituyera al Protocolo de Kioto en Copenhague.
La ciudad polaca de Poznan, era la parada intermedia donde las Partes debían dar impulso a las discusiones sobre los elementos fundamentales del futuro régimen, sin embargo, los resultados fueron modestos. Si 2007 fue el año de la eclosión del cambio climático en la opinión pública mundial, abanderada con la publicación del Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático y el Informe Stern, 2008 resultó ser el comienzo de un período de crisis global financiera.
El contexto internacional de la negociación de Poznan fue difícil. La presencia en Poznan de la saliente Administración Bush, bloqueadora permanente del proceso, esta vez no pudo ser equilibrada por el liderazgo de la Unión Europea, que se encontraba concentrada en temas más domésticos, como la negociación del paquete europeo de energía y cambio climático.
Las circunstancias adversas imprimieron entonces un ritmo lento a las negociaciones, cuyos progresos a destacar fueron:
La contrapartida a esta buena predisposición de los países en desarrollo fue que EEUU, Nueva Zelanda, Canadá y Japón bloquearon la negociación de los objetivos del 25 al 40% de reducción de emisiones para 2020. Además, los países en desarrollo esperaban más compromisos sobre financiación. En particular, no se aceptó ampliar la financiación del Fondo de Adaptación de Kioto mediante la imposición de una tasa en los otros mecanismos
de flexibilidad, el de aplicación conjunta y comercio de emisiones, como la que ya se aplica a los mecanismos de desarrollo limpio.
Participación activa y visible de los sindicatos en el proceso de negociación
La delegación sindical de la Confederación Sindical Internacional que acudió a la Cumbre del Clima de Poznan estuvo constituida por un grupo numeroso y representativo, con asistentes de 12 organizaciones sindicales provenientes de países en desarrollo de África, América Latina y el Caribe y Asia-Pacífico.
La delegación se presentó en Poznan como un grupo consolidado y con una posición comprometida y equilibrada. Además, desarrolló durante las dos semanas de la cumbre un amplio programa de trabajo, que consistió en la organización de actividades para la formación y debate sindical sobre los temas centrales de las negociaciones y enla celebración de un número considerable de conferencias paralelas a las reuniones oficiales, donde se dieron a conocer las propuestas sindicales en relación al desafío climático.
Los resultados de la participación sindical fueron muy positivos. Los sindicatos fuimos los agentes más activos en el ámbito del diálogo social con la Secretaría de la Convención Marco de Naciones Unidas. Logramos el reconocimiento de la agenda sociolaboral en los plenarios, la inclusión de las contribuciones sindicales en los textos de negociación y funcionamos como grupo de presión ante los distintos gobiernos nacionales.
Las ONU reconoció a la Confederación Sindical Internacional como grupo oficial dentro de la Convención, con lo que se valora el importante trabajo llevado a cabo por el movimiento sindical en materia de cambio climático hasta el momento.
2009, un año para la agenda climática
Los modestos resultados de Poznan ejercen una notoria presión en la comunidad internacional durante el próximo año 2009. El calendario de trabajo es apretado con el objetivo de que los Estados (partes, en la terminología de las Naciones Unidas) dispongan de los textos de negociación formales en junio.
Los elementos esenciales que garantizarían un buen acuerdo en la 15ª Conferencia de las Partes en Copenhague son:
Durante este año los sindicatos de todo el mundo deberemos intensificar nuestros esfuerzos. Nos centraremos en las siguientes tareas:
Begoña María-Tomé
Área de Energía y Cambio Climático de ISTAS
bmtome@istas.ccoo.es