Tiempos de crisis, oportunidades de cambio

En momentos de crisis económica internacional global como la actual, que adopta características peculiares en cada país, existen dos graves peligros.

El primero es que los principales dirigentes económicos y políticos mundiales permanentemente reunidos en diversas "cumbres" siguen sin ofrecer soluciones efectivas. Ni gobiernos ni jueces están pidiendo responsabilidades a los especuladores y gobernantes que impulsaron durante décadas las burbujas petrolera, inmobiliaria y financiera, o sea el actual desastre. La reacción de la mayoría de las organizaciones patronales es buscar el "atajo" de los recortes salariales, la rebaja de los derechos sociales y laborales y el cese o reducción de la actividad con la consiguiente pérdida exponencial de puestos de trabajo. Su objetivo es imputar los costes de salida de la crisis sobre las espaldas de las clases trabajadoras sin que los patrimonios, las finanzas y las ganancias empresariales se vean mermados.

También puede aumentar la tentación entre los gobernantes y líderes de opinión de posponer la adopción de soluciones respecto a los problemas ambientales causados por el insostenible modelo energético, productivo, de transporte y de consumo vigente. De forma difusa se extiende la idea entre las elites de la OCDE, de "primero salgamos de la crisis económica, luego hablaremos del medio ambiente, de la lucha contra la pobreza y de lo que haga falta". De algunas declaraciones parece desprenderse que las medidas para la defensa de la calidad ambiental es cuestión de los momentos de expansión económica en los que "sobra" el dinero para propinas. En el caso español, la retórica va por un lado y el incumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero por otro.

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A un mal diagnóstico solo caben malas soluciones. El error de muchos analistas y políticos se basa en disociar la crisis económica "coyuntural" de la crisis estructural del propio modelo económico. Por eso esperan que "pase" la mala racha financiera y después ¡que siga la fiesta! Ello significaría una pérdida de tiempo suicida por no emprender el cambio de modelo económico, un deterioro mayor e inmediato de las condiciones de vida de millones de seres humanos en los países empobrecidos, una pérdida de calidad de la salud pública en todo el mundo y mayores niveles de precariedad, desempleo, inseguridad y deterioro de las condiciones de trabajo y de la salud laboral. Además, se cebaría una crisis económica y social de magnitud mucho mayor que la actual a causa del cambio climático.

Bien al contrario, para el sindicalismo, la defensa del incremento de los derechos sociales y laborales, del trabajo digno, de una exigente redistribución de la riqueza y de un nuevo modelo económico mundial, junto con la transformación en clave ambiental de la actividad económica son los vectores más consistentes para salir de la crisis de forma más rápida con un tejido productivo sostenible, moderno y saneado y unos servicios de alto valor añadido en el marco de una sociedad con mayores cotas de participación democrática de la ciudadanía.

Desde ISTAS -y por tanto desde Daphnia- asumimos la parte que nos incumbe del Plan de Acción aprobado por el 9º Congreso de CCOO, celebrado el pasado diciembre. En el ámbito medioambiental, en estrecha colaboración con la Confederación, federaciones y territorios, pretendemos realizar análisis y propuestas útiles para la acción sindical y concebir soluciones justas que minimicen los costos y maximicen los beneficios sociales en el proceso de transición entre el viejo y el nuevo modelo productivo. Nos proponemos establecer la relación entre la creación neta de puestos de trabajo de calidad, la salud ambiental y el impulso en I+D+i en las energías renovables, la implantación de sistemas de gestión ambiental, la minimización de los residuos, el impulso del ahorro y eficiencia energética en los procesos industriales y en la rehabilitación y construcción de edificios, el alumbramiento de una química verde, la organización racional del territorio, la movilidad sostenible y el apoyo a una agricultura saludable, viable y autosuficiente. Apoyaremos la voz de CCOO en los foros institucionales y científicos nacionales e internacionales en los que se gestan las políticas ambientales. Impulsaremos la nueva generación de derechos sindicales ambientales que asegure la influencia de las y los trabajadores en sus empresas y sectores y en los asuntos públicos.

La defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, lejos de lo que muchos agoreros interesados anunciaban, no ha impedido la viabilidad de las empresas, ni ha supuesto amenazas para el empleo y aún menos están en la base del derrumbe mundial de la especulativa, depredadora y desregulada economía de mercado. Al contrario, hoy las cuestiones ambientales forman parte de la solución. Son elementos básicos del cambio de paradigma económico hacia un modelo eficiente, socialmente justo, políticamente democrático y ambientalmente sostenible.

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