Juan Carlos García Palomares. CCOO de Madrid.
El estudio parte de la hipótesis central de que los cambios que se están generando en el modelo urbano están incidiendo en el modelo de movilidad metropolitana, de la misma forma que los cambios en el modelo de movilidad retroalimentan el modelo de urbanismo cada vez más disperso. Para desarrollar la investigación se ha centrado en la movilidad generada diariamente por motivos laborales como expresión perfecta que sintetiza aspectos sociales en cuanto a estilos de vida, división del trabajo en los hogares o actividades cotidianas, y aspectos territoriales como la organización funcional del espacio o la estructura urbana y metropolitana. La movilidad al trabajo se revela, entonces, como un excelente indicador de los procesos de cambio territorial y las nuevas realidades urbanísticas, funcionales y sociodemográficas que siguen emergiendo en una conurbación de primer orden como la de Madrid.
El análisis que García Palomares realiza tiene un enfoque eminentemente territorial y presenta una especial utilidad para la planificación conjunta del transporte y la ordenación del territorio, por cuanto permite caracterizar los municipios en función de sus necesidades de movilidad y conocer los parámetros que determinan las necesidades para poder actuar sobre las mismas. En función de la relación entre movilidad y territorio, la investigación permite conocer la evolución de las pautas de movilidad conforme a los cambios y dinámicas territoriales existentes, intentando dar respuesta a la planificación integrada de los sistemas de transporte y los usos del territorio como herramienta básica y largoplacista.
A partir de una caracterización territorial de la Comunidad de Madrid, el estudio analiza la movilidad de los trabajadores y las trabajadoras madrileñas sobre tres variables: lugares de trabajo, modos de desplazamiento y tiempos de viaje. Los datos sobre lugares de trabajo permitieron comparar la movilidad intramunicipal con la intermunicipal y los desplazamientos intermunicipales facilitaron medir la movilidad metropolitana y las claves que explicaran esa movilidad, a las que el estudio dedica su capítulo final. En él, se trata de encontrar las relaciones existentes entre la movilidad intermunicipal y las variables territoriales que explican el cambio de modelo metropolitano, intentando dar respuesta a la relaciones de esas variables con el empleo local, los destinos de los desplazamientos, con los modos de transporte utilizados y, finalmente, con los tiempos medios de los desplazamientos.
El estudio señala que las mayores diferencias en las pautas de movilidad pueden sintetizarse comparando los grandes municipios suburbanos de la primera corona y los municipios más dinámicos situados en la segunda y tercera coronas metropolitanas, con especial atención a los situados en los márgenes de los corredores tradicionales de transporte. La mayor complejidad del modelo de movilidad supone un reto añadido para la planificación, que debe hacer frente a nuevas necesidades cada vez más difíciles de responder. Son numerosas las líneas de investigación que se abren a partir de este trabajo, de enorme interés desde el punto de vista de la ordenación del territorio, en tanto en cuanto permite el estudio de las relaciones espaciales y su vinculación con la caracterización territorial. El abanico de posibilidades que surgen desde el campo de la planificación metropolitana amplía, por otro lado, la necesidad de seguir profundizando en esta línea.
Luis Cuena