Las informaciones científicas sobre el cambio climático son mucho más angustiosas de lo que ya aparece en las noticias cada día. El clima está cambiando, debido a la quema masiva de combustibles fósiles, y sólo podremos evitar un cambio climático desastroso si, mediante una acción concertada a nivel mundial, las emisiones de los gases de efecto invernadero empiezan a reducirse no más tarde de 2015.
España puede desempeñar un papel clave en la puesta en marcha de soluciones que sean aplicables en todo el mundo. Nuestro país tiene las mejores condiciones para ser un auténtico líder mundial en energías renovables. Pero, curiosamente, la política energética en España sigue teniendo otras prioridades y el imparable crecimiento de las renovables se enfrenta a continuos obstáculos que a menudo nacen de las propias administraciones públicas.
Para convencer a nuestros responsables políticos de que las renovables nos dan la solución que necesitamos, despejando miedos ancestrales sobre sus costes, su disponibilidad y la calidad de la energía producida, Greenpeace encargó al Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Pontificia de Comillas el informe Renovables 100%. Un sistema eléctrico renovable para la España peninsular y su viabilidad económica. El informe demuestra que sustituir completamente las energías sucias por renovables en España es viable técnica y económicamente, garantizando la seguridad del suministro. Para resolver el cambio climático no necesitamos caer en la energía nuclear, ni necesitamos gastarnos el dinero en buscar hipotéticas soluciones tecnológicas que nos permitan mantener la adicción a los combustibles fósiles. Lo que hace falta es asumir el reto de desarrollar a gran escala las únicas energías sostenibles de que disponemos: las renovables.
El informe demuestra que es viable plantearse un sistema de generación basado al 100% en energías renovables, tanto para cubrir la demanda eléctrica como la demanda de energía total, a unos costes totales perfectamente asumibles y muy favorables respecto a los que podemos esperar en 2050 si seguimos con el actual modelo de energías sucias. Y no hay una única respuesta, sino muchas formas posibles, con distintas combinaciones de sistemas de generación eléctrica basados completamente en fuentes renovables para satisfacer la demanda proyectada en 2050.
Para hacerlo realidad, Greenpeace pide al Gobierno español que establezca objetivos de obligatorio cumplimiento de planificación energética a medio y largo plazo, principalmente que la contribución de las energías renovables a la generación de electricidad alcance al menos un 50% en 2020 y un 100% en 2050. Estos objetivos deberían reflejarse ya en la planificación que el Gobierno está preparando para el horizonte 2030, así como en el próximo Plan de Energías Renovables para 2020.
Pero estos objetivos sólo se asumirán si la sociedad los exige. Aunque cada vez más personas trabajan en el sector renovable, es necesario articular sus fuerzas en el ámbito sindical, para que la voz de los trabajadores no se asocie con las viejas y caducas energías sucias, sino que defienda con firmeza la solución renovable, por ser la que más empleo genera y la mejor para nuestra salud y nuestro medio ambiente. Las organizaciones ecologistas y sindicales debemos trabajar de forma concertada para lograr esos objetivos.
José Luis García Ortega
Responsable de Proyectos de Energía Limpia de Greenpeace España