La energía eólica es una forma más de generación de electricidad, similar a la hidraúlica o a los ciclos combinados, como demuestran los 15.145 megavatios instalados a final de 2007, que la convirtieron en la tercera forma de generación en términos de potencia instalada, después de las anteriormente mencionadas.
Se prevé llegar a más de 20.000 MW en el año 2010 y en torno a los 40.000 MW en el año 2020, sin incluir los 4.000 MW de eólica marina. Megavatios necesarios para cumplir con el objetivo europeo del 20% de cobertura de la demanda final con energías renovables, lo que hace necesario un gran esfuerzo en investigación, desarrollo e innovación, que permita dar respuesta a los retos de integración en la red, mayor tamaño de los aerogeneradores y las más restrictivas condiciones ambientales y del medio marino.
Los objetivos y líneas prioritarias de investigación son la reducción del coste del kWh generado, que ha sufrido un ligero repunte en los últimos años debido al incremento de los costes de materiales y a la mayor complejidad por la integración en la red; el incremento de la confiabilidad de parques y máquinas –tanto en la mejora de equipos y componentes como en el desarrollo de nuevos métodos de explotación–; y la mejor integración en la red ante los cada vez más exigentes requisitos por parte de las compañías eléctricas y el operador del sistema, con el objetivo de garantizar la confiabilidad del sistema al menor coste posible.
Para coordinar las actividades de investigación y desarrollo tecnológico, el Ministerio de Ciencia e Innovación impulsó la creación de la Plataforma Tecnológica del Sector Eólico (REOLTEC), cuya secretaría técnica recae en la Asociación Empresarial Eólica, y que se organiza en diferentes grupos de trabajo: recurso eólico, aerogeneradores, aplicaciones, certificación, marinos, red, sociedad y medio ambiente. Posteriormente, se decidió crear el grupo de miniaerogeneradores, que hasta la fecha está a la espera de realizar la primera reunión.
Algunas de las prioridades concretadas por Reoltec han sido la investigación de nuevos materiales para aerogeneradores y torres; el desarrollo de nuevos sensores, tanto para evaluar las cargas en las turbinas como para la evaluación del recurso eólico; la utilización de la monitorización para los programas de mantenimiento preventivo y predictivo; o aquellos aspectos que puedan ayudar a la estabilidad del sistema, como la predicción de los huecos de tensión o el control de la misma son necesarios para conseguir los dos objetivos principales de competitividad y seguridad.
Otras líneas de investigación están ligadas a las características de nuestro país, como son la orografía compleja, diversidad de recurso y fondos marinos muy profundos, incluso en las proximidades de la costa. El mejor conocimiento del recurso eólico por encima de los 100 metros o el desarrollo de nuevas cimentaciones para aguas profundas que hagan más factible la instalación de parques marinos en España ayudarían a un mayor desarrollo de la energía eólica en nuestro país.
El crecimiento del mercado mundial de aerogeneradores va a ser muy importante en los próximos años y el reto fundamental es mantener la posición de liderazgo de la industria europea en general y de la española en particular, lo que pasa por crear productos de valor añadido tecnológico. Esto supone un mayor peso de todo lo que es la investigación y el desarrollo tecnológico. En este sentido, la creación de un Ministerio de Ciencia e Innovación y la posible creación de una agencia de innovación, que parece que pudiera ser el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), son iniciativas encomiables para el uso óptimo y coordinado de los, a veces, dispersos fondos públicos.
Alberto Ceña
Director técnico Asociación Empresarial Eólica