Cambio climático, las políticas de transición y el papel de los trabajadores

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) forma parte de la Iniciativa Empleos Verdes, junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Organización Internacional de Empleadores (OIE).

Como primer resultado de esta iniciativa se ha publicado recientemente el informe Empleos verdes: Hacia el trabajo decente en un mundo sostenible y con bajas emisiones en carbono. El informe trata de dar respuestas a ciertas cuestiones apremiantes relacionadas con el empleo, como el número actual de empleos verdes, los principales sectores donde se encuentran, así como qué políticas y medidas serán necesarias para superar los obstáculos y lograr una economía sostenible y baja en carbono.

Relación entre cambio climático y desafío social

Empleos verdes son aquellos que reducen el impacto ambiental de las empresas y los sectores económicos hasta alcanzar niveles sostenibles. Estos empleos se encuentran en muchos sectores de la economía, desde el suministro de energía hasta el reciclado y desde la agricultura hasta la construcción y el transporte. Ayudan a reducir el consumo de energía, materias primas y agua.

Los empleos verdes se han convertido en una especie de emblema de una economía y sociedad más sostenible, capaz de conservar el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras, más equitativa y abierta a todos.

Permiten concebir la esperanza de que la humanidad pueda hacer frente a dos de los desafíos determinantes del siglo XXI:

✔ Degradación ambiental, incluyendo no solo el cambio climático, sino también la contaminación del agua, la tierra, el aire, la pérdida irreversible de biodiversidad, el deterioro y agotamiento de recursos naturales como agua o tierra agrícola fértil, lo que supone una grave amenaza para el desarrollo económico y sostenible. El coste ambiental y sanitario supera con creces los beneficios de la actividad económica que provoca el daño.

✔ El desafío social es igualmente amenazador: nada menos que 1.300 millones de personas, más del 40% de la mano de obra mundial, están condenadas a una existencia de pobreza e inseguridad por sus bajos ingresos y por formar parte de la llamada economía informal.

El cambio climático propiamente dicho, la adaptación al mismo y los esfuerzos para detenerlo reduciendo emisiones tiene repercusiones de gran alcance en el desarrollo económico y social, en las pautas de producción y consumo, y por consiguiente en el empleo, los ingresos y la reducción de la pobreza. Estos impactos implican al mismo tiempo grandes riesgos y oportunidades para los trabajadores de todos los países, pero en particular para los más vulnerables.

Teniendo en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de recursos naturales como materia prima, así como por su contribución a la economía y fuentes de empleo e ingresos, los sectores en los que existe un mayor potencial de creación de empleo verde son:

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✔ Suministro de energía, especialmente las energías renovables. En los últimos años se han creado más de 2,3 millones de empleos verdes, incluso cuando éstos aportan únicamente el 2% de la energía de todo el mundo.

✔ Eficiencia energética, en particular en edificios y construcción. Los edificios son responsables del 30- 40% de todo el uso de la energía. De hecho, utilizando la tecnología actual podría ahorrarse al menos un 80% de la energía utilizada en la construcción tradicional.

✔ Transporte. El colectivo –especialmente por ferrocarril, así como los sistemas de transporte público– ofrece un nivel más bajo de emisiones y más empleos verdes.

✔ Industrias básicas y reciclado. Una de las mejores opciones para reducir el impacto de industrias relacionadas con la producción de acero, aluminio o papel es el reciclado. No obstante, muchos de los empleos actuales en el sector del reciclado no pueden considerarse verdes ni decentes por provocar contaminación y peligros para la salud de los trabajadores.

✔ Agricultura. La agricultura es extremadamente vulnerable al cambio climático y al mismo tiempo contribuye a él en forma notable, aunque existe considerable potencial de reducción de este impacto, como demuestran las prácticas sostenibles en las ex- plotaciones familiares productivas, la producción ecológica y la adaptación eficaz al cambio climático.

No solo existen ya millones de empleos verdes, sino que el potencial en el futuro es enorme. Pero para que este potencial se haga realidad es necesario poner en marcha una serie de medidas que sirvan para promover el cambio hacia una economía más sostenible e introducir una perspectiva medioambiental y sostenible en la economía en general. Esto provocará el cambio en las tareas de muchos trabajos actuales, desde los responsables de instalaciones y logística hasta trabajadores de la construcción o directores de oficinas financieras tendrán que incluir la variable medioambiental dentro de sus trabajos diarios. Además, hay que tener en cuenta la calidad de estos empleos, ya que no siempre los empleos verdes cumplen los principios del trabajo decente y, por lo tanto, se debe trabajar también en este sentido.

Relación entre cambio climático y desafío social

Para conseguir que el crecimiento económico y el desarrollo sean compatibles con la estabilización del clima y con una huella ambiental que sea sostenible deberá registrarse en todo el mundo una transición drástica hacia un desarrollo limpio y hacia economías verdes con baja emisión de carbono. Hasta el momento, se ha hablado relativamente poco sobre la dimensión social del desarrollo sostenible, en particular sobre las repercusiones en el empleo y en el trabajo decente.

Los estudios disponibles sobre los cambios en la dinámica del mercado de trabajo hacia una producción y consumo más sostenible muestran que en conjunto habrá más empleos en las economías verdes. No obstante, no todos serán beneficiados. De hecho, se darán grandes cambios en diferentes sectores. Lo que significará que mientras que algunos sectores y regiones consiguen beneficios significativos, otros sufrirán perdidas notables.

Se necesita, pues, una transición justas para los afectados en el cambio a una economía verde, pero también para quienes tienen que adaptarse a los efectos del cambio climático.

Diversas acciones protagonizadas por los diferentes actores sociales deben ponerse en marcha para establecer estos mecanismos de transición:

✔ Las empresas en su trabajo hacia la sostenibilidad y aceptando la responsabilidad compartida de esas transiciones equitativas.

✔ La asistencia gubernamental a los trabajadores y a las empresas es un complemento necesario en la mayoría de los casos. Los trabajadores y las comunidades afectadas necesitan protección social adecuada, además de acceso a nuevas oportunidades.

✔ El diálogo social –gobiernos, patronal y trabajadores y sus representantes– es una herramienta imprescindible para tomar decisiones informadas a todos los niveles, contar con la opinión de todos los afectados, aminorar las tensiones e identificar riesgos y oportunidades que aparecen en el proceso de transición.

✔ La investigación en este sentido, sobre los riesgos y oportunidades en la transición a una economía verde, es prioritaria.

✔ El trabajo conjunto de empresarios y trabajadores y sus representantes en la puesta en marcha de lugares de trabajo verdes es parte indispensable.

Peter Poschen
Departamento de Integración de Políticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) 

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