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El comercio de especies protegidas atenta contra la biodiversidad.

Según el Fondo Mundial para la Conservación de la Vida Salvaje (WWF/Adena), el comercio ilegal de especies amenazadas factura unos 20.000 millones de euros al año, el tercero en volumen tras el tráfico de drogas y el de armas. Esta situación y la continua y desordenada actuación sobre los ecosistemas pone en serio peligro de extinción a numerosas especies de flora y fauna, así como la conservación de la biodiversidad actual.

La cooperación al desarrollo, la sensibilización y la trazabilidad de ejemplares, actuaciones imprescindibles para erradicar el tráfico ilegal de especies

Podríamos remontarnos a tiempos pretéritos siguiendo la evolución de esta actividad comercial, pero es en el siglo pasado cuando surge de manera masiva el coleccionismo doméstico y todo ciudadano tiene a su alcance cualquier especie procedente del más remoto lugar del planeta. Durante la década de los años sesenta, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos Naturales (UICN), entre otras organizaciones, mostraron su preocupación ante el agravamiento del nivel de supervivencia de numerosas especies debido a su comercio. Como respuesta a dicho problema nace la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES 1), con el objetivo de ordenar y regular la demanda de especies de animales y vegetales silvestres vivos, sus restos y productos derivados, bajo el principio de corresponsabilidad entre los países productores y los países consumidores.

Por su parte, el Consejo de la Unión Europea ha adoptado un reglamento2 para la protección de especies de fauna y flora silvestres mediante el control de su comercio. Los instrumentos legales citados han constituido un sistema muy valioso en la protección de las especies en peligro. Aún así a la lista de especies silvestres cuyo comercio está prohibido, por considerarse en peligro de extinción, sigue aumentando.

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¿Qué actuaciones se pueden proponer para contribuir a corregir dicha situación?. La respuesta no es fácil y afecta a múltiples y complejas variables, no obstante podrían considerarse las siguientes propuestas:

  1. Establecimiento de programas de desarrollo alternativos al comercio de especies silvestres en los lugares de origen.
  2. El desarrollo de programas educativos dirigidos a los consumidores, inculcando la tenencia responsable. Resulta determinante el compromiso, en este sentido, de los medios de comunicación.
  3. Implantación de un eficiente sistema de trazabilidad de los ejemplares, homogeneizando la intensidad del control en el ámbito de la Unión Europea.

La actuación coordinada de los poderes públicos en todos sus ámbitos, desde el europeo hasta el local, resulta insustituible para racionalizar este fenómeno y evitar los potenciales efectos negativos que sobre la conservación de la biodiversidad puede ocasionar la liberalización total de dicho comercio.

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Webs de interés:

www.cites.org Página de la Convención.
www.traffic.org Página de la Red Internacional para el Seguimiento del Tráfico de Especies, en inglés.
www.iucn.org Página de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
www.panda.org Página del Fondo Mundial para la Vida Salvaje (WWF/ADENA)

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J. Alberto Blanco del Campo
Agente forestal de la Comunidad de Madrid
Jose.blanco@madrid.org

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