Manfred Linz, Jorge Riechmann (coord..), y Joaquim Sempere. Icaria Editorial/Centro de Investigación para la Paz (CIP/FUHEM)
¿Es posible una vida buena, una vida que me-rezca la pena disfrutarse, reduciendo al mismo tiempo el consumo de bienes y servicios y nuestra utilización de energía y materiales? ¿Cómo se puede hacer compatible esta aspiración por el “menos” en una sociedad que se afana por premiar la mayor producción y consumo y, además, cuanto “más deprisa y más lejos” sea éste, mejor? ¿Podría subsistir un sistema económico en los países ricos orientado hacia la reducción de la producción en vez de hacia el crecimiento material de bienes y servicios? ¿Qué consecuencias tendría este cambio de estrategia? Y, sobre todo, ¿cómo podríamos avanzar hacia ese escenario?
Estas y otras cuestiones similares son planteadas con lucidez y rigor en los capítulos que forman parte de este breve y jugoso libro. Lo componen dos textos de Man-fred Linz, uno de Jorge Riechmann y otro de Joaquim Sempere, esto es, de tres investigadores que, a lo largo de los años, han aportado buen juicio y sólidas argumentaciones sobre estos desafíos. Argumentos todos que, en general arrancan, más o menos explícitamente, de la si-guiente tesis: la (in)sostenibilidad nos obliga a pensar las relaciones economía-naturaleza como una cuestión de escala o tamaño del sistema económico dentro de la biosfera. Un tamaño que empieza a ser tan grande que ya hemos desbordado los límites rompiendo varias de las costuras, tal y como se encarga de recordarnos el deterioro ecológico y social reinante. Pero, por ello mismo, para vivir dentro de nuestros límites, surge de manera natural el nexo de unión entre suficiencia y sostenibilidad, entendida la primera como un menor consumo de recursos naturales motivado, a su vez, por una demanda inferior de bienes y servicios materiales.
No es fácil plantear socialmente y de manera abierta la cuestión de la reducción en el consumo de bienes y servicios. ¿Cómo conseguirlo? El libro recoge algunas propuestas. Los autores nos recuerdan que, en todo caso, el cambio hacia otra sociedad más austera y suficiente nos va a obligar a hacer muchas cosas de otra manera, y para ello habrá que estar preparados. Pero no nos obsesionemos, también debemos practicar las virtudes del no hacer: “mejorar la calidad de vida —recuerda Riechmann—, avanzar hacia la sostenibilidad requerirá no solamente hacer (cosas, obras, grandes proezas tecnológicas, etc.), sino también no hacer, dejar de hacer”. Todo un reto.
Óscar Carpintero