Adiós al tricloroetileno

Entre otros usos, el tricloroetileno se utiliza en los laboratorios de control de calidad del asfalto para determinar la cantidad de betún en mezclas bituminosas. Se trata de una sustancia muy peligrosa para la salud y el medio ambiente, por lo que es importante que no se sobrepasen los niveles de exposición, tal y como ocurría en un pequeño laboratorio de Valladolid. Pero es posible eliminar el uso del tricloroetileno si se cambia el proceso productivo.

La mejora tecnológica en este laboratorio y en otros nueve de Castilla y León ha sido posible gracias al esfuerzo del delegado de prevención del primero y a la acción sindical de CCOO, con el asesoramiento técnico del ISTAS.

El problema surgió a raíz de las quejas de los trabajadores que utilizaban tricloroetileno en el citado laboratorio de Valladolid, debido al fuerte olor de este disolvente que, según ellos, "apestaba en toda la nave".

El servicio de prevención confirmó que los índices de exposición al tricloroetileno superaban los valores límite. Además, la analítica realizada a los trabajadores del laboratorio mostraba restos de derivados del tricloroetileno.

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El delegado de prevención de la empresa logró constituir un comité de seguridad y salud en la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León para debatir el grave riesgo existente por la exposición al tricloroetileno y su eliminación del laboratorio.

En el comité intercentros, los responsables de la Consejería argumentaron que el que el método del tricloroetileno era el único válido para realizar ese tipo de ensayos, esto es, la cantidad de betún que existe en una mezcla asfáltica. Pero los representantes de CCOO, con la ayuda de la asesoría técnica del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS), defendieron que existía otro método de análisis, suficientemente fiable, ya que es el utilizado en los laboratorios del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. Consiste en la utilización de un horno de incineración (según la norma NLT 384 del año 2000).

Alternativa viable

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El horno mufla quema la mezcla asfáltica a 500-600 ºC, temperatura a la que se evapora el betún. De esta forma, es posible calcular el porcentaje del mismo en la mezcla por la diferencia de peso. Se evita así la emisión de gases orgánicos volátiles de la combustión con un filtro de carbón activo, que es un sistema sencillo y reutilizable.

El éxito de la alternativa propuesta hizo que la Junta de Castilla y León se comprometiera a comprar un horno para cada provincia.

Actualmente el problema con el tricloroetileno se ha solucionado. Los hornos de incineración ya están en marcha y se han logrado una serie de mejoras, ya que al sustituir el proceso de análisis se ha evitado el uso de disolventes. Se elude así la exposición de los trabajadores a esta sustancia y, por tanto, todas las medidas de protección y vigilancia de la salud laboral y del medio ambiente que conllevan:

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  • Reducción del tiempo de ensayo de una hora a 25 minutos.
  • Eliminación de costes de gestión de residuos.
  • Supresión de necesidad de mascarillas y guantes.
  • Mejora de la seguridad y salud de los trabajadores.
  • Cumplimiento de la normativa.4 Reducción de costes ligados a riesgos.
  • Mejora de la imagen de la empresa y relaciones laborales.

Tatiana Santos Otero. ISTAS

tsantos@istas.ccoo.es

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