El jueves 16 de febrero se celebró el primer aniversario de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, un importante logro a nivel internacional ratificado por más de 140 países que han asumido, entre otros, el compromiso de reducir la emisión a la atmósfera de los principales gases de efecto invernadero causantes del cambio climático y del calentamiento global que tantos desastres ecológicos, económicos y humanos sabemos hoy en día que están produciendo.
La entrada en vigor del Protocolo de Kioto fue difícil, incluso en algún momento se llegó a dudar de su puesta en marcha, debido, principalmente, a que dos de los países más relevantes –Rusia y EEUU– no acababan de plasmar su firma.
La ratificación por parte de Rusia hizo posible la entrada en vigor, no así EEUU que a fecha de hoy sigue sin asumir estos compromisos, siendo además como es el principal emisor de gases de efecto invernadero, ya que con menos del 5% de la población mundial produce más del 25% de gases, un porcentaje que continúa creciendo.
Muchos han sido los argumentos, estrategias y actuaciones políticas que en diversos foros internacionales se han utilizado por parte de los países más comprometidos para que EEUU entrara a formar parte de la lucha contra el cambio climático, pero hasta ahora la Administración Bush se ha mostrado negativa a cualquier avance y mejora de sus políticas ambientales, rechazando de manera sistemática su entrada en el ilusionante proyecto que constituye Kioto.
Pero, afortunadamente, en EEUU no todas las Autoridades muestran la misma oposición persistente del Sr. Bush. Estados como el de California, y multitud de ciudades en todo el país como Seattle están desarrollando acciones y políticas a favor de la protección del clima.
Precisamente, Seattle, con el alcalde Nickels a la cabeza, está liderando el trabajo de las ciudades y su lucha contra el cambio climático, realizando actuaciones ejemplarizantes como la mejora de la calidad del aire, la reducción de las emisiones, la promoción del transporte público, la consecución de comunidades más saludables, promoviendo así un mejor medio ambiente para las generaciones futuras.
Nickels participó en la Cumbre de Líderes Municipales de Cambio Climático que se celebró en Montreal del 5 al 7 de diciembre, en el marco de la Conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático y primera de las partes (Cop 11 y Mop 1). Seattle se está constituyendo en una ciudad clave en la adopción de políticas de lucha contra el cambio climático, no sólo por las actuaciones allí realizadas, sino también por el impulso, la coordinación con otras ciudades norteamericanas a través del Acuerdo de Alcaldes para la Protección del Clima. Bajo el lema “una llamada a la acción”, estas ciudades desarrollan actuaciones para la mejora de la calidad del aire, la salud y el medio ambiente y entre sus compromisos se encuentran además de la protección del clima, políticas de reforestación, protección de las áreas verdes urbanas, el uso de biocombustibles así como la adopción de políticas energéticas basadas en el ahorro y la eficiencia.
Esta red impulsada por Seattle cuenta a fecha de 16 de febrero de 2006 con 204 ciudades adheridas, entre las que se encuentran algunas tan relevantes como San Francisco, Salt Lake City o Minneapolis. El trabajo de estas ciudades norteamericanas está en consonancia con el trabajo que las ciudades europeas venimos desarrollando en el seno de la Unión.
Europa ha sido uno de los pilares fundamentales y decisivos en el marco internacional para el funcionamiento del protocolo. Hay que destacar el importante número de ciudades que trabajan en red. Es el caso de la Red de Ciudades y Pueblos por la Sostenibilidad, con más de 800 integrantes que realizan acciones comunes y asumen importantes compromisos, como los que se recogen en la Declaración de Aalborg celebrada en junio de 2005 en la que las ciudades allí presentes ratificamos la adopción de políticas de sostenibilidad en nuestros municipios, contemplando también en primera instancia las políticas de lucha contra el cambio climático.
España, al ratificar el protocolo, ha asumido un importante compromiso y tiene delante una gran oportunidad para mejorar nuestra calidad de vida y promover el mejor desarrollo de las generaciones futuras.
El reto es muy importante y, por ello, todos y cada uno de nosotros, en el ámbito de nuestra responsabilidad -Administración, sindicatos, movimientos sociales, ecologistas, económicos- debemos llevar a cabo todas aquellas medidas que contribuyan a la reducción de los gases de efecto invernadero. En esta área las ciudades tenemos mucho que aportar, ya que contribuimos en dichas emisiones. Por iniciativa del Ministerio de Medio Ambiente y en colaboración con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) se ha puesto en marcha la Red española de Ciudades por el Clima, cuyo objetivo es disminuir la producción de gases de efecto invernadero. Esta red, que se puso en marcha el 1 de junio del pasado año, cuenta ya con más de 116 ciudades españolas que representan a más de 15 millones de habitantes, y que, entre otras, se comprometen a adoptar las siguientes medidas: elaboración de ordenanzas de energía solar, políticas de movilidad sostenible, fomento de las nuevas energías alternativas, campañas de sensibilización y concienciación sobre consumo responsable y medidas tendentes al ahorro y la eficiencia energética.
Somos ya muchos los ciudadanos comprometidos e ilustrados con un proyecto global de un nuevo mundo más sostenible que trabajamos con el lema establecido en la primera Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992, y que hoy más que nunca sigue estando plenamente vigente: pensar globalmente y actuar localmente. La Declaración de la UNESCO sobre la protección de las generaciones venideras establece: "Debemos tener claro que los derechos de las generaciones futuras son hoy nuestros deberes y que nada de lo que hagamos hoy nos puede resultar ajeno, porque de ello depende el futuro de los que vengan detrás”. Yo creo que ese debe ser el ideal que cada día nos guíe a todos nosotros en estos albores del siglo XXI.
Alejandra Escudero Félix
Concejala de Medio Ambiente. Ayuntamiento de Getafe.