La biodiversidad, en peligro

España es uno de los países que más biodiversidad aporta a la Unión Europea, pero también es uno lugares donde las especies, los hábitats y los ecosistemas están más amenazados. De hecho, le región mediterránea es uno de los 25 “hotspots” (puntos calientes) de la biodiversidad que existen en el mundo. Cuatro expertos nos desvelan cuáles son las principales amenazas a la biodiversidad en España y también sus posibles soluciones.

JOSÉ LUIZ HERRANZ
Director general para el Territorio y la Biodiversidad

1. Principales amenazas

Las principales amenazas para la diversidad biológica a nivel mundial identificadas por varios organismos internacionales –como el Convenio sobre Diversidad Biológica– son: la pérdida de hábitats (por destrucción y fragmentación), la introducción de especies exóticas invasoras, la sobreexplotación de los recursos, la contaminación, y, como factor emergente, y que de alguna manera agrava todos los anteriores, las consecuencias del cambio climático. Estos factores a nivel mundial son, lógicamente, también las principales amenazas a la biodiversidad en España. Además, en nuestro país son importantes los fenómenos de desertificación y degradación del suelo, los incendios forestales y, respecto a la fauna, los procesos de envenenamiento. El cambio climático agravará muchas de estas cuestiones en el ámbito mediterráneo.

En el medio marino, la alteración y contaminación de determinadas zonas costeras, claves en el ciclo de vida de muchas especies es muy importante. Por otro lado, la pesca, especialmente determinadas artes, tienen un impacto considerable en las poblaciones de muchas especies, no sólo de interés pesquero (muchas de las cuales están en situación de sobreexplotación) sino también de otros grupos, a través de la pesca accidental y la degradación de fondos marinos.

2. Posibles soluciones

Es necesario desarrollar las herramientas adecuadas que permitan valorar la biodiversidad (en términos monetarios u otros) y poder incorporarla a la toma de decisiones y la contabilidad general. Muchos de estos métodos han experimentado un claro auge en los últimos años, especialmente a través de la llamada Economía Ambiental. No obstante, es necesario que su uso se generalice y, especialmente, que el público sea consciente del valor (económico y de otros tipos) de la biodiversidad.

Dentro de todo este contexto, los dos pilares para fomentar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica han de ser:

  • Una adecuada divulgación e información de la importancia y el valor (económico y de otro tipo) de la biodiversidad, tanto para el público en general como para los sectores productivos que puedan tener un efecto negativo sobre la misma. En todo momento debe buscarse la participación y la implicación activa de la sociedad civil y, particularmente, del sector privado.
  • Desarrollo de planes sectoriales que integren la biodiversidad en las distintas políticas sectoriales que pueden tener un efecto negativo sobre la misma. En este sentido, se debe involucrar a los distintos sectores productivos en la redacción y aplicación de dichos planes.

Es conveniente analizar el conjunto de instrumentos existentes, a nivel internacional y nacional, para poder definir mejor las medidas o soluciones más inmediatas que deben plantearse.

¿POR QUÉ PROTEGER LA BIODIVERSIDAD?

La biodiversidad tiene un valor cultural y económico incuestionable. Se estima que aproximadamente un 40 por ciento de la economía global se basa en productos y procesos biológicos. Los recursos naturales generan bienes y servicios de muy variada índole, que incluyen aspectos tales como nuevos medicamentos, productos alimenticios y nuevos materiales, además de la creciente importancia de las áreas naturales como focos de atracción turística y de formación medioambiental.A modo de ejemplo, se calcula que el mercado total de productos derivados de recursos biológicos se cifra entre 500 y 800 millones de dólares al año.

Como productora de servicios, la biodiversidad es el pilar sobre el que descansan los procesos naturales básicos en los ecosistemas, esenciales para el mantenimiento de la vida en la tierra: reciclado de carbono y otros nutrientes, purificación del agua y el aire, polinización y dispersión de semillas, formación de suelos y control de la erosión, etc.

Por todo ello, a la larga, la pérdida de la diversidad biológica amenaza nuestros suministros alimentarios y otros recursos (fuentes de energía, medicamentos…), puede tener graves repercusiones socioeconómicas y menoscaba la integridad y estabilidad del medio en el que vivimos.  

Jose Luis Herranz

 

ANTONIO GÓMEZ SAL
Catedrático de Ecología de la Universidad de Alcalá de Henares

1. Principales amenazas

  • Deterioro, fragmentación o destrucción de hábitats. Tanto por abandono de usos tradicionales como la ganadería extensiva bien planificada, las rotaciones de cultivos o los barbechos fértiles, como por la presión que ejerce el crecimiento industrial, urbano y los ejes de comunicaciones. Especialmente grave es el deterioro de las zonas costeras por urbanizaciones y el de las zonas húmedas, incluyendo los ríos y riberas.
  • La ausencia de esquemas generales de planificación conservacionista. Conectividad, planificación con niveles distintos de protección, redes territoriales y de gestión. La coordinación entre comunidades autónomas vecinas es casi inexistente y la asimetría en cuanto a niveles de protección que llega a producirse es alarmante e injustificada. También la coordinación entre municipios vecinos, colindantes, suele ser inexistente, lo que dificulta mucho la conservación a esta escala de espacios relevantes.
  • El uso de cebos envenenados en fincas cinegéticas sigue afectando a las especies protegidas, indicadores de una grave situación de incumplimiento de leyes. En el periodo 1996-2001, 2.758 ejemplares de especie protegidas fueron envenenados
  • Para algunas especies la competencia con especies invasoras causa perjuicios importantes.
  • La degradación de hábitats en las áreas de invernada, inducido por la sobreexplotación de los ecosistemas y tal vez por el cambio climático, es causa de disminución para especies migratorias procedentes de África.

2. Posibles soluciones

Pasan por la planificación y la legislación temática y sectorial. Es preciso avanzar hacia un esquema general de conservación que contemple en su totalidad el territorio español, y se adapte a las nuevos requerimientos europeos ( Red Natura 2000, Carta Europea del Paisaje, ...). Nuestro país debe ser más consciente de la importancia del legado patrimonial que representa la biodiversidad ( la natural y la inducida por los usos humanos) y planificar su desarrollo teniendo como meta aumentar el prestigio en la gestión de esta riqueza. Para ello hay que tener en cuenta la complejidad natural y cultural del territorio ibérico.

El cuidado de la biodiversidad (ecosistemas, paisajes) es un motor para el desarrollo sostenible. Los espacios protegidos ofrecen oportunidad de un desarrollo alternativo de calidad (productos, imagen, etc.…).

Algunos países como Costa Rica han incorporado este objetivo como rasgo diferencial de su modelo de crecimiento. Aunque situado en un contexto socioeconómico muy diferirte, España debe aspirar a convertirse en un país avanzado y reconocido en esta materia, no sólo por la magnitud e importancia de la herencia natural recibida, sino por su gestión ejemplar.

 

MIGUEL ÁNGEL VALLADARES
ADENA-WWF

1. Principales amenazas

Son muchas las causas que están provocando una drástica reducción de la diversidad biológica, aunque el crecimiento demográfico y la creciente presión de las actividades humanas sobre el medio natural son el principal origen de una reducción de poblaciones silvestres sin precedentes.

La fragmentación o destrucción de hábitats y muy especialmente de ecosistemas forestales es la principal causa de pérdida de biodiversidad. Después de la pérdida de hábitats, la contaminación es la mayor amenaza directa para las especies silvestres, además de incidir negativamente en los ciclos biogeoquímicos y en nuestro propio clima. Residuos agrícolas, industriales y domésticos, y lluvia ácida amenazan ecosistemas terrestres y acuáticos, mientras que el cambio climático, la nueva gran amenaza global, podría tener consecuencias imprevisibles sobre la biodiversidad.

2. Posibles soluciones

  1. Conservar los bosques actuales: identificando los bosques españoles más importantes y amenazados; logrando la protección efectiva de, al menos, el 10% de cada tipo de bosque en nuestro país (hayedos, alcornocales, robledales...); aplicando medidas específicas para cada tipo de bosque y trabajando para aplicar de forma efectiva la Directiva de Hábitats en España.
  2. Recuperar los bosques degradados: determinando los bosques degradados más importantes para su posterior recuperación; cultivando y reforestando con especies autóctonas y amenazadas para recuperar al menos un 10% de cada tipo de bosque degradado. 
  3. Promover la gestión sostenible de los bosques.
    •Consiguiendo que al menos un 10% de la madera comercializada en España sea procedente de explotaciones sostenibles (etiqueta FSC): aplicando medidas de conservación concretas para una gestión forestal sostenible. 
  4. Conservar las especies y hábitats marinos; trabajando para que aumenten, en número y superficie, las áreas marinas y costeras protegidas; exigiendo la aplicación de planes concretos de conservación y recuperación de especies amenazadas como las tortugas marinas, cetáceos, corales...; enunciando aquellas agresiones que atenten contra la supervivencia de dichas especies: turismo agresivo y contaminante, redes de arrastre... 
  5. Promover la pesca sostenible: realizando un estrecho seguimiento del impacto de la flota de altura española, para mejorar nuestra política pesquera internacional; apoyando y fomentando la pesca artesanal en España; evitando la pesca y comercialización de peces inmaduros (“pezqueñines”). 
  6. Frenar la contaminación marina: identificando y corrigiendo las principales fuentes de vertidos contaminantes: pesticidas agrícolas, vertidos industriales, disruptores hormonales, etc.; luchando para lograr la aplicación de la legislación nacional y comunitaria sobre contaminación terrestre y marina; y velando por el cumplimiento de los acuerdos internacionales para la conservación de mares y océanos (OSPAR, Convenio de Barcelona...). 
  7. Promover el uso racional del agua: cambiando la cultura del uso del agua en las grandes ciudades a través de medidas de ahorro efectivo; modernizando los sistemas de regadío y promoviendo el cambio de usos para garantizar una gestión sostenible del agua en la agricultura; garantizando el caudal ecológico necesario para el funcionamiento natural de nuestros ríos y zonas húmedas. 
  8. Conservar las especies y hábitats más importantes: identificando los mejores tramos de río y zonas húmedas permanentes o temporales; para promover su conservación; desarrollando acciones de conservación de la fauna y flora más amenazada de las aguas continentales: cangrejo de río autóctono, jaramugo, fartet, nutria, desmán de los pirineos, focha moruna, cerceta pardilla...; luchando contra la contaminación de aguas continentales y vigilando el cumplimiento de la legislación vigente en la Unión Europea. 
  9. Restauración de hábitats: promoviendo y realizando proyectos piloto de mejora y restauración de hábitats dulceacuícolas de especial interés.

 

XISCO LILLO
Responsable de Medio Ambiente de CCOO de las Islas Baleares

1. Principales amenazas

Sin ninguna duda, el mayor peligro y la amenaza latente para la biodiversidad en todas sus manifestaciones es la destrucción de los hábitats. La destrucción de estos hábitats se da con mayor intensidad en unas regiones que en otras (el urbanismo salvaje en el litoral, las infraestructuras de alta velocidad en todo el territorio peninsular, los incendios forestales, la contaminación de suelos y acuíferos, etc.), pero creo que, desgraciadamente, los ejemplos de degradación medioambiental son bastante generalizados e irreversibles en muchos casos.

2. Posibles soluciones

Aplicación real y efectiva de la Red Natura 2000, con las ZEC y ZEPAS cumpliendo un papel de garantía de preservación de los hábitats.

La Administración debería vigilar y evitar la destrucción de hábitats, aunque el escepticismo se impone si tenemos en cuenta que en muchas –demasiadas- ocasiones la propia Administración es la principal responsable de la depredación de territorio y de la destrucción medioambiental. Por ello, es necesario que los proyectos de grandes infraestructuras se sometan a estudios de impacto ambiental rigurosos y veraces.

En este sentido, la ordenación territorial debería pasar a ser la piedra angular sobre la que se asiente el conjunto de actuaciones políticas que tienen su manifestación en los planeamientos urbanísticos y en proyectos e infraestructuras que dibujan y modifican constantemente el territorio.

Asimismo, se debería dotar de medios las plantillas de colectivos de profesionales (biólogos, agentes de medio ambiente, técnicos en biodiversidad, etc.) para una gestión eficiente y poco intervencionista y para la vigilancia de la salud de los hábitats y espacios vitales de las distintas especies.

Sin embargo, la conservación y preservación de espacios privilegiados o singulares no debería ser el objetivo final, puesto que todo el medio natural y el entorno en que vivimos, el planeta en su conjunto, debe considerarse también desde parámetros de salud ambiental y sostenibilidad para las generaciones futuras, ya que muchas de las actividades humanas que generan graves problemas ambientales (PCB, destrucción de la capa de ozono, efecto invernadero), trascienden el ámbito local y ponen en peligro especies y espacios remotos y teóricamente “a salvo”.

ALGUNAS CIFRAS
  • HABITATS. No sólo se ha perdido el carácter natural de los hábitats que ocupan la mayor parte del territorio, sino que lo que se conservan en estado natural se encuentran a menudo en un estado insatisfactorio. Del total de la superficie del territorio nacional, el 5% está sometido a una erosión extrema (más de 100 Tm Ha/año de pérdida de suelo) y un 6% presenta una erosión alta (50-100 Tm Ha/año). La situación de conservación del medio marino es, en general, menos crítica que la del terrestre si bien se está deteriorando con rapidez. La contaminación química, la alteración física y la eutrofización de los hábitats tienen un claro impacto, aunque a menudo local y limitado. Según el proyecto Corine Land Cover, en el año 2000, y ciñéndose al primer kilómetro de costa, un 13,1% de la costa española está totalmente urbanizada. Este porcentaje aumenta hasta el 34% en el litoral mediterráneo, con cifras en rápido crecimiento.

  • ESPECIES. Un 4,8% de la flora está en peligro de extinción. Respecto a la fauna y, concretamente, los vertebrados, un 28% de las especies o subespecies españolas están dentro de las categorías en peligro crítico, en peligro y vulnerable.

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