La necesidad de prevenir y controlar los cancerígenos y mutágenos laborales es evidente.
Surge, en primer lugar, de los elevados datos de exposición disponibles; en segundo lugar, del importante daño para la salud que se produce y, en tercer lugar, de la propia definición de un cancerígeno definido como profesional, ligado pues al trabajo y por lo tanto evitable. Desde la Secretaría de Salud Laboral de Madrid se planteó la necesidad de intervenir directamente en las empresas a través de la realización de una campaña de prevención y control de los cancerígenos laborales que se inició en enero de 2002 y que concluyó en el año 2003. El estudio tenía dos objetivos generales muy claros: impulsar la prevención y el control de los agentes cancerígenos y mutágenos en las empresas de la Comunidad de Madrid y fomentar la participación de los trabajadores y sus representantes en la prevención y control de los agentes carcinógenos. Muertes por cáncer Aunque no se dispone de una estimación exacta de la proporción de cánceres atribuibles a exposiciones laborales, se suele atribuir a exposiciones profesionales entre el 4 y el 6 por ciento de las muertes por cáncer. En Madrid, estimamos que anualmente mueren entre 700 y 800 trabajadores como consecuencia de la exposición a agentes cancerígenos en el trabajo, aunque cálculos más recientes situarían en 388 las muertes referidas solo a cánceres de pulmón de origen laboral. Alrededor de 600.000 trabajadores en Madrid están expuestos a agentes cancerígenos en el trabajo. Los agentes cancerígenos presentes en el ambiente laboral son fácilmente controlables puesto que en la mayoría de los casos podemos determinar donde, cómo y cuándo se originan, siendo por tanto, prevenibles. El largo periodo de latencia condiciona el hecho de que más de la mitad de los cánceres laborales sean diagnosticados y atendidos cuando el trabajador ya se ha jubilado, lo que provoca que su consideración como enfermedad profesional sea más difícil. Es importante recordar que no se puede hablar de límites de exposición cuando se trata de cancerígenos: cualquier cantidad de carcinógeno en el ambiente conlleva un riesgo para el trabajador. Puesto que una única mutación en una única célula puede dar lugar teóricamente a un tumor maligno, se hace difícil predecir una dosis umbral y, por tanto, podríamos considerar que no existe un nivel seguro de exposición. Falta de información De las 222 empresas analizadas en el estudio, en 98 de ellas se han encontrado cancerígenos o mutágenos, lo que supone que prácticamente en una de cada dos empresas visitadas se han localizado uno o varios cancerígenos. El número de cancerígenos y mutágenos encontrados es muy elevado. Se han localizado un total de 217 agentes cancerígenos ó mutágenos. Una media de 2,2 cancerígenos por empresa y 64 cancerígenos diferentes, un aspecto muy importante a tener en cuenta en la valoración del riesgo, ya que la interacción entre diferentes agentes cancerígenos tiene como consecuencia, en muchas ocasiones, un aumento de la probabilidad de desarrollar un cáncer. Los cancerígenos y mutágenos encontrados más frecuentes son: el tricloroetileno, el cromato de plomo, el dicromato de potasio, el cloruro de metileno y otros hidrocarburos (derivados de gasolinas, gasoil). Los agentes cancerígenos y mutágenos se están utilizando de manera incontrolada y con un claro incumplimiento de la legislación aplicable, lo que supone estar sometiendo a muchos trabajadores a un factor de riesgo con consecuencias muy graves en términos de salud. Como situación de partida, encontramos que en una amplia mayoría de casos (67,7%) los delegados de prevención no conocían la existencia de productos cancerígenos o mutágenos en su empresa, que fueron identificados tras nuestra intervención. Estos datos reflejan claramente la deficiente, por no decir nula, información que los delegados de prevención tienen acerca de los productos químicos utilizados en las empresas, hecho que nos parece extremadamente grave y preocupante si tenemos en cuenta que el conocimiento es un elemento imprescindible, no sólo para poder ejercer el derecho de participación, sino también y fundamentalmente para poder iniciar la prevención en la empresa. Exposición La situación habitual es encontrar un cancerígeno que no se utiliza en sistema cerrado, donde no se limita el número de trabajadores expuestos, donde la ventilación generalmente utilizada es una ventilación general, y donde ni siquiera existe una señalización de la zona de riesgo ni dispositivos de alerta para casos de emergencia. Evidentemente, si estas premisas no se cumplen, tampoco lo que respecta a los planes de actuación en caso de accidentes o situaciones imprevistas y la vigilancia médica periódica y específica. Un aspecto realmente alarmante es comprobar cómo en el 81,6 por ciento de los casos los trabajadores no reciben formación ni información sobre los riesgos producidos por la exposición a agentes cancerígenos, o cómo en el 79,7 por ciento de las ocasiones tampoco reciben formación e información sobre las precauciones para prevenir la exposición, sobre la utilización correcta de los productos, equipos y ropa de protección, etc…. Los sectores de actividad en los que hemos encontrado más empresas con presencia de agentes cancerígenos o mutágenos son: fabricación de productos metálicos (30,6%), enseñanza (10,2%), artes gráficas (9,2%), sector de plásticos (9,2%) y laboratorios farmacéuticos (7,1%). Cabe resaltar que en sectores como artes gráficas o el sector de enseñanza hemos encontrado una situación bastante diferente de la esperada a priori. En el sector de artes gráficas sólo se han identificado cancerígenos en el 17 por ciento de las empresas visitadas, debido fundamentalmente a que los fabricantes han ido introduciendo en los últimos años productos menos tóxicos (tintas al agua, aceites vegetales para limpieza,…) que han hecho desaparecer muchos de los agentes cancerígenos que se utilizaban hace pocos años. En el sector de la enseñanza se da la situación contraria Se han encontrado cancerígenos en el 76,9 por ciento de los centros de enseñanza visitados, situación que responde a la utilización de estos agentes nocivos en la realización de prácticas docentes de laboratorio, tanto universitarios como de secundaria y bachillerato. Estas prácticas se realizan sin adoptar ningún tipo de medidas de prevención y control, ni por el profesorado ni por los alumnos. Substitución Según el tamaño de empresa, se observa cómo las condiciones de trabajo que soportan los trabajadores expuestos a cancerígenos son, en general, peores según disminuye el tamaño de la empresa. A través del trabajo realizado en todas las empresas se han conseguido logros importantes que han permitido eliminar el riesgo en muchas ocasiones, y en otras al menos controlar o mejorar determinados aspectos que hacen disminuir la exposición de los trabajadores a los cancerígenos presentes en los lugares de trabajo. De las 98 empresas en las que se han localizado agentes cancerígenos se ha sustituido o eliminado uno o varios en 19, es decir, en un 19,4%. El mismo porcentaje de empresas en el que se ha se ha conseguido mejorar las condiciones de utilización, reduciéndose la exposición mediante la adopción de alguna o varias de las medidas marcadas por el Real Decreto (utilización de sistemas cerrados, limitación del número de trabajadores expuestos, instalación o mejora de las extracciones localizadas…). Estas mejoras han alcanzado al 25,3 por ciento de los cancerígenos y mutágenos localizados. En el 33,7 por ciento de las empresas se ha mejorado de forma evidente las condiciones de información y formación de los trabajadores expuestos. En el 16,3 por ciento se está estudiando actualmente la posibilidad de sustituir el producto o cambiar el proceso. Es importante destacar el gran interés que los delegados de prevención han mostrado en todo el tiempo que ha durado el estudio. A los buenos resultados iniciales, hay que sumar la intervención de la Inspección de Trabajo. Tras la presentación del estudio en todos los ámbitos de actuación de la Comunidad de Madrid, la jefa de la unidad especializada de seguridad y salud de la Inspección de Trabajo nos pidió, expresamente, el listado de las empresas donde habíamos encontrado cancerígenos y mutágenos para hacer de oficio inspecciones y requerimientos para la eliminación de dichos productos. En la actualidad tenemos constancia de que esas inspecciones se están realizando, y tenemos un compromiso de que al acabar la campaña nos proporcionaran un balance de las actuaciones. Más información:
Miguel Ángel Izquierdo
Secretaría de Salud Laboral USMR-CC.OO.