Veinte organizaciones sociales, sindicales y políticas han firmado en Cataluña el manifiesto “Fora plaguicides de les nostres vides”(Fuera plaguicidas de nuestras vidas). Entre otras cosas, reivindican una reorientación de los fondos para el desarrollo rural y de los Sobres Nacionales de la Política Agraria Común (PAC), y el fomento y la comercialización de la agricultura ecológica, de modo que en 2010 el 20% de la agricultura catalana sea de origen ecológico. Los primeros destinatarios de sus productos, además, deberían ser las escuelas y los hospitales. El manifiesto demanda una legislación específica, tanto autonómica como estatal, sobre el manejo integrado de plagas conforme a los modelos europeos, que incluya la creación de un Centro Público de Referencia (Prevención, Diagnosis, Tratamiento y Seguimiento) que incorpore la intoxicación por plaguicidas en la formación de los médicos de cabecera. Las organizaciones firmantes piden la prohibición de todos los productos carcinógenos, mutágenos o tóxicos para la reproducción, demostrados o probables, y a aplicar, por tanto, el principio de sustitución. Cataluña es un alto consumidor de plaguicidas (9,1 kg/ha). La media de ingredientes activos por hectárea es el triple del consumo medio global de España(3,5kg/ha) y el doble de la media europea (4,5 kg/ha), según una encuesta realizada en 2003 por la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea. La encuesta, dada a conocer el pasado mes de noviembre en Barcelona, durante la celebración del congreso anual de PAN-Europe (Pesticides Action Network), revela que en Cataluña no se han puesto en marcha ningún tipo de medidas que protejan los recursos hídricos y ambientales del impacto de los plaguicidas agrícolas y ambientales. Las fumigaciones aéreas están muy extendidas y, a pesar de que existen métodos alternativos, los agricultores las prefieren por motivos económicos. Más información: CONC (CCOO-Cataluña) |