Conchy Martín Rey es una veterana ambientalista. Nació en Madrid en 1952 y pasó más de quince años en Estados Unidos, país en el que tomó conciencia del deterioro medioambiental del Planeta. A su vuelta a España, creó el departamento de Medio Ambiente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), el primero en una organización de consumidores.

El consumo responsable se ha convertido en un instrumento imprescindible para influir en la sociedad. ¿Cuál es vuestra visión al respecto?

Entendemos el consumo responsable como una forma de consumo en la que existe un respeto hacia los recursos naturales que tenemos, con especial atención a la forma en que se produce. De momento, está poco extendido en España, hemos empezado muy tarde y habrá que esperar a las próximas generaciones para que se generalice y se convierta en un instrumento eficaz. Ahora, más que consumidores somos consumistas.

¿Qué pueden hacer los consumidores para proteger el medio ambiente?

Todo depende de dónde vivas y de cómo vivas. Si vives en un pueblo tu comportamiento será diferente a si vives en una gran ciudad. No existe una única receta. El problema son las grandes urbes, con sus grandes centros comerciales... Aunque parezca que tenemos grandes opciones, en realidad, las opciones no son tantas. En España, creemos que estamos muy concienciados, nos expresamos de una forma muy coherente, pero a la hora de la verdad no lo estamos tanto. Una cosa es lo que dices y otra lo que haces. No estamos dispuestos a pagar un sobrecoste, aunque éste no es tal si se incluye el coste medioambiental dentro del precio final del producto.

En la Unión Europea se está debatiendo la directiva REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas, en sus siglas en inglés). ¿Qué repercusión va a tener para los ciudadanos?

Será beneficiosa, pero tendría que haber un diálogo y una información, para que supiéramos qué es lo que se está debatiendo. No creo que los ciudadanos sepan lo que es REACH. Debería haber una información directa: estos son los costes pero los beneficios son tantos que van a compensar los costes.

Los alimentos transgénicos son ya una realidad, ¿qué alternativas tienen los consumidores para defenderse?

El principal problema es que hasta ahora no ha habido suficiente información sobre los transgénicos. Se ha introducido el producto sin una campaña previa y, después de que se ha introducido, es cuando se ha producido una reacción adversa por parte de los consumidores. Por eso, llegados a este punto, lo que reivindicamos es un etiquetado que informe al consumidor de que un producto contiene transgénicos, aunque sea en pequeñas proporciones. Por lo demás, creo que es un proceso irreversible, imparable, y sólo nos queda parar el impacto. Una alternativa real es el consumo de productos ecológicos, poco extendido en España pero con gran incidencia en el Norte de Europa.

Uno de los sectores que más contribuye al cambio climático es el transporte. ¿Qué propuestas tiene al respecto la CECU?

Mientras que las energías alternativas no lleguen a un índice de producción suficientemente grande como para paliar el efecto de los combustibles fósiles, lo llevamos muy crudo. Se puede reducir el uso del automóvil, sí. El problema es que todos los años se celebra el Día Sin Coches y es un desastre. El consumidor no parece que tenga tendencia a dejar de usar el coche. Lo que la Administración debe hacer es dar ejemplo. Tiene la voz. Debe planear las ciudades de otra forma.

Por Javier Morales