Una de las líneas básicas de trabajo del Área de Medio Ambiente de ISTAS sigue siendo el programa de sustitución de productos tóxicos en las empresas. Este año hemos intentado desarrollar este trabajo de la mano del responsable de Salud Laboral de la Federación del Metal de Madrid, que facilitó el contacto con tres empresas del cinturón industrial de la capital, con las que la Secretaría Confederal de Medio Ambiente de CCOO ya venía trabajando el riesgo químico. En los tres casos se trata de empresas que utilizan disolventes clorados para la limpieza de superficies metálicas (tricloroetileno, percloroetileno). La intervención se desarrolla mediante una primera visita a las empresas para conocer su realidad, la elaboración de un informe con la propuesta de sustitución, y una segunda visita para presentar la propuesta a la empresa. Los resultados de la intervención se concretan en la sustitución del percloroetileno (PER) por otro disolvente de menor toxicidad propuesto por la empresa Symatic y la minimización mediante operaciones de limpieza del tricloroetileno (TRI) en CESA. En la tercera empresa, Diamant ABOART, no se obtuvo ningún resultado. Por su interés, analizamos el caso de la empresa Symatic. Proceso de sustitución La empresa Symatic se dedica a la fabricación de tubos para circuitos hidráulicos. Para ello reciben tubos de unos 6m de largo, que llegan impregnados con aceite protector y restos de taladrinas. A partir de este material los procesos básicos son: Puesto que este sistema de trabajo genera preocupación por los evidentes riesgos en la exposición a un producto considerado cancerígeno y ecotóxico, el delegado de Prevención contacta con la secretaría de Salud Laboral y Medio Ambiente de la Federación y plantea el problema. Tras las informaciones y contactos previos, se visita la empresa manteniendo una pequeña reunión con el técnico de Salud Laboral de la misma. El objetivo fundamental de la visita era conocer las piezas fabricadas y el proceso de limpieza. Puesto que no se nos permite el acceso a la zona de producción, no resulta posible conocer de forma directa cómo se realiza el proceso de limpieza. Tras esta visita, se prepara un pequeño informe en el que se plantean diferentes opciones para sustituir el percloroetileno. En paralelo, la empresa realiza una consulta con su empresa proveedora, y ésta les propone un disolvente no clorado basado en mezcla de hidrocarburos que presenta una baja toxicidad. Finalmente la empresa se decide por el uso del disolvente propuesto por su proveedor. Más información: ISTAS
Miquel Crespo
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