Los ministros de Salud y Medio Ambiente de la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunieron en Budapest el pasado junio para analizar la repercusión del medio ambiente en la salud infantil. Reducir la contaminación y la exposición de los niños a sustancias tóxicas fueron algunos de los objetivos del encuentro. Entre el 25 y el 35 por ciento de las enfermedades tienen una causa medioambiental y los niños son la población más afectada. Para mejorar la salud, es imprescindible elaborar un plan integrado que tenga en cuenta las repercusiones del medio ambiente. Los logros y resultados se verán a medio y largo plazo. La elaboración de un Plan de Acción para Europa (CEHAPE) fue precisamente uno de los resultados de la Cuarta Conferencia Ministerial de Salud y Medio Ambiente de la Región Europea, bajo el auspicio de la OMS, que se celebró en Budapest el pasado junio. Partiendo de que la exposición de los niños a los riesgos medioambientales no es sólo una cuestión del entorno físico, sino también de las condiciones individuales y de grupo, los ministros se fijaron los siguientes objetivos, recogidos en el Plan de Acción, que debería llevarse a cabo antes de 2007: Para lograrlo, se endurecerá la legislación y se llevarán a cabo programas nacionales de prevención y se potenciarán políticas que garanticen la información adecuada sobre los efectos de las sustancias químicas. Los ministros decidieron también incorporar el principio de precaución como un instrumento indispensable para mejorar la salud de la población infantil. Ésta era una de las reivindicaciones de las ONG y los sindicatos. Una de las principales críticas que se realizaron es que el plan no recoge un calendario de actuaciones ni prevé cómo se va a financiar. Los acuerdos de Budapest, ahora deberán traducirse en políticas y normativas para los países de la UE. Más información: Estefanía Blount
Directora de Medio Ambiente de ISTAS
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