La importancia de una adecuada gestión ambiental en un sector de gran peso en la economía nacional como la construcción (alta contribución al PIB, nivel de generación de empleo...) viene respaldada por el gran impacto ambiental que gran parte de sus operaciones genera. Sirva de ejemplo que el Estado español es el cuarto productor de escombros de la Unión Europea, con una media de 548 Kg/habitante. Las exigencias medioambientales se han traducido fundamentalmente en respuestas de alto nivel técnico: la necesidad de presentar evaluaciones de impacto ambiental para multitud de proyectos y en el establecimiento de sistemas de gestión ambiental certificados, sobre todo en las empresas que pujan por la realización de grandes infraestructuras de financiación pública. Es necesario que también esas exigencias medioambientales se apliquen a todas las facetas de la construcción, por pequeñas que sean las obras. Es preciso que todo material, producto, modificaciones de terreno, escombros y otros desechos sean utilizados, reciclados y almacenados con el mayor respeto medioambiental. Y sobre esto trata la nueva publicación «Gestión ambiental en la ejecución de obras», de llevar esta cultura a todas los rincones por pequeños que sean, tanto las obras como las empresas (contratas y subcontratas). DIFICULTADES La gestión ambiental en las obras presenta muchas dificultades. Unas derivadas de la propia estructuración del sector, en el que la subcontratación de medianas y pequeñas empresas y de autónomos aleja el control que imponen los sistemas de gestión a la empresa que los tiene implantados. Y, por otro, la insuficiente formación en relación a los aspectos medioambientales tanto de los responsables como de los trabajadores. La publicación, realizada por la Federación de Construcción de Comisiones Obreras (FECOMA) en colaboración con la constructora RUBAU, va dirigida precisamente a este espacio de intervención y lo hace de forma eficaz. Se abordan cinco ejes principales: los aspectos ambientales presentes en las obras, las buenas prácticas asociadas a los mismos, el tratamiento de las compras de productos y servicios, la participación de los trabajadores y la información a los trabajadores por medio de carteles. La información se presenta de forma muy práctica, por medio de fichas sencillas y gráficas que informan del aspecto a tratar y dan pautas viables de actuación. Se ha considerado la nada despreciable cifra de cien aspectos ambientales clasificados por residuos, emisiones atmosféricas, vertidos, suelo, utilización de recursos, ruido y otras afecciones. Las indicaciones contenidas en estas fichas se complementan con 36 buenas prácticas medioambientales y con criterios y ejemplos de compra de materiales ambientalmente correctos y de materiales de construcción tóxicos y/o peligrosos (amianto, materiales radiactivos, tratamientos de la madera, plomo, fibras minerales, lanas de vidrio y de roca, compuestos orgánicos volátiles (COV) y organoclorados). Los dieciséis carteles que comparan gráficamente un comportamiento ambiental adecuado y otro que no lo es, suponen una buena aportación a la búsqueda de fórmulas de comunicación y sensibilización de los trabajadores presentes en una obra al margen de la empresa o de la forma de contratación que tengan. En definitiva, una publicación muy útil para todos aquellos agentes empresarios, gestores, técnicos de prevención, trabajadores y representantes sindicales implicados y comprometidos en mejorar la gestión ambiental en las obras. Más información: Rubén Pinel
Responsable de Salud Laboral de FECOMA
Plaza de Cristino Martos, 4
28015 Madrid
Tel.: 91 540 92 16ÁREAS TEMÁTICAS
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