La Comisión Europea ha elaborado un Libro Blanco1 que establece un nuevo marco para la futura política en materia de sustancias químicas.
Con esta estrategia la UE pretende integrar todas las vertientes de las sustancias químicas, incorporando soluciones globales que garanticen la conciliación de los intereses sociales, medioambientales y económicos. Sin duda la puesta en marcha de la estrategia será un reto aunque también una oportunidad para adaptar al nuevo escenario de sostenibilidad el conocimiento, la investigación y las empresas productoras y usuarias de sustancias químicas. ANTECEDENTES Según argumenta el propio Libro Blanco: «Hay un desconocimiento general de las propiedades y usos de las sustancias existentes. El proceso de evaluación de riesgo es lento, requiere numerosos recursos e impide que el sistema funcione de forma eficaz y rentable. La asignación de responsabilidades es inadecuada, pues la evaluación compete a las autoridades en lugar de las empresas, que son las que producen, importan y utilizan las sustancias. Además de ello, la legislación vigente sólo exige información a los productores e importadores de sustancias, pero no a los usuarios posteriores en la cadena (usuarios industriales y formuladores). Así pues, resulta difícil obtener información sobre la utilización de sustancias y los datos relativos a la exposicion derivada de los usos posteriores en la cadena suelen ser escasos». ELEMENTOS PRINCIPALES DE LA ESTRATEGIA 1. Protección de la salud y promoción de un medio ambiente sin tóxicos. 2. Mantener e incrementar la competitividad de la industria química. 3. Aumentar la transparencia. 4. Integración con aspectos internacionales. REACH De la información básica en una base de datos central de aproximadamente 30.000 sustancias que se produzcan en más de 1 ton/año. Incluye datos identificativos, propiedades toxicológica y ecotoxicológica, usos, exposición humana y ambiental, clasificación y etiquetado, ficha de datos de seguridad, evaluación de riesgos preliminar y propuesta de medidas de gestión de riesgo. Fechas tope para el registro según el volumen de producción: De la información registrada para todas las sustancias producidas en más de 100 ton/año o sustancias de mayor preocupación en cualquier volumen. Incluirán el desarrollo de ensayos a medida para cada sustancia y los efectos a largo plazo. En principio afectará a unas 1.500 sustancias 850 CMR (cancerígenos, mutágenos y tóxicos para la reproducción), 150 persistentes y bioacumulativos y otros 500 que acabarán incorporándose a las categorías anteriores. A éstos se añadirán los COPs y aún están en discusión otros grupos de alto riesgo como los disruptores endocrinos. ALGUNAS DEFICIENCIAS El Libro Blanco tiene algunas debilidades que confiamos se subsanen en el desarrollo legislativo, principalmente no tratar suficientemente la especificidad de la salud laboral. Esto se manifiesta, por ejemplo, al establecer criterios de prioridad en función del volumen de producción y no de los riesgos inherentes de una sustancia (las sustancias que se producen por debajo de 10 toneladas/año no tienen que someterse a los mismos requisitos de evaluación, independientemente de su riesgo para los trabajadores/as que los usan). Consideramos, por otro lado, que el sistema de Autorización debe afectar a más sustancias: tóxicos por exposición crónica, agentes sensibilizantes y disruptores endocrinos. Y, por último, tiende a basarse en una visión algo simplista de los riesgos y de los problemas, por ejemplo estudiando cada sustancia química de forma aislada obviando que en la realidad estamos expuestos a múltiples sustancias de forma simultánea (alimentos, trabajo, aire…). La realidad, por tanto, requiere que se aborden la exposición múltiple y por el desarrollo de políticas de materiales o productos. Es decir, ligar la estrategia a modelos, productos y procesos limpios y sostenibles. COMENTARIOS GENERALES Dada la situación de la que partimos, la valoración que hacemos del Libro Blanco es muy positiva por las oportunidades que representa para incrementar la información, la participación y la prevención de los riesgos asociados a la fabricación y manipulación de sustancias tóxicas. Se integran los principios de sustitución y de precaución cuya aplicación se vienen reclamando en el ámbito de la salud laboral durante décadas para impedir que se siga experimentando con la salud de los trabajadores y trabajadoras. La estrategia ofrece a su vez un impulso importante a la I+D a través del desarrollo de ensayos, validación de técnicas, metodologías y datos, evaluaciones de riesgo, etc. que supondrá una inyección para el empleo y la competitividad en muchos sectores profesionales. Por todo ello, somos conscientes que el Libro Blanco de forma general va a beneficiar el trabajo que hacemos los sindicatos tanto en la demanda de un espacio cada vez mayor de participación dentro y fuera de las empresas como en la defensa de la salud de los más de 60 millones de trabajadores y trabajadoras potencialmente expuestos al riesgo químico y de unas empresas respetuosas con el medio ambiente. 1 Libro Blanco. Estrategia para la futura política en materia de sustancias y preparados químicos. Comisión de las Comunidades Europeas. COM(2001) 88 final. Bruselas 2001. Más información: Estefanía Blount
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