De espaldas a la Unión Europea

El Ministerio de Medio Ambiente (MIMAM) se está ganando a pulso una pésima reputación en las instituciones europeas, a base de ignorar sistemáticamente las exigencias comunitarias en materia de política ambiental y de utilizar argumentos inaceptables ante los requerimientos de dichas instituciones. La prueba más evidente de la ausencia de compromiso europeo por parte del MIMAM está en el incremento de dictámenes motivados y de sentencias contra España. En lo que se refiere al número de expedientes abiertos, España ocupa el primer lugar con nada menos que 272, seguida a gran distancia por Alemania (169). Y en cuanto a dictámenes motivados, España también es el primer país de la UE, ya que acumula 19 infracciones contra las directivas de medio ambiente, entre las que destacan varias importantes pendientes de transposición –control y prevención integrada de la contaminación, calidad del aire, Hábitats...-, incumple todas las Directivas relativas al agua (residuales, nitratos, de baño, potables...). Además, España aplica inadecuadamente la legislación sobre evaluación de impacto ambiental.

El pasado mes de julio, el director general de Medio Ambiente de la Comisión Europea, James Currie, dirigió al ministro Matas una carta que pone de manifiesto la escasa consideración de las normas europeas demostrada por el MIMAM en la elaboración del Plan Hidrológico Nacional (PHN). Currie recordaba al Gobierno español la necesidad de que el PHN cumpla con todas las Directivas europeas para poder acceder a los Fondos de Cohesión; en particular, solicitaba una evaluación ambiental estratégica del conjunto de los proyectos que integran el PHN. Un requisito que, desde el PSOE –y desde otras organizaciones- habíamos exigido antes del debate del PHN en el Parlamento. Ahora, el MIMAM cumplirá apresuradamente lo que a todas luces considera un “trámite” molesto, reiterando sin duda los argumentos genéricos que en su día planteó para proclamar la “inocuidad” ambiental del PHN. Sería sorprendente que hiciera algo diferente –por ejemplo, que tuviera en cuenta todos los informes que el propio MIMAM solicitó a expertos y catedráticos, y que sustentan hoy varias quejas contra el PHN ante la Comisión Europea-, y, por lo tanto, remitirá sin duda a Bruselas un documento vacío de contenido.

Las cuestiones señaladas –una pequeña muestra de la actitud antieuropeista del MIMAM– justifican la preocupación de los países europeos más comprometidos en materia ambiental, así como de la propia Comisión, ante la inminente Presidencia española de la UE, en un semestre en el que debería, entre otras cosas, avanzarse definitivamente en la ratificación del Protocolo de Kyoto y en el establecimiento de medidas comunes de lucha contra el cambio climático.

Cristina Narbona Ruiz
Secretaria Federal de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del PSOE

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