Se han perdido ya cuatro años. Demasiado tiempo. Han sido años en los que la actitud de la anterior Ministra ha impedido avanzar en la solución de los graves problemas ambientales de nuestro país, frustrando las expectativas que se abrieron cuando se creó el Ministerio de Medio Ambiente en 1996. Entonces se habló de cambios y de una nueva legislación más protectora, pero hoy estamos peor que antes: sin diálogo social y con políticas medioambientales plegadas a los intereses empresariales, que han frenado cualquier avance progresivo en esta materia.
En Medio Ambiente, España no va bien. Es necesario, imperativo, un cambio de rumbo. Con la nueva legislatura ha llegado un nuevo Ministro y como todo nuevo nombramiento, abre una posibilidad de cambio y genera expectativas entre los que queremos y trabajamos para que en este país haya políticas ambientales serias y efectivas.
A nuestro juicio, ese cambio de rumbo en el MIMAM, que tanto urge, tiene que hacerse visible en dos cuestiones básicas:
También sería bueno que el Ministerio llevara a cabo una política de iniciativas en defensa del medio ambiente, abandonando la pasividad que le ha caracterizado hasta ahora. Una de las propuestas que podrían contribuir a este cambio necesario sería la de llevar a las empresas actuaciones para promover Buenas Prácticas ambientales en los centros de trabajo. En el caso, más que deseable, de que el MIMAM emprendiera dicha iniciativa, nosotros nos comprometeríamos a trabajar activamente, junto a las correspondientes organizaciones empresariales, para llegar a decenas de miles de empresas, conscientes de que las buenas prácticas contribuirían a mejorar la relación del sector productivo con el medio ambiente, hoy tan deteriorada, y a sensibilizar al mundo laboral.
Pero, reiteramos, la colaboración deseable con el nuevo Ministro pasa, como es lógico, porque haya diálogo social y sensibilidad medioambiental. Si no, haremos oposición activa. Porque la degradación medioambiental no permite esperar más.