En los últimos meses, el Comité Sindical Consultivo ante la OCDE (TUAC, por sus siglas en inglés) ha ido desarrollando elementos para una posición sindical de la CIOSL sobre las biotecnologías, basada en el principio de precaución y la defensa de los intereses sociales generales. Se halla recogida, entre otros, en dos documentos: la declaración sindical ante la cumbre del G-8 en Okinawa, de junio de 2000, y el texto que aquí ofrecemos levemente extractado, que fue redactado por un equipo sindical internacional para un debate «con la sociedad civil» en la sede de la OCDE en París, el pasado 20 de noviembre de 1999:
Somos conscientes del riesgo que estos productos entrañan para los trabajadores y trabajadoras, para la población en general y para el medio ambiente, no sólo por su transporte, sino durante su producción y toda su vida operativa. Por ello, nos hemos propuesto elaborar alternativas, participar en los foros institucionales sobre Mercancías Peligrosas y aportar la visión sindical que consideramos básica e imprescindible. Sin embargo, hemos entendido que no afecta en exclusiva a los trabajadores/as de transporte, sino que otros sectores también producen y manipulan directamente estas sustancias
Una empresa de fabricación de joyas logra eliminar la utilización de dos sustancias tóxicas (tricloroetileno y Freón) y cesar la emisión de otras (ácido nítrico, ácido sulfúrico y cianuro). Como resultado de esta iniciativa, además de reducir los riesgos laborales y medioambientales, la empresa ha reducido la cantidad de residuos peligrosos que genera, así como el consumo de sustancias peligrosas, con el consecuente ahorro monetario.
El grave accidente en una planta de compostaje en Teià en las cercanías de Barcelona a principios de junio, ha puesto en evidencia los graves riesgos para la seguridad y la salud a los que están expuestos los trabajadores de las empresas de gestión de residuos y las incorrectas políticas en materia de medio ambiente por parte de la Generalitat de Catalunya.
En el nuevo marco europeo de mejora de la calidad del aire, se incluye una Directiva que pretende reducir las emisiones de compuestos orgánicos volátiles que resultan de la utilización de disolventes orgánicos en múltiples actividades industriales. La emisión de compuestos orgánicos volátiles, también llamados COVs, tiene como principal riesgo su contribución a la formación local y transfronteriza de contaminantes atmosféricos con carácter oxidante como es el ozono troposférico o ambiental. Este ozono causa daños a la salud pública y a los ecosistemas, provocando incluso perjuicios económicos en la agricultura al dañar los cultivos. Esta Directiva deberá trasponerse a la normativa estatal antes del 1 de abril de 2001.