Uno de los mayores problemas ambientales es la generación incontrolada de residuos, que acaban acumulándose como fase final de una cadena de producción y de consumo que no tiene fácil solución. La mayoría de las veces se intenta buscar la solución una vez que el problema existe, es decir, cuando ya tenemos los residuos delante. Pocas veces se plantea la cuestión a la inversa, orientando toda la cadena de un producto no sólo a la eliminación de los residuos que genera, sino contemplando todos los aspectos ambientales durante su ciclo de vida, lo que requiere una planificación desde el inicio del proceso, desde el diseño para el medio ambiente. Traemos aquí, un ejemplo de cómo sustituir algunos materiales no biodegradables por uno que sí lo es, en este caso, el Mater-Bi. LOS BENEFICIOS DEL MAIZ El Mater-Bi es un compuesto a base de maíz que tiene cualidades similares al plástico, pero con la peculiaridad de ser 100% biodegradable. Como en el caso del plástico, a base de este material se puede fabricar cualquier tipo de envase (vasos, cubiertos, bolsas, material para relleno de embalaje). A priori, cualquier producto fabricado a partir de un plástico “negro”, es decir, derivado del petróleo, puede ser sustituido por un producto de similares propiedades físicoquímicas elaborado con plástico “verde” (bioplástico) siempre y cuando no se vea expuesto a condiciones de biodegradación a lo largo de su ciclo de vida. Lo que hace completamente biodegradables a los productos elaborados a partir de esta resina es el hecho de que se trata de un compuesto derivado, por una parte, de fuentes naturales (maíz, trigo y celulosa de patata) y por otra, de policaprolactona y plastificantes naturales (glicerina). El resultado es un material resistente, inodoro e insípido, que mantiene los olores y los sabores de los alimentos con los que pudiera entrar en contacto y que resiste temperaturas de hasta 60º C. LOS “BIOPLÁSTICOS” Pueden parecer un invento nuevo, pero no lo son. A lo largo de la primera mitad del siglo XX, la investigación de materiales sintetizados a partir de ácido glicólico y otros ácidos-acoholes fue abandonada porque los polímeros resultantes eran demasiado inestables para su utilización industrial a largo plazo. No perduraban en el tiempo. Hoy se está potenciando el uso de polímeros plásticos precisamente por esa misma característica, su inestabilidad, en principio no deseada y hoy tenida en cuenta como un factor de reducción o eliminación de residuos. Los bioplásticos de nueva generación retienen sus propiedades físico-químicas termoplásticas a lo largo del ciclo de vida del producto manufacturado pero, una vez depositado en condiciones de compostaje, se biodegradan completamente del mismo modo que los residuos orgánicos. Es decir, pueden ser transformados a través de microorganismos en agua, dióxido de carbono y/o metano, a un ritmo equivalente o superior que el de la celulosa. La inestabilidad propia de estas resinas - causadas por la biodegradación- las convierte en unas buenas herramientas para reducir residuos, ya que se producen a partir de productos renovables y se trasforman en un instrumento que puede facilitar la recogida selectiva y posterior valorización de los residuos orgánicos que generamos (por ejemplo, a través de bolsas de basura “bioplásticas”). COMPOSTAJE Todos estos productos no son sólo biodegradables, sino también compostables, es decir, se descomponen biológicamente en una planta de compostaje y acaban volviendo a la tierra en forma de compost, a través de un proceso que consiste en la descomposición aerobia de residuos orgánicos por la acción de microorganismos (bacterias, hongos y levaduras) bajo condiciones controladas. Los materiales elaborados con este compuesto están pensados para finalizar su ciclo de vida como compostaje. En el caso de las bolsas de basura, durante el proceso de biodegradación la bolsa incrementa de hecho la velocidad de descomposición de la materia orgánica que contiene. Este elemento hace que puedan ser una pieza clave en el complejo proceso de recogida selectiva y tratamiento integral de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos. Se plantea así como una de las vías de mejora de la crisis medioambiental que supone la gestión de residuos, ya que si se coordinan acciones y se utilizan productos biodegradables, a través del compostaje se puede convertir el residuo orgánico en un producto de valor añadido para la tierra. La experiencia en el uso de estos materiales ha demostrado que la utilización de productos biodegradables facilita la recogida y el reciclado, a través del compostaje, trasformándolos en un valioso abono vegetal, que puede reemplazar capas superficiales de terrenos perdidas a un ritmo alarmante debido a la erosión y a la contaminación. Usando estas materias orgánicas se podría minimizar los residuos y dar un paso más hacia una forma de entender la producción y el consumo que integre la responsabilidad que todos tenemos con nuestro entorno. ALGUNOS PRODUCTOS “BIOPLÁSTICOS” Bolsas de basura Requisitos: Compost film La colocación sobre el terreno se puede hacer con la misma maquinaria utilizada para el film tradicional. No es necesario recogerlo al final del periodo de cultivo y se biodegrada completamente, nutriendo la tierra. Vajilla y cubertería biodegradable Material de relleno Ropa desechable Material sanitario Más información: Biocorp Ibérica
Presentan propiedades físicoquímicas semejantes a las del polietileno pero se degradan en menos de 35 días bajo condiciones de compostaje. Durante este proceso, los microorganismos transforman los residuos orgánicos en abono, atacando al mismo tiempo la bolsas y la materia orgánica que se encuentra dentro de ellas. Mediante este sistema se pueden transformar gran parte de nuestros residuos orgánicos diarios en abono de gran calidad. Sería una de las maneras de eliminar las bolsas de plástico que contaminan la tierra.
Se trata de un film 100% biodegradable y compostable para su utilización como acolchado de agricultura. El film elaborado a partir de Mater- Bi, se mezcla en la tierra al finalizar el periodo de cultivo y los microorganismos presentes lo transforman en agua y dióxido de carbono. De este modo, este film finaliza su ciclo de vida enriqueciendo la tierra.
Cucharas, tenedores, cuchillos, vasos similares a los desechables de polietileno, soportan elevadas temperaturas y se degradan en 120 días bajo condiciones de compostaje.
Usando el agua como agente soplante en una extrusora especial, es soluble al agua y se biodegrada en 15 días en condiciones de compostaje.
La necesidad de garantizar la higiene en muchos procesos productivos y, sobretodo en el ámbito sanitario y en la manipulación de alimentos, hace que se utilicen gran cantidad de ropa desechable de origen plástico que generan un importante problema de residuos. El uso de esta gama de ropa biodegradable puede ser una solución.
El material desechable que se utiliza en hospitales, ambulatorios, laboratorios… puede sustituirse por otro biodegradable, eliminando los residuos que hasta ahora venían produciendo y garantizando la higiene imprescindible para realizar este trabajo. No sólo la ropa desechable, sino materiales de quirófano (un lugar donde se utilizan muchos plásticos clorados, como el PVC), pañales, compresas, manguitos de cirujano, material de quirófano, salvacamas…
Tel.: 943 28 17 99. Fax: 943 27 06 24
e-mail: tecnoambiente@facilnet.es
http://www.biocorpeurope.com/iberica/ÁREAS TEMÁTICAS
ARTÍCULOS RELACIONADOS
COMENTARIOS