Para hablar de producción limpia hay que dejar claro que este concepto no se refiere solamente a la no utilización de sustancias peligrosas, como por ejemplo de plaguicidas, si no que, además, se tiene que entender como el diseño y elaboración de productos limpios durante todo su ciclo de vida, es decir, “desde la cuna a la tumba”.
Un producto puede no ser tratado con ningún tipo de sustancia peligrosa para la salud y el medio ambiente durante su fase de fabricación, pero su uso o gestión puede representar un riesgo para el medio.
A continuación vemos un claro ejemplo de una producción limpia en todo el ciclo de vida del producto llevada a cabo por una compañía en los Países Bajos dedicada a la fibra de cáñamo, en la que se establece un control integral sobre toda la cadena de producción.
La historia del cáñamo es muy antigua, especialmente tratado como fibra. Hasta finales del siglo XVIII no se cultivaba en Europa y era importado de Inglaterra usándose como materia prima muy resistente y valiosa para fabricar cuerdas, textiles y papel, pero poco a poco fue desplazado por otras fibras como el algodón y su cultivo fue reducido al mínimo.
Hoy el interés por esta especie vegetal está renaciendo en Europa. La empresa Hempflax ha reintroducido el cáñamo en la agricultura de los Países Bajos y Alemania. Su cultivo no es nocivo para el medio, al no utilizar fertilizantes ni plaguicidas, además resulta viable económicamente porque su crecimiento es muy rápido (100 días después de la siembra su altura alcanza los 3 metros y la cosecha entre 12 y 25 t/Ha ).
Esta compañía establece una cadena de producción que fabrica productos manufacturados usando tecnologías modernas y precios competitivos en cooperación con granjas de la zona y estableciendo la planta de producción en el centro del área de cultivo. Esto llevó a que en 1996 se sembrasen 500 Ha para abastecer la planta de producción y que en 1997 fuera necesario ampliar los cultivos a 800 Ha, incorporando terrenos de cultivos en Alemania.
Se ha desarrollado una maquinaria específica para procesar por un lado los tallos de fibra y, por otro, la parte no fibrosa de la planta que se vende como alimento para el ganado y como material de construcción, aprovechando de esta forma integralmente la planta mediante un control total de la cadena de producción. Hay además una ventaja añadida, los productos textiles pueden ser posteriormente convertidos en papel y más tarde transformados en material de construcción que después puede convertirse nuevamente en otros productos derivados.
Este sistema de producción sería especialmente importante para cubrir en un futuro las necesidades locales, es decir, permite avanzar en un desarrollo económico local que satisfaga necesidades económicas en este ámbito. Por ejemplo, el papel requerido en una determinada zona puede producirse en ella, evitando su transporte desde otras regiones o países y abaratando costes. Otra futura posibilidad del cáñamo es la biocomposición de materiales, que consistiría en unirlo a otros materiales como el almidón y a fibras como el lino que lo reforzarían y poco a poco lo convertirían en la primera fibra natural con mayor potencial de combinación con otras plantas, fibras y sustancias. En el Estado español este tipo de iniciativas innovadoras tendrían gran importancia para el mantenimiento de los niveles de renta y empleo del sector agrario.
La PAC (Política Agraria Comunitaria), los acuerdos de libre comercio GATT, los límites medioambientales actuales (Política europea, escasez de agua, etc.) y los altos costes de la agricultura intensiva (agroquímicos, semillas, etc.) amenazan la competitividad de numerosos cultivos. La recuperación de especies vegetales de gran potencial como el cáñamo, ampliando sus usos tradicionales representa una oportunidad de oro para modernizar la producción agraria y no sólo mantener, sino también generar nuevos puestos de trabajo en las empresas de transformación y comercialización de los nuevos productos.
EL CÁÑAMO EN EL ESTADO ESPAÑOL
Durante muchos años el cáñamo ha sido cultivado y utilizado en numerosas zonas del Estado español por adaptarse notablemente tanto a las características de los suelos y a su climatología, en especial al régimen de lluvias, como a las rotaciones con otros cultivos de interés. Al igual que en el resto de Europa, la aparición de nuevos materiales redujo la utilización de este tipo de cultivo hasta casi su desaparición.
En la actualidad, este tipo de iniciativas merecen estudiarse con suma atención puesto que pueden representar una oportunidad para el mantenimiento de los niveles de renta y empleo en el campo español y para fomentar un modelo de desarrollo económico local sostenible puesto que el sector agrario vive hoy un proceso de reestructuración forzada por distintos factores.
La PAC, Política Agraria Comunitaria y los acuerdos de libre comercio GATT amenazan las subvenciones existentes, tanto disminuyendo la cantidad recibida por producto como reduciendo los vol?menes de producción permitidos al mismo tiempo que aumentan los costes de la agricultura intensiva (agroquímicos, fertilizantes, precio del agua,…) con la consecuencia lógica de perdida de competitividad para muchos cultivos. Además se hace patente la aparición de límites medioambientales, bien por el agotamiento o sobreexplotación de recursos, como es el caso del agua, bien por el desarrollo de leyes de protección del medio natural.
En este marco, la recuperación del cultivo y explotación de especies vegetales como el cáñamo, ampliando sus usos tradicionales y desarrollando en el ámbito local empresas de transformación y comercialización de los mismos, representa una oportunidad de oro para muchas zonas del Estado español.
Las organizaciones territoriales de Comisiones Obreras pueden jugar un importantísimo papel de difusión de estas experiencias y de fomento de actividades innovadoras en este campo encaminadas a proteger y a crear empleo estable en un sector en que seg?n las estimaciones de población vigentes se reducirá de 1.000.000 de personas a poco más de 500.000.
Los productos derivados del cáñamo han sido muy utilizados hasta su sustitución por plásticos. En la actualidad hay una tendencia a su recuperación por:
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Esther Soto López
Colaboradora Departamento de Medio Ambiente C.S. de CC.OO.
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