El 22 de octubre de 1998, el gobierno federal de los Estados Unidos anunció que siete de las principales empresas fabricantes de camiones de motor diesel habían aceptado un acuerdo para controlar las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx). La contaminación por NOx constituye un problema de salud pública que causa mortalidad prematura, reduce las funciones pulmonares y agrava las afecciones respiratorias (especialmente, asma y bronquitis). Es igualmente un problema medioambiental que afecta a la calidad de las aguas, contribuye al calentamiento climático y a la pérdida de ozono de la estratosfera. El acuerdo fue firmado con la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, agencia encargada de la protección del medio ambiente) y el Departamento de Justicia para evitar persecuciones judiciales.
Las empresas fueron: Caterpillar, Cummins Engine, Navistar, Detroit Diesel, Mack Trucks y dos multinacionales europeas: Renault y Volvo. Controlan alrededor del 95% del mercado de pesos pesados diesel en Estados Unidos.
El acuerdo supone tres aspectos: una indemnización civil, la más importante jamás pronunciada en materia de medio ambiente, de una cantidad de 83,4 millones de dólares; una cantidad de al menos 850 millones de dólares destinados a construir nuevos vehículos o a modificar los existentes de forma que se reduzcan las emisiones de NOx en un 50% para enero de 1999 y un 80% para octubre del 2002; y unos 109,5 millones de dólares para proyectos complementarios de protección del medio ambiente.
Los vehículos fabricados por estas empresas estaban provistos de un programa destinado a controlar el respeto a las normas de control de la contaminación relativas al óxido de nitrógeno (NOx). Este programa había sido manipulado de manera que respetara las normas durante las pruebas de laboratorio, mientras que desactivaba los sistemas de control de la polución en las situaciones reales de utilización durante el transporte por carretera. Un total de 1.300.000 vehículos estarían afectados por este fraude, que se prolonga desde hace 10 años. Se estima que la contaminación por óxido de nitrógeno provocada corresponde al 6% de las emisiones totales de coches, camiones y producción industrial en 1998. Si el fraude no se hubiera detectado, serían más de 20 millones de toneladas suplementarias de NOx las que se habrían emitido de aquí al año 2005.
La representante de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (la agencia federal encargada de la protección del medio ambiente), Mme. Carol Browner comentó: es una estafa de alta tecnología.
Es significativo que las autoridades federales sólo hayan organizado una investigación en respuesta a las presiones ejercidas por una coalición de ciudadanos para la defensa del medio ambiente (el Consejo de Defensa de Recursos Naturales, que agrupa cerca de 400.000 miembros) que han logrado aliarse con las autoridades encargadas de controlar la polución de ciertos Estados del noreste de Estados Unidos.
Este fraude pone en duda la credibilidad de este tipo de empresas cuando dicen que están en condiciones de definir por propia iniciativa, con acuerdos voluntarios y sin necesidad de control público, programas de reducción de la contaminación. Muchas veces este planteamiento lo único que pretende es reducir el marco reglamentario y los sistemas públicos de control eludiendo así la adopción de medidas reales.
Laurent Vogel
BTS-TUTB (Bureau Tecnico Sindical)