Los halones, particularmente 1301 y 1211, se han utilizado tradicionalmente en sistemas de extinción de incendios, a pesar de ser potentes destructores de la capa de ozono (tienen un ODP-potencial de destrucción de ozono- entre tres y diez veces superior a los CFC más comunes). Esta aplicación se ha venido sustituyendo en la mayoría de los casos por hidrocarburos halogenados como los HFCs (hidrofluorocarbonados), los HCFCs (hidroclorofluorocarbonados) y los PFCs (polifluorocarbonados), con los inconvenientes de actuar como gases destructores de la capa de ozono y/o como gases invernaderos. Puesto que estas alternativas halogenadas se encuentran restringidas en el marco del Protocolo de Montreal para gases destructores del ozono y en la próxima Cumbre de Buenos Aires sobre Cambio Climático, parece oportuno estudiar alternativas con un bajo o nulo impacto medioambiental.
Frente a las mencionadas necesidades de sustitución de estos compuestos, junto a otro tipo de riesgos como la creación de gases tóxicos durante los incendios con el uso de HFC’s, HCFC’s y PFC’s que llevó a su prohibición desde 1977, la Agencia de Protección de Medio Ambiente de Dinamarca elaboró hace algunos años un estudio sobre las diferentes alternativas existentes, que se resume a continuación. En este estudio, dicha Administración recomienda, frente a los sustitutos halogenados, el desarrollo y la implantación de nuevas alternativas “naturales” -llamados así por consistir en gases existentes en la composición de la atmósfera- (gases inertes, nieblas de agua, CO2, etc.) o alternativamente por sistemas fijos basados en sistemas de alta sensibilidad de detección junto con extintores portátiles o sistemas de rociadores automáticos.
ALTERNATIVAS NATURALES
Tradicionalmente se han venido utilizando diversos métodos que se han utilizado para la extinción de incendios, exceptuando las alternativas halogenadas, que siguen siendo de utilidad: sistemas de rociadores de agua, de espuma, polvo y dióxido de carbono. A continuación, se describen algunos nuevos agentes de extinción que se han desarrollado recientemente para sustituir el halón 1301 en sistemas fijos, de los que se describen a continuación los tres siguientes: Inergen, Argonite y nieblas de agua. Por otro lado, aunque no se describirá, en el estudio danés se valora positivamente para la sustitución de halón 1211 en sistemas portátiles la aplicación de sistemas basados en CO2, agua y en polvo.
INERGEN
Consiste en un gas inerte y compuesto de gases existentes en la atmósfera: 52% nitrógeno, 40% argón y 8% dióxido de carbono. Su principio es la reducción de la concentración de oxígeno de un 15,5% a un 10%, por lo que cesa la combustión. Según el productor, el nivel de CO2 estimula la respiración lo que incrementa la eficiencia del uso del oxígeno del cuerpo, compensando por la deficiente concentración de oxígeno durante la extinción de un incendio. No produce gases corrosivos durante la descomposición y es adecuado para la protección de equipos electrónicos y en áreas ocupadas por personas. No representa ningún riesgo desde el punto de vista de destrucción de la capa de ozono (ODP=0) ni de efecto invernadero (GWP (potencial de calentamiento global)=0 en 100 años, sin contar el ciclo de vida completo, por ejemplo, la producción del agente, transporte, etc.) que en un estudio preliminar muestra un GWP del ciclo de vida más bajo que las alternativas químicas. A pesar de existir cierta preocupación por la exposición de personas con enfermedades respiratorias y circulatorias a gases inertes, existen estudios médicos que muestran que no existiría mayor riesgo en las concentraciones que se requieren para su uso.
Especificaciones: Se requiere un almacenamiento en cilindros de alta presión y comparado con el halón 1301, ocupa un espacio 10 veces mayor. La instalación del sistema cuesta en torno a 100$/m3 (13.500 pesetas), y cada m3 cuesta aproximadamente 7$ (945 pesetas).
ARGONITE
Es un gas inerte, compuesto de los siguientes gases naturales: 50% nitrógeno y 50% argón. Actúa reduciendo la concentración de oxígeno en el aire del 21% normal a 12-10,5%. Puede utilizarse en áreas ocupadas y con equipamiento electrónico. Se considera una alternativa recomendable al halón 1301, al no tener ningún potencial de destrucción del ozono (ODP=0) y no contribuir directamente al calentamiento de la Tierra, y el estudio preliminar muestra un GWP más bajo que las alternativas químicas para el ciclo de vida completo. No se le atribuye ningún riesgo toxicológico, y no produce ningún subproducto tóxico al entrar en contacto con el fuego.
Especificaciones: Requiere de cilindros de alta presión para su almacenamiento y comparado con el halón 1301 ocupa un espacio 10 mayor. La instalación del sistema cuesta en torno a 100$/m3 (13.500 pesetas) y cada m3 cuesta aproximadamente 5$ (675 pesetas).
NIEBLAS DE AGUA
Esta tecnología más reciente se basa en la aplicación de un aerosol de gotas relativamente pequeñas (menos de 200 mm) de agua que permiten aumentar la capacidad de quitar calor en la extinción de incendios. Se están convirtiendo en el gran centro de atención en el campo de desarrollo de nuevas tecnologías no-químicas debido a su bajo impacto medioambiental, a su habilidad de apagar fuegos de líquidos inflamables y por reducir relativamente el nivel de aplicación de agua usado con los rociadores convencionales. Un mayor conocimiento teórico de la extinción de fuegos y avances recientes en el diseño de las boquillas han permitido el desarrollo de, al menos, nueve sistemas nuevos basados en estas nieblas de agua. Estos varían según el nivel de presión de agua, el tamaño de las gotas y si es de chorro simple o doble. No tienen ningún potencial de destrucción de ozono ni de efecto invernadero, por lo que se considera una opción recomendable.
Especificaciones: Existen algunas precauciones sobre los aspectos de seguridad con respecto al almacenamiento del equipo, pues en algunos casos sería necesario un tanque de agua o un bomba de aire y/o nitrógeno. El coste de la instalación del sistema se encuentra en torno a los 80.120 dólares/m3 (10.816.200 pesetas).
Referencia:
Agencia de Protección Medioambiental.
Ministerio de Medio Ambiente y Energía, Dinamarca.
Proyecto Medioambiental No. 312. 1995
http://www.mst.dk/pubs/no312