Marzo de 1.997, y bajo la iniciativa de SID (Unión General de Trabajadores de Dinamarca) y FED (Foro para la energía y el desarrollo, en Dinamarca) y basado en los acuerdos con la Unión Europea de Servicios Públicos (EPSU) y el Bureau Europeo de Medio Ambiente (EEB), se acordó por la DG XI (Dirección General Europea de Medio Ambiente, Seguridad Nuclear y Protección Civil), una propuesta común para llevar a cabo un proyecto de “Concienciación para la creación de empleos verdes en la Unión Europea”: “Green Jobs Project”.
En dicho proyecto participan diversas organizaciones de seis países miembros: ESPAÑA, ITALIA, REINO UNIDO, DINAMARCA, ALEMANIA Y HOLANDA. En España las organizaciones encargadas de llevar a cabo el proyecto son: Comisiones Obreras, AEDENAT, y Amigos de la Tierra y se estudiarán las áreas de Residuos Sólidos Urbanos, Energías Renovables, Consumo y Turismo Rural, ya que son áreas medioambientalmente importantes para el Estado español por muchas y diferentes razones. Creemos que hay un gran potencial de empleo sostenible e innovador en ellas, así como un gran potencial para la participación social.
En lo concerniente al área de gestión de residuos urbanos, nuestros ejemplos se han centrado en residuos sólidos urbanos (RSU), que es donde frecuentemente hemos encontrado mayor participación social e importantes oportunidades de creación de empleo en la investigación y aportación de alternativas que sean medioambientalmente respetuosas.
La implantación de las energías renovables, avanza lentamente en el Estado español, y a la misma vez este crecimiento se revela como una nueva fuente de empleos. Los ejemplos más claros se encuentran en el sector de la energía eólica, aunque seguimos promocionando la energía solar, biomasa, etc., donde la incidencia ha sido menor (a pesar de las buenas condiciones climáticas en las que el Estado español se encuentra).
La creación de formas alternativas de comercialización de productos basados en una relación directa entra agricultores y consumidores está llegando a ser un nuevo campo en el que fomentar modelos de consumo medioambientalmente sostenibles, así como la creación de trabajos estables. Hablamos del modelo de cooperativas que muestran una interesante experiencia de cooperación entre organizaciones ecologistas y otros agentes sociales.
Finalmente, en el área de turismo rural podemos encontrar ejemplos directos de creación de empleo dentro de una actividad medioambientalmente respetuosa. La dimensión de este área va más allá del empleo y del medio ambiente, como por ejemplo al de la educación ambiental, formas de vida y prácticas agrarias tradicionales, o prácticas ganaderas y artesanales respetuosas. Es lo que debiéramos titular generalmente como actividades sostenibles de fomento de lo rural.
No debemos olvidar, por otra parte, que en el Estado español tenemos una gran extensión de terrenos protegidos de diferentes formas (Parques Nacionales, Parques Naturales, Parques Regionales, Reservas de la Biosfera, etc.), los cuales se han mostrado con diferentes problemas de gestión e incidencia económica negativa.
Potencialmente éste es un sector con unas enormes posibilidades de creación de empleo sostenible para las poblaciones del área afectada y en el que la participación social (especialmente de los sindicatos y de las organizaciones medioambientales), puede ser un factor decisivo.
En una Europa azotada por el desempleo (unos 18 millones de parados, el 11% de la población activa; para los menores de 25 años la situación es peor, ya que uno de cada cinco no encuentra empleo). La Unión pretende reducir el desempleo a la mitad para el año 2.000, lo que significa crear 15 millones de nuevos puestos de trabajo, de los que cinco simplemente frenan el aumento del desempleo que se produce al acceder más personas al mercado laboral. Aunque el crecimiento económico siempre es un factor positivo, no puede atajar por sí solo el problema, debido al incremento anual de la productividad y de la participación de la mujer en el mundo laboral. En definitiva: parece claro que el crecimiento del PNB, dentro de las actuales estructuras socioeconómicas, no va a resolver la cuestión del paro estructural creciente. “Más crecimiento” o “políticas expansivas” (sin especificar qué tipo de crecimiento, en qué sectores, qué debe expandirse y qué contraerse, etc.) no es desde luego una receta para acabar con el desempleo; pero sí, con seguridad, para agravar la crisis ecológica.
En el libro Blanco de Delors e iniciativas relacionadas se perfiló una estrategia de generación de esos 15 millones de trabajos desde aquélla fecha hasta el año 2.000. La cumbre europea de Madrid hizo de la creación de empleo y de la lucha contra el desempleo “el principal objetivo económico, social y político de la UE”. No obstante, a pesar de dicha declaración de intención, a Europa le ha fallado el ímpetu para crear empleo. Muchos gobiernos parecen estar dispuestos a permitir que el índice de desempleo se mantenga en elevados niveles. Como no se imprima un renovado impulso a la lucha contra el desempleo, el modelo social europeo no existirá. Y los servicios públicos, cuya contribución merece ahora escaso reconocimiento, desempeñarán un papel determinante en la labor de devolver a Europa a la vía del trabajo.
Es dentro de ese modelo social europeo, trazado por las instituciones europeas, donde la mayoría de los ESTADOS miembros tienen la responsabilidad de determinar y promover las medidas que deben adoptarse para la creación de empleo y los diversos medios para alcanzarlas. La UE realiza estudios sobre las repercusiones que tienen en el empleo políticas concretas como la de medio ambiente, y trabaja desde distintas áreas para favorecer un clima en el que se creen puestos de trabajo y se prepare a la gente para acceder a ellos.
Un ejemplo que muestra las potencialidades para la creación de empleo de las nuevas tecnologías energéticas es la energía eólica. Actualmente hay cuatro empresas fabricantes, Gamesa Eólica, la cooperativa Ecotecnia, Made, filial del grupo ENDESA y Desarrollos Eólicos. En total, la eólica ya emplea a cerca de 4.000 personas en el Estado español, entre empleos directos e indirectos. La propuesta alternativa supondrá la creación de 9.000 empleos fijos en la producción de aerogeneradores y 3.600 en la explotación, y un total de 60.000 nuevos empleos sólo en renovables (34.000 en la producción y obra civil, y 26.000 en la explotación).
Las medidas destinadas a aumentar la eficiencia energética y a promocionar el transporte público tendrán también un efecto muy positivo en la creación de nuevos empleos.
Más información:
Isabel Hernández
Dpto. de Medio Ambiente C.S. de CC.OO.
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