Protocolo de protección de la capa de ozono: Bromuro de metilo

El bromuro de metilo se utiliza en la agricultura desde la década de 1930 para cultivos como el tomate, el fresón, el pimiento, el tabaco y los cultivos de vivero. Cada año se venden 76.000 toneladas en todo el mundo (4.238 toneladas en el Estado Español, el 5,6% del consumo mundial). En la Unión Europea, la agricultura española es la segunda consumidora de esta sustancia, siguiendo a Italia, utilizándose en torno a la mitad de esta cantidad en Huelva (con el cultivo del fresón) y en Murcia (para el cultivo del tomate y del pimiento). Otras aplicaciones como fumigante son los cultivos de flor cortada y la replantación de cítricos, tabaco y frambuesa.

EFECTOS SOBRE LA SALUD HUMANA

La capa de ozono tiene, entre otras, la función de filtrar los rayos solares de alta intensidad (rayos UV-Beta), que serían dañinos para los seres vivos. El agujero en la “ozonosfera” ha afectado a especies vegetales, animales y seres humanos, en estos últimos en forma de cáncer de piel, cataratas y supresión del sistema inmunológico.

Además de los efectos indirectos que se puedan producir sobre los seres vivos por la mayor exposición a la radiación solar, existen otros riesgos por exposición directa al bromuro de metilo. Este compuesto está clasificado por la Administración Estadounidense en la categoría de sustancias más mortíferas; tiene que serlo puesto que este biocida se aplica con el propósito de matar todos los organismos vivos en el suelo, en los productos agrícolas y en las instalaciones donde se aplica. Resulta tóxico sobre todo para el sistema nervioso central y daña los pulmones, los riñones, los ojos y la piel. Algunos de los síntomas más leves son : visión borrosa, debilidad, mareo, dolores de cabeza, entre otros. Los síntomas de toxicidad más graves son la neumonía, debilidad extrema, parálisis y problemas de corazón. Este compuesto también puede dañar a los fetos, provocando malformaciones congénitas, tal y como se ha demostrado en numerosos experimentos realizados sobre animales.

Problemas de salud laboral

Los mayores riesgos se producen para los trabajadores y trabajadoras relacionados/as con la producción y uso del bromuro de metilo. En el estado de California (EE.UU.), donde se utiliza este pesticida en cantidades importantes se registraron, entre 1982 y 1990, 148 enfermedades sistemáticas, 52 lesiones oculares y 60 casos de lesiones dérmicas causadas por dicho biocida, y las autoridades reconocieron que estos casos registrados son sólo una parte de los casos reales, puesto que la mayoría de estos empleos son ocupados por emigrantes ilegales que poseen muchas limitaciones para acceder a la atención médica adecuada. Dicho estado consideró tan elevado el riesgo para los trabajadores/as, particularmente de aquellos/ as que van detrás de los tractores de fumigación para ayudar a extender las lonas sobre los suelos tratados, que limitó drásticamente el número de horas que estos pueden trabajar en este tipo de fumigaciones.

En el estado español existen pocos datos sobre patologías en trabajadores/as que estén expuestos al bromuro de metilo, aunque en alguna ocasión sale a la luz algún caso de intoxicación aguda, como ocurrió en agosto de 1996, en que murió un trabajador en León por inhalar este tóxico al entrar en unas instalaciones recién fumigadas.

Riesgos para la población

A escala global la progresiva destrucción de la capa de ozono, constituye un riesgo incalculable para los ecosistemas. Pero también puede existir un riesgo para la salud de personas que viven en torno a zonas de cultivo que utiliza este pesticida. Cuando se está fumigando una parte muy importante del biocida pasa a la atmósfera transportándose a otras zonas. Se han producido algunos de los casos de intoxicación de vecinos después de retirar los plásticos que se utilizan para contener el bromuro de metilo. Son precisamente sus propiedades lo que hacen que constituya un riesgo para las personas expuestas a él: los materiales (p.e. la madera o el grano) lo absorben fácilmente y lo liberan lentamente. Esto ha producido numerosas muertes particularmente tras fumigaciones de casas para el exterminio de plagas.

ALTERNATIVAS AL BROMURO DE METILO

Algunos de los sustitutos que se han venido utilizando son de igual o incluso mayor toxicidad que el bromuro de metilo, tales como el 1,3-D (probable cancerígeno) o el metam-sodio (teratógeno), pero como es obvio estas alternativas son igualmente inaceptables. Existe aún una falta de investigación y desarrollo importante para encontrar alternativas para el 100% de las aplicaciones de este biocida garantizando a la vez niveles competitivos de producción (tal es el caso de la fresa o tomates). Resulta oportuno recordar que existe un gran número de ejemplos donde la aplicación del bromuro de metilo no resuelve los problemas fitopatológicos y, a su vez, las cantidades que se utilizan como media en el Estado Español (entre 500 y 800 Kg/ha) se encuentran muy por encima de lo que está demostrado que es necesario, que podrían reducirse de forma inmediata. Sin embargo, se han desarrollado ya numerosas alternativas para la gran mayoría de las aplicaciones, tanto químicas como no químicas, entre las que se encuentran la aplicación de yoduro de metilo, la gestión integrada de plagas, la solarización de los suelos, el uso de cubiertas vegetales, la fertilización y nutrición vegetal, el control biológico de los productos, los tratamientos con temperatura y cera y las combinaciones de pesticida y plaguicidas.

LA NECESIDAD DE UNA INTERVENCIÓN SINDICAL PREVENTIVA

La existencia de sustancias o productos que tanto por su peligrosidad para la salud como para el medio ambiente son cuestionados socialmente, con muchas posibilidades de ser prohibidos o limitados como es el caso del bromuro de metilo (con posibles efectos sobre el volumen de empleo o de producción), incide una vez más en la necesidad de adecuar la intervención sindical ante estos cambios.

Es necesario ANTICIPARSE y desarrollar una intervención sindical PREVENTIVA que fuerce a los empresarios y a las administraciones a desarrollar alternativas a su utilización para evitar que la desaparición de las mismas conlleve efectos negativos sobre el nivel de empleo y las condiciones salariales de los trabajadores/ as.

Referencias:

1. Capa de ozono y metilbromuro. Amigos de la Tierra. Madrid 1997.
2. Daphnia no 2. Marzo 1996. Dpto. de Medio Ambiente. C.S. de CC.OO.
3. La retirada del bromuro de metilo como fumigante. A. Bello. Dpto. Agroecología, CCMA. CSIC. Vida Rural, nº 45. 15 de mayo 1997.

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